Un culto a la incompetencia

En diversas ocasiones he hecho referencia a que en el proceso de cambios de hace mucha falta inteligencia de todo tipo… en especial aquella que permita tener información cierta de cómo está funcionando la maquinaria encargada de llevar adelante el proceso. Es necesario que todas y cada una de las costumbres que alentaron la corrupción y la desidia en la cuarta república sean erradicadas de una vez por todas.

Quizás una de las que con mayor celeridad deben ser erradicadas es aquella que utilizan algunas organizaciones de asignar a los cargos de decisión a quienes aparentan ser dirigentes ante los cuadros de instancia superior, como puede ser el cabeza visible de la parroquia ante la dirección municipal, o el cabeza visible del municipio ante la dirección regional y los de esta última ante la dirección nacional. Ocurre, pasa y acontece que en muchas ocasiones esos miembros de la organización son incapaces e incompetentes, pero eso sí, son unos pico e’ plata como dice el dicho popular, buche y pluma na’ más… pero para los dirigentes de la instancia superior son unas estrella. Aunque a veces me pregunto ¿SERÁ ACASO QUE ANTE LA INCOMPETENCIA DE ALGUIEN ES NECESAQRIO QUE LOS QUE LE REPORTAN TAMBIÉN SEAN INCOMPETENTES PARA QUE NO SE NOTE LA PROPIA INCOMPETENCIA?... ojalá que usted tenga la respuesta por que yo no la tengo.

Recientemente se han designado los comandos de campaña para las elecciones del 03/12 y en algunos municipios se ha premiado a incompetentes al ser designados a dedo en los comandos de campaña, sin hacer una evaluación de su capacidad y desempeño; al igual que en las fiestas populares, se colean sapos y camaleones… he visto que incluso funcionarios que ocupan cargos de elección popular que no hicieron nada por su propia campaña para salir becados con dineros del estado venezolano, ahora van a conducir la campaña de otro, la de Chávez, soñando con que eso le dará currículo político pero sin pensar en el esfuerzo que se debe realizar para obtener una mayoría calificada y no una mayoría simple en las elecciones. Mayoría simple es cuando se saca al menos un voto más que el otro, pero mayoría calificada es cuando se obtienen las dos terceras partes de los votos emitidos.

Aquí cabe preguntarse si es cierto que nos preocupa que los mejor capacitados y quienes están dispuestos a dejar sus intereses personales son los que queremos en los cargos. O será acaso que frente a la inminente necesidad de cambios personales para adaptarse a las nuevas exigencias de la vida nacional, que deberán realizar los llamados dirigentes, se está jugando al fracaso político del presidente y por ello no se colocan a los más capaces sino a aquellos que faciliten desde adentro la labor de la oposición. Recordemos que de buenas intenciones está tapizado el camino del infierno; y la tentación es muy grande.

De nuevo insisto que sería muy productivo que así como se ha determinado que algunos funcionarios han incurrido en hechos inconvenientes, se revisara por personal de confianza e identificado plenamente con el proceso y sus líneas de acción, el desempeño de quienes se dicen estar en el proceso, pero no dicen que en busca de su propio beneficio, y si es económico mejor.

PARECIERA QUE SE TARTA DE UN CULTO A LA INCOMPETENCIA.

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Sigfredo Leal Levy


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