En Carabobo no hay nada tan conocido y comúnmente padecido como la realidad del Mercado de Mayoristas de Tocuyito. Después de hacer seguimiento a cuatro años consecutivos de despiadado ataque a nuestra moral, para matarnos, no sin antes llevar nuestro ánimo al suelo y/o enloquecernos, resulta claro que el gran eje empleado para demoler el proceso socialista bolivariano, ha sido la manipulación del tipo de cambio, lo cual a su vez activó múltiples factores conexos que nos torpedean, todos asociados a la lógica de la maximización de la ganancia fácil. Del mínimo esfuerzo. Especular, porque lo que exige más esfuerzo es producir.
Es tan simple como saber que los precios son inestables y tienden a subir, entonces guardas para vender más caro, retienes o acaparas productos, sobre todo los que más demanda la población, y entre esas mercancías destaca la propia moneda, la extranjera en primer término, pero también la moneda nacional. No es el origen de las peores bajezas, es que la ruindad latente en toda sociedad donde predomina el modo de producción y de vida capitalista, se desata con sus miles de demonios, cuando el principal blanco de ataque del adversario a nivel mundial es la dignidad de un pueblo que despertó. Nuestra ética y nuestra moral han sido brutalmente atacadas a diario, por todos los flancos, con la mayor intensidad durante cuatro años sin la más mínima pausa (antes también, pero nunca con tanta intensidad). Nos enfrentamos a una hidra de mil cabezas, evidentemente. Es una lógica que se reproduce en todos los subsistemas que hacen posible el funcionamiento de la sociedad moderna: tanto las estructuras que nutren y oxigenan permanentemente el cuerpo social, como el sistema de valores que lo orienta. Las normas de convivencia más elementales.
A nivel nacional, ya se ha dicho en muchas ocasiones, que grandes monopolios nacionales, y de capital transnacional cuya cantidad no alcanza la cifra de treinta, controlan la distribución de los productos procesados de consumo masivo, en el ramo alimenticio específicamente, medicamentos y productos de higiene personal y del hogar, pero también son eslabones fundamentales de la cadena de distribución, la red nacional de mercados mayoristas. Entre los de mayores dimensiones se encuentran el Mercado de Coche, Mercabar de Lara, el Mayorista de Alimentos de Maturín y el Mayorista de Tocuyito o Municipio Libertador del estado Carabobo. Estos mercados están teniendo alta incidencia en el precio de los alimentos no procesados (hortalizas, granos, tubérculos…) pero también de productos procesados como la harina de trigo, y el problema es que ahí confluyen actores que están perjudicando al pueblo. En Valencia el tema desde hace ya un buen tiempo se tornó particularmente sensible, en otras palabras: pasó de castaño a oscuro.
En Venezuela lograron instalar esto en nuestras mentes: habituarnos a que los precios tengan duración efímera, y ello es promovido con gran fuerza desde los mercados mayoristas de alimentos, por las mafias que participan en la reventa especulativa, es decir, aquellos seres que utilizan tales espacios para "engordar" a costa del padecimiento de sus semejantes. Por consiguiente, no voy a hablar del precio desproporcionado de un saco de harina u otro producto ahora, para que dentro de un mes la cifra corresponda a un precio bajo, una "ganga" pues. Se trata de un problema cuyos efectos se prolongaron. Ya hace un año, el alto gobierno estaba al tanto, por ello el camarada Diosdado Cabello pidió la intervención del centro de abastecimiento; precisamente la situación ya venía agravándose cada vez con mayor celeridad, con por lo menos dos años de anterioridad, y fue intervenido efectivamente al otro día de la concentración efectuada en la Plaza de Toros, pero las irregularidades no solo continuaron, sino que configuraron un peor cuadro. Casi un año después, el 5 agosto de 2017, aparecía la siguiente noticia en el diario Notitarde, el de mayor circulación en Carabobo: "Intervenido el Mercado Mayorista de Tocuyito". De nuevo.
No estoy informando absolutamente nada. Si no hemos experimentado en carne propia el desastre del Mercado Mayorista de Tocuyito, conocemos por lo menos a una persona que ha hecho una compra allá, y efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana dejan por el suelo el nombre de la institución a la que pertenecen, cobrándole comisión por dejarlo salir; los comerciantes no dan factura, la gente se queja y dice que las autoridades que deben imponer el orden lo que hacen es "escoltar a los bachaqueros". La comunidad ha respondido de formas distintas a la especulación campante en el lugar; durante el año 2016 se organizó un movimiento ciudadano que llevó a que alrededor de veinte luchadores sociales sostuvieran más de tres reuniones con los que en aquel entonces coordinaban la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Central y la Zona de Defensa Integral (ZODI) del estado Carabobo. Fueron amablemente atendidos por los compañeros uniformados en el Fuerte Paramaracay, y hubo espacio para el intercambio de ideas, críticas y desahogo, todo en el marco del mutuo respeto. De esa manera, las autoridades tuvieron alcance a información veraz, proveniente de quienes sufren en la cotidianidad, la problemática en cuestión. En mesas de trabajo comuneros y demás voceros de la comunidad, llegaron a plantear, reuniones con personas dedicadas a comprar arroz, pasta y otros productos, para considerar también el punto de vista de quienes se dedican a la reventa como actividad de la cual obtienen sustento. En la web incluso están colgados videos del segundo semestre del 2016, cuando la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS) ejecutó la famosa intervención aquella, sin embargo, de la intervención quedó solo la decepción, y la frustración y la rabia del pueblo en lo referente al asunto continuaron acumulándose.
