El presidente derogó el decreto que impediría a los señores buhoneros(as) vender productos de la cesta básica a precios groseros. Pienso que la falla fue no haberle colocado al decreto un límite en el lucro a esos productos que no fuese del tipo especulador. No es posible que en los municipios más populosos del estado Zulia se revendan esos rubros con el doble y el triple de su precio regulado. Hemos visto en mercados y calles de las principales ciudades vender, por ejemplo, el Mazeite en 16 bs., y la harina de maíz precocida en 12 bs., siempre con un 300% de ganancia “socialista”. ¿Esto es correcto? ¿No hay ley para esos especuladores de oficio? ¿Y quienes acuden a esos mercados populares a comprar los alimentos y víveres? La gente de clase media baja y pobre, los ricos no visitan esos lugares. Nos encontramos entonces con gente pobre robando a la gente pobre. Y esos buhoneros que comenzaron pobres terminan al poco tiempo ricos de todo lo que le roban al soberano pendejo que acude a esos sitios de agiotistas. El señor presidente protege al ciudadano buhonero pero deja desprotegido a millones de consumidores de las clases sociales bajas. ¿Cómo se le llama a esto? Y ni siquiera esos traficantes del aprovechamiento pueden ser fiscalizados, o sea, estamos ante la anarquía completa.
Creemos que la Guardia Nacional debe salir a la calle junto al escuálido ejército de fiscales de Indepabis para ponerle coto a esta situación que perjudica notablemente el bolsillo de muchos compatriotas. Algo similar pasa con los concesionarios de automóviles dónde se venden a precios escandalosos pero nadie dice nada (a excepción del diputado Amoroso). ¿Quién nos puede auxiliar?
Nuestro líder no es ningún populista pero en este caso se equivocó ya que no puede alentar la especulación buhoneril.
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