Cuando el Chávez asumió el poder en 1999, la oligarquía nacional y transnacional pensaban que podían "jalar" el incipiente proceso revolucionario hacia sus filas y transformarlo en un proceso de cambios para dejar todo igual. En esos momentos las presiones eran "suaves"…todo cambio cuando el Comandante anunció el carácter revolucionario y socialista del proceso bolivariano y cuando se plasmó en una Constitución Nacional este ideario. Ya para entonces sabíamos que iba a ver fuertes movimientos opositores que intentarían derrocar todo este proceso.
No era de extrañar que los oligarcas llevarían a cabo una serie de acciones para dar al traste con lo que ellos consideraban una usurpación de sus privilegios. No iban a permitir que un "teniente coronel" salido de la nada, les arrebatara las mieles que venían disfrutando desde la misma época de la conquista española y se las entregara a los "tierruos", patas en el suelo, que servían de esclavos, obreros mal pagados en sus empresas. No iban a aceptar que les quitaran ni el poder político mucho menos el poder económico, transformando sus aparatos estadales represivos en sistemas socialistas, comunales, al servicio del pueblo.
Todo esto era natural y esperable que sucediera. Ya sabíamos que los entes de poder capitalista no iban a aceptar ningún proceso bolivariano socialista en sus narices. Sabíamos que iba surgir una fuerte oposición violenta, tal cual como una serpiente venenosa acorralada. Era de esperarse que usarían todas sus armas de manera implacable contra todo aquello que pintara como socialista bolivariano. Pero lo que no se puede aceptar bajo ninguna excusa es que surjan enemigos apátridas desde dentro de las mismas fuerzas revolucionarias. Y menos cuando los oposicionistas, oligarcas capitalistas nacionales y transnacionales, arremeten con toda su fiereza al pueblo, hostigando con saña y arrogancia, a la patria, destruyendo sin contemplación todo a su paso con la guerra multiforme.
Es inaceptable que en este momento, que han arreciado las acciones violentas, de destrucción de la economía y del ideario chavista, surjan de nuestras filas sujetos que se sumen a estas acciones disfrazados con una jerga revolucionaria, con los símbolos bolivarianos, y se apoderen de los recursos que van hacia el pueblo.
Estos seudos revolucionarios, chavistas lights, apátridas, anclados en cargos claves dentro del estado, dentro de las instituciones, se apropian de los alimentos, de las divisas, de la gasolina, de la producción del país, se enchufan en los organismos de defensa de la revolución, del pueblo y sabotean los procesos, ocultando sus acciones con ropajes bolivarianos, haciendo creer que sus acciones son beneficiosas a la revolución, echando para atrás las iniciativas socialistas o comunales, o desplazando, acosando, o botando a los verdaderos revolucionarios que ejercen a favor del pueblo.
Algunas de estas prácticas contrarrevolucionarias, a modo de ejemplo, la podemos ver en el aumento del pasaje de los buses de Transaragua. El pasaje pasó de 3 mil bolívares soberanos a 20 mil bolívares de un solo "trancazo", siendo el aumento de más de un 600%; sin embargo, los trabajadores no han recibido ningún aumento por su trabajo, por lo que se quedan con parte de los pasajes que recolectan durante la jornada laboral, ya que "dañaron" la mayoría de las máquinas de pago con tarjetas. Otro ejemplo, es el del aumento de pago de servicios telefónicos del Banco de Venezuela: las consultas telefónicas tuvieron un aumento de más del 50%. Tal vez se vean estos aumentos como insignificantes pero sirven de validador para que las empresas privadas aumenten sus productos sin aumentar los salarios. No hay nada que justifique un aumento de los precios de los productos sin que implique un aumento del precio de la fuerza de trabajo, es decir, aumento salarial. Muchos seudo-revolucionarios plantean que vale aumentar los precios de los productos que producen las empresas del estado pero que no se debe aumentar los salarios porque generan una elevación de los "costos". Visión que tiene de trasfondo un marco capitalista, quienes son los que hablan de costo, de gasto, de que los beneficios sociolaborales de la clase trabajadora son "despilfarros", pérdidas que la revolución no se puede permitir.
En otros lugares vemos como personeros de alto y bajo rango los colocan en empresas distribuidoras de alimentos a los CLAP y solo envían al pueblo arroz, mientras que comercian bajo cuerda el café, la leche, el aceite, la pasta. Son de los que piensan que el pueblo no merece consumir esos alimentos y solo se le debe dar lo de menor calidad. Igual vemos en las estaciones de servicio como estos corruptos comercian la gasolina a precios de dólares como si ellos fuesen los dueños productores de este bien social.
En ocasiones vemos como estos bichitos se "colan" en los organismos del estado, valiéndose de artimañas o seudodiscursos revolucionarios, presentándose como más chavistas que Chávez, más bolivarianos que Bolívar o más socialistas que Marx, infiltrándose en las posiciones de poder para luego destruir la institución con sus acciones. Un ejemplo de esto lo vemos en un cuartel de bomberos (me reservo el nombre por las represalias), en donde un supuesto "jeque" (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), de turbia trayectoria, se ancló al poder valiéndose hábilmente de seudo-acciones socialistas que le han servido para su propio beneficio a la vez de posicionarse como un supuesto revolucionario.
