La especulación es cualquier cosa, menos un delito

Cualquiera puede afirmar, y hasta creérselo, que el gobierno nacional es el culpable de la actual inflación, acabando con el poder adquisitivo de la gente, y haciendo que el salario no alcance. Quien lo afirme no está totalmente equivocado, pero tampoco está totalmente en lo cierto.

Intentare explicar la ambigüedad anterior con el análisis de una frase, sin autoría conocida, pero de uso de común en la Venezuela de hoy y de ayer: El salario de los venezolanos ha sido destruido por una inflación consecuencia de la especulación.

El salario de quien vive de un empleo en una empresa o dependencia del Estado, un burócrata así suene feo, está atado del presupuesto nacional mediante un tabulador. El sector privado no tiene tabuladores, y en caso de tenerlos por contratos colectivos o mecanismos de autogestión, son modificables por voluntad del dueño o socios. Es bueno recordar que, maestros, policías, profesores, médicos, oficinistas, gerentes, militares y hasta científicos son burócratas si quien les paga es el Estado.

Un salario destruido, es un salario que no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una persona y su familia. Es un concepto muy simple.

Me atreví a buscar un libro de economía general para abordar el resto de la afirmación, “una inflación consecuencia de la especulación” y conseguí un concepto de esos que se aprende un estudiante minutos antes del examen. Lean esto: Inflación: elevación de precios, puede ser de dos tipos, de costes cuando el alza es debido a factores de producción y de la demanda cuando es imputable al incremento del consumo.

Entusiasmado, comencé a buscar en el mismo libro de economía la palabra “especulación”, batí las páginas y nada, los conceptos que encontré tenían que ver mas con el mercado de capitales (la bolsa), con unos términos demasiado metafóricos o rebuscados, definitivamente la jerga de los economistas esta sostenida por la “especulación de la palabra”. Entonces me fui a internet, y la encontré facilito. Especulación: engaño, simulación, ficticio, abuso, encarecimiento provocado. Conclusión: Salarios destruidos por un encarecimiento provocado mediante el engaño, simulación o abuso. ¡Que vaina!

Alguien podría decir que la inflación actual es producto de la escases, ya que no se consiguen productos de primera necesidad, y es cierto, no se consiguen algunos productos, por lo tanto son esos productos los que deberían subir de precio ya que son los demandados y, según el libro de economía, la gente ofrecerá más dinero por ellos. Si esto es así, nos preguntamos ¿porque tienen que subir el precio de las naranjas o la patilla en marzo y abril? , ¿Porque pretenden vender un kilo de queso a 100 bolívares si en cada esquina hay un vendedor informal con sendas tortas de queso? También podríamos preguntar ¿porque sube el precio del cine o del estacionamiento en el centro comercial?, ¿Es que acaso escasean esos servicios?.

La especulación en Venezuela es una plataforma, el economista Teodoro Petkoff lo decía cuando era presidente de Venezuela, perdón de Cordiplan, el presidente era Caldera dos. Petkoff decía: “para bajar la inflación en Venezuela debemos romper el piso de la especulación” y con esta frase trataba de defenderse de los inmisericordes ataques periodísticos que de manera inquisitiva lo conminaban a explicar porque la inflación superaba el 100%.

La especulación venezolana es folklórica, porque es costumbre, y solo se espera la época del año, como quien espera una fiesta patronal, para incrementar el precio de la mercancía. Total, hay quien puede decir cosas como: todo el mundo sube el precio de las cosas, ¿Por qué yo no puedo hacerlo también?.

La especulación en Venezuela es justificable. El empresario N. Zuluaga, expropietario de Globovisión dijo: “especulamos, pero damos empleo”.

La especulación en Venezuela es publicitaria. Basta con vender caro para que el producto sea reconocido como bueno. Si un fármaco genérico es barato es malo, “chimbo” es la palabra mucho más precisa para Venezuela. Si el mismo fármaco tiene nombre comercial y es caro, ese es el que de verdad cura y rapidito.

La especulación en Venezuela es fashion: No hay nada más fashion que lucir el iPhone más caro y regodearse entre las amistades explicando lo caro que te lo vendieron.

