Barquisimeto, 18 Sep. Venpres.- Realizar una auditoría a las deudas
externas nacionales como paso previo para declararlas como "odiosas" o
contratadas bajo condiciones ilegales o antiéticas, propuso este jueves en
la II Cumbre de la Deuda Social, el catedrático belga, Eric Toussaint.
Esa declaratoria permitirá justificar el no pago de las acreencias
externas que totalizan 2,45 billones (millones de millones) de dólares para
los países en vías de desarrollo, explicó Toussaint, presidente del Comité
por la Anulación de la Deuda Externa del Tercer Mundo, según boletín de
prensa de la II Cumbre.
"Es un tema fundamental el de la auditoría sobre la deuda externa",
dijo el historiador y politólogo europeo durante la conferencia inaugural de
la Cumbre Social, que organizó del 17 al 19 de este mes el Parlamento
Latinoamericano (Parlatino) en la centroccidental ciudad venezolana de
Barquisimeto.
La auditoría consiste en precisar quién contrató la deuda, bajo
cuáles condiciones, con qué fines, en qué fue utilizado el préstamo, además
de determinar si el contrato fue autorizado por el Parlamento del país
respectivo y si ese documento respeta las leyes nacionales, entre otros
asuntos.
Esa auditoría puede permitir calificar a la deuda como "odiosa" o
contratada, "en contra de los intereses de un pueblo", una doctrina
establecida en el derecho internacional y que ya fue usada en el pasado por
algunos países para justificar la suspensión temporal o condonación parcial
de sus acreencias externas, indicó Toussaint.
"Gran parte de la deuda de América Latina -que ronda ya 800.000
millones de dólares- cabe dentro del marco de la deuda ociosa", afirmó.
El investigador recordó que Estados Unidos -el país más endeudado
del mundo- invocó la doctrina de la "deuda odiosa" para los préstamos
contratados por Irak durante el régimen de Saddam Hussein, en la reunión del
Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados realizada en abril de
este año.
Toussaint planteó que los países latinoamericanos y caribeños
"tendrían toda la razón" para usar esa doctrina en la necesaria
renegociación de sus deudas externas, cuyo pago se ha convertido en una
severa limitante para la superación de la pobreza y la exclusión social.
América Latina dispone de unos 12.000 millones de dólares cada año
para amortizar su cuantiosa deuda externa, un monto que triplica el costo
que usa mensualmente Estados Unidos en la ocupación de Irak, señaló.
Por ello, dijo no encontrar razones convincentes para que los
actuales presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Argentina,
Néstor Kirchner, no invocaran esa doctrina en las renegociaciones de las
deudas de sus países que adelantan con el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
Toussaint remarcó que una vez lograda la anulación parcial o total
de las deudas externas, los países deben aprobar medidas para evitar caer en
un "nuevo ciclo de endeudamiento".
En este sentido, defendió políticas contundentes para luchar contra
la corrupción y gestiones para recuperar los dineros evadidos, en referencia
a los capitales depositados en instituciones financieras en las cuales se
privilegia el secreto bancario bajo la figura de cuentas cifradas.
Perú logró que bancos suizos les reembolsaran 60.000 millones de
dólares depositados por su ex presidente Alberto Fujimori, mientras que a
Filipinas le retornaron 600 millones de dólares tras un largo juicio sobre
los fondos usados por el ex dictador filipino Ferdinand Marcos.
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La fuente original de este documento es:
Venpres (http://www.venpres.gov.ve)