Llegó el 2017 y el Mercado Mayorista como punto de referencia del nivel en que se ubican los precios de productos de la canasta básica, continuó marcando valores exorbitantes. Consecuencia de ello fue que en éste año, la comunidad en su diversidad, respondiese, ya no mediante voceros que busquen entenderse con los jefes de la institucionalidad nacional encargada de la defensa y el resguardo de la población, sino que, llevada por la desesperación, intentó ingresar de forma violenta al mercado regional, para sustraer productos de los locales ilegalmente. A partir de ahí lo que viene sucediendo es que se decomisan cinco toneladas de pasta, 15 toneladas de otros productos, en fin, acciones de esa magnitud, que no obstante son comúnmente percibidas ya, como meras "demostraciones efectistas" ante el hecho de que la dificultad para el acceso a alimentos a precios razonables se mantenga.
Transcurren los meses y llega el momento de iniciar la campaña para las elecciones de gobernadores. Después del 30 de julio, cuando se llevaron a cabo las más recientes elecciones previas a las del 15 de octubre, las de los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, arreció la guerra sin tregua orientada a destruir el proceso revolucionario bolivariano, en su faceta económica, de manera inmediata, al desactivarse su faceta bélica. Uno de los productos que registró la mayor elevación de su precio fueron los huevos, que se ubicaron en el orden de los 30 mil bolívares el cartón. Repito: prefiero no indicar precios que en cuestión de semanas van a resultar irrisorios, pero para que los lectores a nivel internacional tengan una idea, fue en 2015 cuando el precio del huevo se disparó de Bs. doscientos (200) a Bs. cuatrocientos (400). Lo importante es observar la proporción de los incrementos de los precios en Venezuela, sobre todo en los períodos de campaña electoral.
El candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela, Rafael Lacava (ya electo gobernador de nuestra región) es ahora quien tiene que tocar el tema, y lo hizo a su paso por las distintas localidades carabobeñas, así como en la red social Twitter, expresando con vehemencia: "¡voy a ser implacable con las irregularidades del Mercado Mayorista!". En mi caso particular yo participé en el encuentro de Lacava con el sector salud, realizado en el auditorio de la Aldea Universitaria "Tte. Coronel Hugo Rafael Chávez Frías"; presencié que después de que el candidato hiciese algunas propuestas concernientes al servicio público de salud y las condiciones laborales de los trabajadores del área, en medio de una gran algarabía, los que masivamente acudieron a la cita comenzaron a gritar espontáneamente: "¡Mayorista! ¡Mayorista! ¡Mayorista!.." Ello fue un auténtico termómetro del momento que se vivía (se vive todavía, ¿hasta cuando?).
En un semanario de circulación regional, de larga trayectoria, la edición de hace casi dos meses informaba: "Pueblo pide verdadera intervención del Mercado de Mayoristas" (Kikirikí, 15 al 21 de agosto de 2017). Muy bien. Lo que sucede es que toda intervención continuará siendo infructuosa, y el problema no lo superará el gobernador ni nadie, "poniendo en cintura" a nadie en el Mercado Mayorista de Tocuyito ni en algún otro gran mercado de mayoristas del país (como dice mi padre: "¡bajémonos de esa nube!"). Las instituciones públicas son estructuralmente incapaces de hacerlo, es decir, el Estado, de modo que no esperemos grandes logros de la SUNDDE, ni los cuerpos de seguridad, o cualquier otra entidad, actuando solos o articulados. Ya la experiencia lo demostró de una forma insoslayable. Lo que sí puede ocurrir, y se requiere que ocurra es que las instituciones brinden el mayor apoyo posible al pueblo organizado que es el único que puede garantizar el óptimo y transparente abastecimiento de los alimentos que él mismo necesita en las actuales circunstancias (esto aplica también para los medicamentos y productos básicos en general). Pocos asuntos reafirman en el presente momento, la máxima de que "sólo el pueblo salva al pueblo". El asunto de fondo no es otro que la organización socio-productiva y política comunal, como eje de la transformación del Estado, y del capitalismo rentista y primario exportador agotado y obsoleto.
Por eso es que usted señor Gobernador Rafael Lacava debe asumir como gran clamor del pueblo que lo eligió, el inmediato cierre del Mercado de Mayoristas de Tocuyito, y tanto el Presidente de la República Nicolás Maduro y todo su gabinete ministerial, como la Gobernación del Estado Carabobo, están sujetos a la obligación que la patria soberana y bolivariana les demanda en ésta hora crucial, de confiarle la distribución de los alimentos a las comunidades organizadas en comunas populares, consejos comunales, Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y Empresas de Propiedad Social Directa (EPSD) en el marco de la legalidad.
¡La única forma de derrotar a la hidra de mil cabezas del capitalismo, es convirtiéndonos como pueblo en otra hidra, para que cuando nos corten un cabeza broten cientos de cabezas nuevas!