TeleSUR _ 26/07/07 - Ante más de 100 mil cubanos presentes en la Plaza de la Revolución de Camagüey, el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, general de Ejército Raúl Castro Ruz, lideró este jueves los actos por el “Día de la Rebeldía Nacional”, en conmemoración de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, general de Ejército Raúl Castro Ruz, encabezó este jueves, desde la Plaza de la Revolución de Camagüey, los actos por el LIV aniversario de los asaltos de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
"No conocen bien a nuestro pueblo; quienes lo ven crecerce a la altura de cada reto, por grande que sea, en una actitud consecuente con nuestra historia", reconoció el primer vicepresidente cubano.
Raúl Castro se dirigió a una multitud de más de 100 mil personas de la provincia de Camagüey, honrada en esta ocasión para la celebración del "Día de la Rebeldía Nacional".
"Cuánto sacrificio y dificultades", recordó Raúl Castro, quien hizo un recuento del proceso que llevó al triunfo de la Revolución Cubana. "Cuántas veces tuvo que reiniciar la lucha luego de cada revés", añadió.
El primer vicepresidente, tras acotar que "la mentira fue incapaz de ocultar la realidad" luego del 1 de enero de 1959, reconoció que el presidente Fidel Castro "en lugar de hacer promesas demagogas, advertía desde el primer discurso en La Habana que quizá en lo adelante todo sería más difícil".
Raúl Castro destacó que la mayoría de los cubanos se sumó a una causa que para Estados Unidos representaba "un ejemplo demasiado peligroso para un continente dividido y explotado".
"Tres mil 478 víctimas mortales de actos terroristas organizados directamente, apoyados o permitidos por autoridades de EEUU. Ante los caídos en el cumplimiento de la Patria, nuestro pueblo ratificó su compromiso con sus héroes y mártires", añadió.
La Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz estalló en aplausos cuando Raúl Castro reconoció que "en esa forja de esfuerzo y sacrificio, ha crecido la moral y la conciencia de este pueblo".
El primer vicepresidente cubano estuvo en compañia de veteranos de las heroicas acciones y expedicionarios del Granma, así como dirigentes del Partido, del Estado, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas, y las organizaciones de masas y sociales.
Durante la conmemoración, la provincia de Camagüey, al oriente de la Isla, recibió una bandera que la acredita como sede del acto, debido a "un esfuerzo cotidiano, callado y heroico frente a las dificultades", reconoció el primer vicepresidente.
La corresponsal de TeleSUR en Cuba, Maylín Alonso, informó que Camagüey fue seleccionada entre otras provincias debido a sus excelentes resultados en desarrollo económico y social del país, entre los que destacó la agricultura, la pesca, la industria básica y la educación.
Un año más de resistencia
El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, afirmó que el último año el pueblo cubano "ha sido ejemplo de unidad y confianza en Fidel, en el Partido, y en sí mismo".
"Pese al profundo dolor que nos embargaba, no se detuvo ninguna tarea", aseguró.
Raúl Castro agregó que desde entonces, "con serenidad, disciplina y sin alardes, nuestro pueblo ha seguido preparándose para enfrentar cualquier ofensiva militar del enemigo".
Tras calificar de "errática y peligrosa" a la administración de George W. Bush, el primer vicepresidente cubano consideró que aquellos que hablan de una "transición en marcha" en realidad viven "sueños trasnochados".
Sobre las próximas elecciones en Estados Unidos, Raúl Castro se mostró prudente y reiteró la disposición del gobierno cubano a discutir "en condiciones de igualdad".
"Si las nuevas autoridades norteameircanas dejan por fin la prepotencia, y deciden conversar de modo civilizado, bienvenidos sean; sino, estamos dispuestos a enfrentar su política de hostilidad por otros 50 años si fuese necesario", aseveró Raúl Castro entre los vítores de sus compatriotas.
Para finalizar, el primer vicepresidente cubano dijo que, "en medio de las dificultades y los peligros", el pueblo cubano "no bajará la guardia frente a sus enemigos, y que es garantía de que en nuestras plazas, y en las trincheras si es necesario, se escuche: ¡viva Fidel, viva la Revolución!".
