Jueves, 11 de enero, IAR Noticias /
Chávez, que el miércoles asumió un tercer mandato hasta 2013 anunciando que quiere crear un "Socialismo de siglo XXI", dijo que el grupo CANTV, de Verizon de EEUU y Telefónica de España, volverá al Estado.
El mismo proceso seguirán Electricidad de Caracas (el servicio nacional ya es estatal), cuyo socio mayoritario es el norteamericano AES, y PDVSA (Petróleos de Venezuela) controlará la refinación de crudo, aunque asociada con British Gas, Total de Francia o Exxon y Chevron de EEUU.
En un editorial, este miércoles, el diario The Washington Post señaló que la "principal amenaza" del presidente Hugo Chávez no es su socialismo económico sino lo que pueda sufrir como consecuencia el pueblo venezolano.
"Si cumple sus amenazas, se puede adelantar una sostenida reducción de las libertades y -si la historia del socialismo sirve de guía- un empobrecimiento nacional", señala el editorial del Post.
Según el diario, la iniciativa del presidente de transformación de su país ha estado ya en marcha desde antes que ganara otra vez las elecciones presidenciales de diciembre, "y el modelo se parece mucho a Cuba del siglo XX".
El diario capitalino menciona que entre los planes de Chávez figura gobernar por decreto, cerrar la estación más popular de televisión que ha criticado a su gobierno, eliminar la independencia del Banco Central y nacionalizar las compañías de teléfonos y telecomunicaciones.
"Algunos verán en las acciones del señor Chávez una amenaza a los intereses de Estados Unidos. Ciertamente, aquellos que alertan que no es recomendable seguir contando con Venezuela como fuente del 15% de las importaciones de crudo tienen razón", afirma el Post.
Por su parte, The Wall Street Journal, vocero calificado del sionismo financiero de Wall Street, puso el tema en portada titulando: "Chávez pone al nuevo socialismo en una vía acelerada".
El diario define a las medidas anunciadas por Chávez como "la última de una serie de acciones destinadas a "estrechar las riendas del poder y usar las riquezas petroleras de su país para crear un modelo de desarrollo diferente".
El Journal recuerda asimismo que las principales compañías de electricidad y telefonía en Venezuela son controladas por firmas estadounidenses.
Por su parte, The New York Times, destacado vocero de la comunidad judía estadounidense, que atacó duramente a Chávez cuando éste criticó el genocidio de Israel en Líbano, puso el acento en los intereses comerciales y al consumo estadounidense afectado por los anuncios del presidente venezolano.
El Times afirma que Chávez "el vivo retrato de un hombre fuerte latinoamericano moderno- no se contenta con controlar su país de forma casi total en lo político y militar. Ahora ha endurecido su control sobre la economía venezolana. Es una mala noticia para los inversionistas extranjeros, aunque aún más para el pueblo venezolano que tendrá que pagar el precio de una plaga económica aumentado la ineficiencia y la corrupción".
De acuerdo con The New York Times, "no está claro dónde terminarán estas nacionalizaciones. Sea cual fuere el plan del señor Chávez, debe compensar adecuadamente a los accionistas".
"Aunque el gobierno de Bush debe condenar cualquier confiscación de bienes estadounidenses, debería medir sus palabras cuidadosamente para no hacerle el juego a la estratagema antiyanqui del señor Chávez", aconseja el Times.
La "guerra permanente"
Desde su asunción como presidente de Venezuela, y
particularmente desde el fracasado golpe de Estado de abril de 2002, Hugo Chávez
mantiene una relación oscilante y contradictoria con las cadenas informativas
del sistema, que por un lado le erigen como un ícono imbatible del consumismo
informativo mundial, y por otro desarrollan una línea permanente de
desestabilización contra el presidente venezolano.
Paradojalmente Chávez, el líder político con mayor centimetraje de
prensa en el mundo, es atacado
por las cadenas y medios
internacionales con la misma fuerza con que su imagen y fama de "líder
carismático" crece en las pantallas y portadas a lo largo y a lo ancho del
planeta.
Las operaciones de desestabilización de la prensa imperial sionista
estadounidense (y también europea) contra el gobierno de Hugo Chávez fueron y
son tantas, y simultáneas, que es imposible concentrarse en una, sin
relacionarla con las otras, que a su vez van mutando y cambiando de forma, no de
contenido.
En esas líneas de
ataques mediáticos "permanentes" convergen tanto los intereses políticos
de la Casa Blanca (Washington y su estrategia regional "anti-Chávez") como del
poder económico imperial ( Wall Street y sus corporaciones y bancos con
intereses regionales).
Una
línea de "desestabilización" permanente (para quien quiera realizar un
seguimiento) se encuentra claramente desarrollada a través de los artículos y
posiciones editoriales de la agencia Associated Press y el diario
Nuevo Herald de Miami, que generalmente actúan de "voceros" de la comunidad hispana
"antichavista" de EEUU, principalmente de Miami.
La Casa Blanca y Wall Street
concentran sus operaciones contra Chávez en los tres más influyentes diarios del
Imperio: The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal, éste
último el vocero más calificado del poder financiero sionista de Nueva York.
Desde las cadenas televisivas, la CNN en español, por su gran
radio de influencia en el mundo hispano, latinoamericano y a escala mundial,
representa la columna vertebral de las campañas mediáticas contra
Chávez.
Generalmente a los tres principales diarios estadounidenses, se suman
el diario británico The
Financial Times y la cadena británica BBC, en su versión en español.
El
Financial Times junto con el estadounidense The Wall Street Journal
son los medios más influyentes del imperialismo financiero
internacional, y sus artículos y editoriales -además de generar toma de
decisiones en el mundo financiero- expresan como nadie los intereses y la
opinión del poder económico a escala global.
En un artículo titulado:
"Chávez evalúa tomar el control de los bancos" (Chávez poised to take control of banks), publicado el 1
de septiembre y firmado por su corresponsal Andy Webb-Vidal, en Caracas,
el Financial Times sostenía que Venezuela "se está preparando para
tomar el control político de los bancos privados como parte de una
iniciativa para extender el control de gobierno "revolucionario" sobre la
economía del quinto mayor exportador de petróleo del mundo".
En la misma
línea, y en el mismo tono de "alertar" contra la tendencia "hegemónica y
expropiadora" del gobierno de Chávez, lanzada por el Financial Times,
se expresaron decenas de medios, analistas, expertos, y gurúes, del mundo
financiero que alzaron su "opinión" desde la CNN y las cadenas televisivas para
demostrar que el gobierno de Chávez resolvió implementar el "fin de la
propiedad privada" en Venezuela.
Esto es apenas la "muestra de un
botón" de las incontables operaciones de prensa orientadas a desestabilizar
al gobierno de Chávez que convergen en "feed back" desde las páginas, las
portadas y las pantallas de la prensa internacional controlada por el lobby
judío de Wall Street.
Sí estas operaciones de desestabilización contra el
gobierno bolivariano comienzan a desarrollarse con cierta "regularidad",
sobre todo a partir de los anuncios de estatización de empresas privadas
anunciado por Chávez, es señal de que el poder financiero angloestadounidense
con sede en Wall Street, los grandes pulpos del "capitalismo sin fronteras", le
han bajado (o comienzan a bajarle) el pulgar al presidente de Venezuela.
Y un desenlace (llámese guerra final) entre
el presidente bolivariano y el poder capitalista imperial, aparece como
inevitable y de corto plazo, si Chávez decide profundizar su discurso revolucionario con los
hechos.
Como se sabe, el poder sionista capitalista imperial con sede en Wall
Street permite que le toquen todo, menos el
bolsillo.