El gobierno nacional está dándole un espaldarazo al hampa en todos los terrenos.
No venga la superintendencia de empresas aseguradoras a decir que desconoce la actual usura que existe con las pólizas de seguro de los vehículos.
Aunado a la escasez de vehículos nuevos, las empresas aseguradoras se han dado a la tarea de extorsionar, por la vía legal, a los propietarios de los mismos, con los montos ficticios que le ponen a un carro; precios millonarios, no acordes con sus años de uso, y sobre la base de esos precios, fijan las primas que deben pagar sus clientes o víctimas en todo caso, que sobrepasan las seis cifras, para poder mantenerlos asegurados a todo riesgo.
Ante el alto costo de las primas, los propietarios han tenido que renunciar al reaseguro y se han trasladado hacia los sistemas de ubicación vehicular por posicionamiento global (GPS) los cuales, ante la demanda, también se han encarecido y en el peor de los casos, ni se consiguen en el mercado. Y todo esto ocurre bajo la anuencia de un gobierno fallido que ha permitido todo este malandraje, comenzando por Seguros La Previsora que es una aseguradora del Estado Venezolano en donde se practica, con total impunidad, este delito de usura.
Por supuesto, como es obvio, esto lo sabe el hampa y por eso se ha incrementado el robo de vehículos para pedir el respectivo rescate, que en muchas oportunidades alcanza lo que debió haber pagado en su oportunidad el propietario por asegurarlo y que en su momento no lo hizo porque no disponía de la cantidad y que a la final deberá igualmente buscar sí es que lo quiere rescatar; caso contrario, no lo verá más y el mismo pasará a alimentar las autopartes, ya que en este negocio, para el hampa, no hay desperdicio, ya que sí no recibe dinero por el rescate, lo vende como partes, favorecido por la escasez misma de repuestos en un mercado negro en donde el conductor que esté con su vehículo parado por la falta de un repuesto, paga lo que sea para ponerlo en funcionamiento.
Por eso y más, tenemos patria.
¡El que tenga oídos, que oiga!