Cuando se inició la acción planificada por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro (va a cumplirseun mes) y la actuación de nuestra FANB en la lucha contra el contrabando se habló de la colaboración del gobierno de Colombia, (en un plan conjunto) presidido por el Presidente Juan Manuel Santos, luego de la reunión de Cartagena.

Una vez que se dieron los primeros pasos contra el contrabando por parte del gobierno bolivariano y se lanzó la ofensiva contra la “guerra económica”, la reacción no se hizo esperar del otro lado de la frontera, surgieron declaraciones de la canciller de Colombia María Ángela Holguín, quien expresó “que era una acción unilateral de Venezuela” sin el consentimiento de su país

Por su parte, el embajador venezolano en Bogotá, Iván Rincón Urdaneta declaró que los principales auspiciadores del contrabando de Venezuela hacia Colombia eran grupos “paramilitares” y mafias organizadas, de los dos países, quienes obtenían jugosas ganancias con el comercio ilícito de productos alimenticios y de combustible hacia el vecino país.
A la par de los anteriores señalamientos, a la medida que la actuación de nuestra FANB y la GNB se hizo efectiva, también aparecieron otros dolientes en la palestra pública, pero sobretodo “mercenarios” de la política venezolana, quienes siempre han sido financiados por dineros de dudosa procedencia (narcotráfico y contrabando) y que no tienen el menor reparo para salir a defender a los contrabandistas y al negocio ilícito en la frontera.

Las declaraciones fueron recogidas por los medios de comunicación de ambos países e incluso, sus posiciones estuvieron orientadas al rechazo de las medidas de cierre de frontera (ampliadas hasta finales de año) por el Presidente Nicolás Maduro y que fueron propuestas al Gobierno Nacional por los gobernadores de los estados Táchira, mayor Ejercito, José Gregorio Vielma Mora y del Zulia, coronel Francisco Javier Arias Cárdenas; ya que el de Amazonas pertenece a la oposición y no ha dicho ni pio, en relación al contrabando por su entidad federal hacia Colombia.

El tiempo ha ido transcurriendo y las declaraciones y balances en cifras presentadas al país, por el Comisionado contra el contrabando por el Presidente Maduro, mayor general del Ejercito Vladimir Padrino López, han sido abrumadoras, con datos que superan las 3.879 toneladas en alimentos y más de un millón de litros de gasolina diariamente que se escapan por la frontera hacia Colombia, sin contar los barriles que salen por el mar Caribe. (por ello no se justifica el alza de la gasolina).

El asunto es que la cifra resulta más alarmante con las declaraciones del nuevo ministro de Petróleo y Minería Asdrúbal Chávez quien ha señalado que “dos mil millones de dólares es la cifra que estima en pérdidas anuales por el contrabando de extracción”. (Ultimas Noticias, 20, domingo).

Ante la guerra del contrabando asociada a la “guerra económica” contra Venezuela, surgen nuevos elementos y juicios de gran significación, sobretodo porque provienen de ciudadanos colombianos, como altos militares que han hablado de “transnacionales del contrabando” y del presidente de la Asociación de colombianas y colombianos en Venezuela, Juan Carlos Tanus quien ha dicho que además del contrabando está lo que califica de “una perversión cambiaria”.
Es decir explica el líder de los colombianos en Venezuela “Detrás de las casas de cambio colombianas en la frontera hay mafias que controlan el precio del bolívar, disminuyen o aumentan su valor dependiendo del costo del transporte y de la mercancía para que al final siempre inviertan el mismo capital”. En otras palabras, la paridad cambiaria con el peso colombiano y el dólar del “mercado negro”, está en relación directa con el contrabando.

Lo que resulta más grave aún, es el subsidio que el Estado venezolano mantiene hacia Colombia y que al Estado colombiano le conviene. Por ello su silencio cómplice, y alguno que otro saludo a la bandera, para no pasar tan agachado con su responsabilidad contra el contrabando.

Para el líder colombiano de los residenciados en Venezuela, Carlos Tanus - además de los negocios de Uribe que pudiéramos asociar al contrabando o a sus paramilitares – “El presidente Juan Manuel Santos obtuvo la presidencia colombiana con 7.816.986 votos y resultó vencedor en 16 departamento fronterizos, de un total de 32 divisiones departamentales”.

En cuanto a la blandengue diplomacia venezolana hacia Colombia y el silencio de ese país, impuesto desde el Palacio de Nariño, queda al descubierto con el accionar del Gobierno venezolano del Presidente Maduro y nuestra FANBen los últimos meses en la frontera.
El reclamo para el hermano país es más que justo. Además del negocio que tienen con nuestra devaluada moneda y sus tentáculos en el “mercado negro del dólar”, es más que una fachada diplomática.

“El gobierno colombiano maneja las relaciones con Venezuela de una manera hipócrita; lo que se ha detenido realmente en Colombia es nada, muy poco. Hay un gobierno comprometido con el tráfico y el contrabando. La lucha allá es mantener el poder a través de lo económico”. Esto lo declara el director de la Asociación de Colombianas y Colombianos en Venezuela, Juan Carlos Tanus.

La realidad nos demuestra que la fuga de divisas, de alimentos y combustible hacia Colombia es algo más que contrabando. El Gobierno venezolano no debe seguir subsidiando la economía colombiana, además del contrabando está la compra de gas al vecino país, mientras nosotros seguimos quemando el gas en el Oriente venezolano despiadadamente (cosa que debe investigar el Presidente Maduro).

Colombia debe sincerarse con Venezuela, además que nos saquean con el contrabando siguen entrenando terroristas, asilando políticos golpistas (Pedro Carmona) y dejando en manos de la “gente del petróleo” su industria petrolera, mientras perforan nuestros yacimientos en la frontera de Barinas- Apure (método de perforación horizontal).

Hay mucho de qué hablar con el hermano país y no en lenguaje diplomático (la canciller guarda silencio) mientras a Colombia le pedimos una auténtica y sincera conducta bolivariana para frenar el contrabando… ¡Amanecerá y veremos!