NACIONES UNIDAS (AP) -- El presidente venezolano Hugo Chávez mostró el jueves un estilo de oratoria que rompió la rutina al arrancar tres aplausos como no había ocurrido hasta ahora en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas que concluye el viernes.
Irreverentemente levantó el documento de 35 páginas que emitirán los gobernantes y lo calificó de "írrito, nulo e ilegal"; afirmó que las Naciones Unidas "no sirven para nada" y pidió trasladar su sede a una "Ciudad Internacional" que todavía no existe.
"Parecía un candidato en campaña", dijo un diplomático que presenció lo que llamó "el show". "Pero, no creo que tenga un efecto mayor de una voz que capta el interés de unos niños bulliciosos".
Chávez fue el único gobernante que habló de la inutilidad del documento final, ya aprobado por la Asamblea General, y su voz de silencio pareció ser más oída que los reiterados pedidos del presidente de las sesiones, Goran Persson, de Suecia.
Persson volvió a dirigirse al los gobernantes presentes para pedirles que dejaran de hacer ruido en la sala de debates porque "molesta a quienes quieren oír" los discursos.
"Por favor, hagan ruido fuera de esta sala", declaró mientras los gobernantes desfilaban uno tras otro para hablar en un tiempo promedio de 5 minutos, en medio de murmullos que prácticamente opacaban la voz del orador.
Chávez hizo notar que el presidente George W. Bush habló 20 minutos el martes, y dedicó ese mismo tiempo a su alocución.
Incomodado, esta vez por el bullicio que seguía generando Chávez pese a que éste había ya concluido su intervención, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez, quien le siguió en el turno de oradores, no tuvo sino que esperar a que la sala se calmara para empezar.
"Como decimos en nuestro pequeño, hermoso y querido país, recurriendo a las figuras del horóscopo, difícil para Capricornio hablar y engarzar un discurso después de que habló el presidente Chávez", dijo Vázquez mientras Persson golpeaba repetidamente su mallete para pedir orden. "Pero, de cualquier manera trataremos de hacerlo".
El presidente chileno Ricardo Lagos dijo que estaba decepcionado pero no desesperanzado por lo hecho por las Naciones Unidas; y el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva habló de la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad para dar cabida a otros miembros, incluido su país que quiere un asiento permanente.