Managua, 06 Jun. ABN.- La máxima dirección de la Iglesia católica en Nicaragua se unió este martes a las voces que rechazan una posible intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), como pide el presidente Enrique Bolaños.
Indica una nota de Prensa Latina, que el Mandatario llamó a su gabinete a la desobediencia ante las reformas a la Constitución aprobadas por el Congreso unicameral y anunció que invocará la Carta Democrática para dirimir las divergencias.
Sobre este particular, para el arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, los "nicaragüenses tienen capacidad para resolver el conflicto" y advirtió que las intervenciones nunca han dejado resultados positivos al país.
Subrayó que se tiene que lograr la reconciliación, el diálogo y la paz, pues a su juicio "eso es lo que reclama la población".
Brenes, en clara alusión al Gobierno, precisó que si hay quienes no obedecen, se creará la confusión y traerá inestabilidad.
Por su parte el obispo auxiliar de la Arquidiócesis capitalina, Jorge Solórzano, se pronunció porque las partes: gobierno, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), regresen a la mesa de conversaciones.
Sostuvo que no pueden atrincherarse, crear barreras ficticias para "no llegar a un entendimiento".
Solórzano desestimó que una delegación de la OEA sirva de garante del diálogo en sustitución del cardenal Miguel Obando y Bravo, de quien señaló "es el religioso con mayor experiencia en mediaciones y reconciliaciones".
“En Nicaragua tenemos que buscar un entendimiento porque nada hacemos con estarnos peleando, porque eso no ayuda al pueblo”, recalcó.
A estos criterios se unió el historiador Aldo Díaz Lacayo, quien agregó que en la nación centroamericana "no hay ruptura del orden institucional para que llegue una misión de esa organización".
Precisó que lo único que existe es "una pugna entre la democracia representativa y la participativa".
Esta última, opinó, se está imponiendo a nivel de movimientos sociales y de partidos políticos, algo que el Presidente se niega a aceptar.
En conversación con Prensa Latina analizó que esto lleva a conflictos entre los poderes y es "lo que vemos en los gobiernos de América, donde el pueblo se rebela contra el neoliberalismo".
El miembro del Frente Sandinista señaló que esa lucha se observa en Nicaragua donde existe una administración servil a Washington que insiste en seguir protegiendo a la oligarquía, a costa de sacrificar a la mayoría pobre y hambrienta.
Estimó que la presencia de la OEA en el país será considerada como una nueva injerencia, porque estaría dirigida a darle un espaldarazo a Bolaños, quien trata de desconocer un fallo de la Corte Suprema de Justicia que avala las reformas legislativas.
