Los docentes colaboradores, coordinadores de aldea, de eje y regionales, de la Misión Sucre son personas alineadas verticalmente a las tareas por el fortalecimiento de la etapa difícil de transición al nuevo modelo socialista, labor que realizamos con desprendimiento, solidaridad y, por encima de todo con la convicción plena de que, únicamente a través de una transformación de las estructuras socio-económicas del estado venezolano, lo cual viene haciéndose, (a pesar de las interferencias expresadas en la condición del estado burgués) a manera constitucional, lograremos la auténtica e histórica reivindicación y redención social del venezolan(a)o como tal, con sus derechos humanos, pero también con sus obligaciones. En este sentido, la contraprestación que los colaboradores de la Misión Sucre recibimos por ofrecer nuestros conocimientos, orientación y gestión académica en servicio de hombres y mujeres que aspiran, a través, del estudio, superar con creces el abandono, la desidia y el hostigamiento a que fueron sometidos por gobiernos dependientes de la voz dominante del capital extranjero, durante la época del puntofijismo, es de todos conocida que, a pesar de que ponemos todo nuestro mejor empeño, disciplina y mística en que estos objetivos se lleven a “puerto seguro” con la mayor ética y dedicación posible, sin embargo la compensación material que se recibe por estos servicios a la Misión Sucre, no se pueden comparar en grado alguno, independientemente del incremento del 15 %, que, últimamente le fueron asignados por el gobierno nacional a esta fundación, a la alta rentabilidad con que cuentan las llamadas universidades autónomas para sufragar con creces sus actividades administrativas y académicas, y por si fuera poco, siempre las autoridades, de estos centros de estudio, eternos insatisfechos con los beneficios que le aporta el estado, están convocando a sus estudiantes y personal universitario a protestar por más recursos presupuestarios y de paso, “interponer sus buenos oficios” por la desestabilización del país y de sus instituciones, tal cual se demostró con creces en la pasada turbulencia política, con la actuación de la guarimba fascista opositora en febrero del presente año. De aquí podemos deducir que ya es tiempo que la Misión Sucre ocupe el lugar que histórica y académicamente le corresponde como organismo de enseñanza universitaria y pase generar profesionales como un ente legalmente adscrito al Ministerio de Educación Superior
En este orden de ideas, a los misioneros colaboradores se nos ha venido otorgando, en años anteriores, un incentivo a final de año, el cual se ha hecho efectivo en los primeros días o a mediados del mes de diciembre. Esta pequeña compensación, si bien es cierto, no alcanza a sufragar los gastos ocasionados por una crisis inflacionaria, en mayor parte de origen exógena, no obstante en un aporte para complementar los gastos que, por concepto de viáticos, movilización, papelería, fotocopias, tinta, gastos de escritorio, etc., corren por cuenta nuestra, ya que la fundación Misión Sucre no nos ha aportado recursos, hasta ahora para sufragar tales erogaciones.
Dado que ya el año termina y no hemos recibido hasta el presente eta retribución, por demás necesaria y, teniendo presente las palabras de nuestro presidente Nicolás Maduro, "Pero le digo al pueblo venezolano: a nadie le va a faltar nada, por el contrario las misiones (proyectos sociales) ahora lo que van es a ampliarse, la protección del empleo, del salario", es por lo que nos extraña que no se haya hecho efectivo este pago, por lo cual exigimos su cumplimiento inmediato.