Una escalada de renuncias de un grupo de personas que dicen llamarse periodistas en Globovisión es una buena noticia y ocupa cintillos noticiosos.
La empresa Globovisión ha emitido un pronunciamiento ante la escalada de violencia suscitada en los últimos días, que sin lugar a dudas termina por despejar todas las incógnitas que se tenía en cuanto al carácter fascista con el cual se manejó este canal de noticias 24 horas desde el arribo del Presidente Hugo Chávez a la Presidencia de la República.
Expresa ese comunicado esta perlita, cito: estamos en desacuerdo con el uso del espectro radioeléctrico como instrumento de agitación, propaganda o confrontación, ni como arma para quebrantar el bienestar nacional o alterar la estabilidad social del país.
La primera lectura que le podemos dar a este párrafo, es que la empresa Globovisión había venido haciendo todo lo contrario a lo allí expresado y nos basamos para hacer esta conjetura apoyados en la siguiente afirmación que expresa dicho comunicado, cito: Que quede claro para siempre que Globovisión no es y nunca será una ventana tendenciosa, parcializada, incitadora de la violencia y el caos, ni vehículo irresponsable para la desestabilización del país o para la promoción de la intolerancia, el odio y el fatalismo.
Nótese en este último párrafo, que se habla en tiempo presente y futuro; más no, en pasado, obvia el pasado que no es de ellos, sino de los anteriores dueños, los que especulaban pero daban empleo, y del equipo periodístico violadores todos de los más elementales preceptos de lo que debe ser un ejercicio del periodismo responsable y ético que hoy día están presentando sus renuncias. Y esto no es que sea nuestra apreciación, es la apreciación de la actual junta directiva que lo manifiesta de esta manera, cito: Desde hace 10 meses, la nueva Junta Directiva que asumió la conducción del canal decidió con absoluta firmeza y convicción convertir a Globovisión en una fuente de noticias seria y responsable que mantuviera informado a todo el país con veracidad y equilibrio, así como también, en un medio de comunicación que contribuyera siempre con el bienestar emocional y material de todos los venezolanos, proporcionando contenidos útiles, plurales y necesarios para que nuestras audiencias constituyan sus propias opiniones. Carajo, más clarito y esclarecedor, imposible.
Pero lo que sigue a continuación, desnuda el carácter fascista que acompaña a quienes bajo la mampara de un título de Comunicador Social, o de Periodista o como carajo se le llame, venían haciendo durante todos estos años ese equipo perverso que hoy, gracias a Dios, presentan sus renuncias, cito: Durante las últimas horas, se ha producido una salida intempestiva de algunos empleados de nuestra empresa, circunstancia que inmediatamente desató una nueva campaña insidiosa, calumniosa y conspirativa contra Globovisión y el personal que se ha mantenido cumpliendo con su honrosa responsabilidad, con el evidente objetivo, no sólo de destruir a nuestro canal, sino de desestabilizar a la nación venezolana y sembrar la confusión entre los ciudadanos. Y a continuación afirma, cito: Respetamos las opiniones políticas y las decisiones de los empleados que abandonaron nuestro canal. La Constitución Nacional y las leyes garantizan sus derechos y nosotros le damos fiel cumplimiento. Y como para que más les duela a esta especie de dream team del periodismo que esta gentica se creía que eran, el comunicado los termina por siquitrillar con esta lapidaria aseveración, cito: El periodismo que hoy hacemos en GLOBOVISIÓN evita falsear o manipular la noticia, buscando siempre confirmar las informaciones antes de hacerlas públicas. Por eso, hemos llevado la noticia a sus hogares sin caer en prácticas irresponsables que generen zozobra y angustia en la población. ¡Tapón!
Nuestra más sentida palabra de condolencia a estas viudas y viudos, mercenarios del periodismo, fascistas, que hicieron de la bella profesión de comunicar, un verdadero pantanal de mentiras y violaciones al derecho que tiene todo ciudadano a recibir una información creíble e imparcial a través de aquel obscuro canal de televisión que fue Globovisión, la Globovisión que especulaba pero daba trabajo y que mucho contribuyó al odio que hoy reina entre hermanos de esta hermosa patria venezolana.
¡Dios es grande!
¡El que tenga oídos, que oiga!
Eliécer Alvarado.