La especulación en Venezuela es anti-chusma. Basta con subir los precios para que el perraje no se acerque a tu negocio.

Pudiéramos seguir, pero creo que el tema es demasiado serio para seguir echando vaina, así que para dejarlo hasta aquí debo decir que en Venezuela la especulación es cualquier cosa menos un delito.

Debemos reconocer que el precio del dólar es un factor inflacionario importante en nuestro país petro-dependiente, pero también deberíamos reflexionar sobre el bochinche especulativo que sumisamente aceptamos, en el nombre del dólar.

Es imprescindible comprender y hacer comprender que si un gobierno, de cualquier país, impone un control de cambio, es porque esta obligando a los habitantes del país a comprar y moverse dentro del país y para proteger al empresariado y comercio interno, propiciando la compra nacional, en la medida de lo posible, entonces ¿Por qué el empresariado nacional no aprovecha la circunstancia y produce mas?, asumiendo que no todos los repuestos e insumos son importables, no toda la maquinaria esta rota y si lo está, no todo lo que necesita en repuestos esta fuera de Venezuela y no todo lo que se deba importar impacta significativamente en el margen de ganancias.

También es muy importante comprender que una devaluación de la moneda, en un país como Venezuela, es una medida extrema, obligada para cubrir los costos a lo interno del país, y no recurrir a otras medidas extremas como el incremento de los tributos e impuestos directos. En el caso Venezolano, la devaluación nos salva de los impuestos, ya que el dólar lo produce el mismo Estado con la venta de petróleo crudo. Imagínense ustedes que no existiera ese petróleo, o que no fuera de la nación, de seguro se elevarían y crearían más impuestos directos a las personas y habrían menos dólares estadales para vender al público. Solo existiría oferta de dólares por parte de los empresarios privados exportadores. Caben las preguntas: ¿Venderían dólares a tutirimundachi? y, ¿venderían el dólar a 6,5 bolívares?.

En Venezuela se devaluó el bolívar respecto a una moneda extranjera que cuantifica o mide el valor del petróleo, por lo tanto vendiendo la misma cantidad de petróleo se producen mas bolívares. Bolívares que deberían valer menos fuera del país, pero no necesariamente menos dentro del país, donde el petróleo y sus derivados son prácticamente regalados. Distinto fuera si nuestra producción de bienes y servicios fuera importante, los ciudadanos de otros países se aprovecharían de la devaluación y vendrían a comprar aquí, lo que si produciría una escases grave que perjudicaría significativamente al residente. Esa demanda, por el incremento de compradores, seria la felicidad de los productores nacionales, pero que va, al diablo con eso, yo quiero dólares para comprar afuera y revender adentro.

Lamentablemente, el común de nosotros ha sido inducido a despreciar y despotricar de tales medidas económicas porque, desarmados del saber, nos acostumbramos a escuchar a unos señores en radio y TV explicando sus intereses y haciendo creer que los intereses de ellos son los intereses de todos. Tanto es así que el humilde campesino termina duplicando (incremento del 100%) el precio de la jalea de mango, endulzada con papelón, y cocinada en un fogón de leña, porque hubo una devaluación de 40%.

Lo cierto es que la destrucción del salario de todos los funcionarios públicos de Venezuela no solo es culpa del gobierno nacional, sino también responsabilidad directa del ciudadano cómplice y complaciente con el especulador. Me atrevo a decir, y hasta creérmelo que la especulación masiva y generalizada de nuestro país no se puede controlar con sanciones o cárceles, porque sencillamente habría que cercar toda la ciudad para convertirla en la cárcel de los especuladores.

Necesario es hablar, debatir, escribir, leer reflexionar y escuchar para revertir tantas desviaciones en los conceptos. Desviaciones que ante la pregunta: ¿Por qué todo esta tan caro?, cualquiera reduce la respuesta a: por la falta de políticas económicas eficientes. ¿?.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 6259 veces.



Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

Visite el perfil de Manuel Gragirena para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Manuel Gragirena

Manuel Gragirena

Más artículos de este autor