Un puesto en el Consejo le dará al país oportunidad para debatir sobre los procesos de paz. Analistas opinan que sí Venezuela entra al foro demostrará sus avances en integración. En el marco de la campaña presidencial la candidatura refuerza las políticas de Estado.
Venezuela avanza indetenible hacia su firme propósito de convertirse en el país que represente a América Latina y el Caribe en un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), silla que la nación disputa con Guatemala.
Para cualquier país del mundo representa un privilegio formar parte de las 15 naciones que componen el ente: cinco son miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) y diez no permanentes, seleccionados en Asamblea General por un periodo de dos años. La elección será el 16 de octubre.
Sin embargo, las aspiraciones del Presidente Hugo Chávez, como parte de su política de Estado, son consideradas “inoportunas y politizadas” por el ex embajador de Venezuela ante esa organización, Milos Alcalay.
Se “está utilizando al Consejo de Seguridad para la campaña nacional”, aseguró Alcalay.
Frente a esta postura, el sociólogo, Leoncio Pinto, profesor de LUZ, opina que “en una sociedad con cierto grado de polarización, ciertamente la oposición salta y opina negativamente para dañar la imagen del país y decir que la posición del Gobierno es un foco de perturbación dentro de la ONU”.
“No comparto esa postura porque el Consejo debe ser un foro para confrontar puntos de vista en el marco de la complejidad de las relaciones sociales. Estamos en una revolución cultural y hay muchas cosas que deben ser discutidas”, enfatiza.
El problema de la oposición frente a la candidatura es porque si Venezuela llegara a ganar, considerarían ésto como un triunfo del Gobierno y no del país en su conjunto. Evidentemente que esto le traería al Presidente una imagen mucho más sólida ante sus adversarios.
“Estamos en un momento en el que la campaña está en plena efervescencia y por su puesto que ocasiona un gran impacto. El Presidente se las está jugando todas”, sostiene Mervin Rodríguez, director de la escuela de estudios internacionales de la UCV.
Sentimiento
“Tenemos mucho que ofrecer con respecto a los mecanismos de cooperación y, además, el país puede persuadir a los demás miembros de ese Consejo a que busquen espacios comunes”, continúa Rodríguez.
El Gobierno de los EE UU vería como una derrota política si Venezuela llegara a ganar.
“El país ha explotado buena parte del sentimiento antinorteamericano y además el Gobierno ha hecho buen uso del petróleo como arma estratégica de su política internacional”, indica Pinto.
Pero no siempre es bien vista la posición antinorteamericana. “El problema es la forma de cómo Venezuela ha dirigido su política exterior, aliándose a países problemáticos. No necesariamente la voz del tercer mundo sea una voz antinorteamericana”, afirma Rincón.
Beneficios
Ahora bien, ¿Cúal sería la importancia para Venezuela de obtener el puesto ante la ONU?
Lorena Rincón, profesora de derecho internacional de la Universidad del Zulia (LUZ), explica que el Consejo es un órgano principal de las Naciones Unidas encargado del mantenimiento de la paz.
“Además tiene un papel importante en la elección de los jueces de la Corte Internacional de Justicia, que es el órgano judicial de las Naciones Unidas, y por lo tanto, no hay duda de que es importante tener una voz dentro de ese órgano”, sostiene.
Larys Hernández, profesora de derecho internacional de LUZ, agrega que si Venezuela entra al organismo: “Estaría opinando sobre los asuntos más trascendentes del Consejo de Seguridad, incluso, en los debates, los miembros, previo concenso, pueden imponer sanciones a los Estados que quebranten la carta y no solamente sanciones de tipo económica, sino también autorizar un bloqueo”.
Aunque la candidatura al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es como miembro rotativo, ya que las grandes potencias son las únicas naciones permanentes y con capacidad de veto, ingresar al Consejo representa un voto en el foro internacional.
El profesor de la escuela de estudios internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Edgardo Ramírez, considera que si Venezuela forme parte del Consejo será la voz de los esquemas de integración donde la nación participa.
“Venezuela convoca a un equilibrio de poderes en el mundo, plantea la pluripolaridad, como en el caso de Mercosur, y experimenta nuevos esquemas de integración como el Alba e igualmente la Comunidad Suramericana de Naciones”, argumenta el internacionalista.
Otro elemento importante dentro de su política exterior es la democracia. Una posible entrada de Venezuela al Consejo es profundizar la lucha, pero desde escenarios más protagónicos.
“En el debate general sobre la reforma de las Naciones Unidas, se perfila como primordial lo que es la composición antidemocrática del Consejo de Seguridad, que está basado en los ganadores y perdedores de la segunda Guerra Mundial, que tengamos cinco ganadores con derecho de veto, moldeados conforme a la sociedad internacional, es anacrónico y absurdo, por eso es vital la reforma”, explica Rincón.
Otra ventaja de formar parte del Consejo de Seguridad es que Venezuela forma parte de los 118 países no alineados, que prácticamente es el segundo organismo más importante y entonces eso le daría un relanzamiento al grupo y un mayor énfasis en trabajar en las metas del milenio, en la disminución de la pobreza, temas planteados en numerosas ocasiones.
En esta cuenta regresiva, en la que tan sólo resta una semana para la elección, las expectaivas aumentan y cada nación movió sus piezas, para asegurarse un puesto, al lado de los grandes.
En el país la oposición insiste en ver la candidatura como una bandera de victoria que exhibe el Presidente. El bando contrario al Gobierno no distingue entre lo que es bueno para Venezuela y lo que es bueno para Chávez.