Igualmente está el problema de los cortes de electricidad. Cómo es que diariamente "se va la luz" durante unas horas fijas (3 horas diarias, rotativas) sin que se determine cuál es el origen de esta problemática. ¿Sera que los encargados del sistema eléctrico justifican estos cortes, con malabares discursivas, para hacer creer que es desde afuera de la institución que se realizan, ocultando que son ellos quienes sabotean el servicio eléctrico?
Si enumeramos la cantidad de instituciones que, gracias a estos pillos, han sido destruidas la cuenta se haría interminable. Entre estas empresas estadales esta la mismísima PDVSA que fue deteriorada gracias a las acciones encubiertas de Rafael Ramírez. Igualmente esta la Fiscalía General de la República, con la famosa Ortega Díaz. En palabras de José Vicente Rangel esta "señora" lo engaño a el, quien a pesar de su experiencia política y su trayectoria revolucionaria, fue confundido por la habilidad de esta corrupta. Así tenemos empresas como la de los bombillos ahorradores, la de bicicletas, la empresa productora de palmito, etc., etc., etc. Cuantos convenios firmó el Comandante Chávez a favor del pueblo que estos apátridas destruyeron desde adentro, al estilo del caballo de Troya.
Estas prácticas se han extendido hasta algunos Consejos Comunales y CLAP, quienes en algunos casos revenden las bombonas de gas que les envía el gobierno y haciéndole creer al resto de la comunidad que el gobierno se las vendió a ese precio. Igual sucede con las bolsas de alimentación. Los precios oscilan en las distintas comunidades dependiendo del carácter revolucionario o el carácter contrarrevolucionario de las personas encargadas de entregar este beneficio.
El presidente Nicolás Maduro, sorteando el bloqueo vil de imperio, consigue los recursos económicos, alimenticios, medicinales, energéticos para llevarlos al pueblo y los corruptos seudochavistas, infiltrados, traidores se apoderan de estos recursos como si ellos los hubiesen producidos y los mercadean a precios especulativos al pueblo necesitado. No se conforman con robar a la nación sino que también atacan la economía al colocar precios a dólar paralelo, y para colmo patean a las personas que quieren pagar el precio puesto por el gobierno bolivariano. No les importa el sacrificio que se hace desde la revolución para llevar los alimentos, las medicinas, el gas, la gasolina al pueblo, solo les interesa enriquecerse a costa de los bienes del país.
Sabemos y hasta esperamos los golpes de los imperialistas, de los oligarcas, de los oposicionistas y podemos armar las estrategias defensivas y ofensivas para neutralizar estos ataques pero no esperamos los golpes desde lo interno de la revolución, de los supuestos aliados, de los que conocen nuestros afectos, nuestros secretos, nuestras estrategias. No esperamos que estos viles traidores se valgan, se aprovechen, de sus puestos dentro de la revolución para enriquecerse a costa de los beneficios que se direccionan hacia los más necesitados. Es inaceptable permitir que estos bichitos se apoderen de los alimentos, de la medicina, de la vivienda, de los juguetes destinados a nuestros hijos e hijas.
Todo esto ha generado tanto daño a la revolución que muchas personas están llenas de odio contra todo lo que signifique chavismo. Mucha gente al ver como estos corruptos disfrazados, estos seudochavistas, se pavonean con las riquezas expropiadas al pueblo, andan campantes y libres vestidos de rojo rojito, sin temor a ser juzgados en los tribunales ni señalados por sus actos.
Es decisivo tomar acciones contra estas prácticas contrarrevolucionarias, diría que por encima de las acciones contra la guerra económica. Es necesario neutralizar la corrupción para poder avanzar. Quizás los daños generados por estos traidores son superiores a los generados por el imperialismo.
Estamos enfrentando una guerra multiforme de proporciones gigantescas, en donde los ataques del imperialismo y la oligarquía nacional y transnacional se valen de artimañas híbridas de distintos dimensiones y características. Por lo que no podemos permitir que desde adentro de la revolución se abra huecos en el barco y que contribuyan a hundir el proceso bolivariano. Este flagelo mortal que está invadiendo todos los espacios como un cáncer en metástasis amenaza con destruir desde adentro la revolución. No nos queda más que tomar acciones de guerra en contra de estos traidores y actuar con firmeza. Igualmente, es imperante combatir la impunidad ante estas prácticas contrarrevolucionarias.
La corrupción es un arma del capitalismo que se introyecta en la psique de las personas, induciéndolas a adoptar valores contrarrevolucionarios y capitalistas, llevando a estos seres a querer emular la vida de los oligarcas y asumir el individualismo, el egoísmo, como valor supremo en contra del colectivismo y de la solidaridad. Es el primero yo, segundo, yo, tercero yo a toda costa, así sea que se destruya el bienestar de los demás. Lo importante para el corrupto es la acumulación de dinero a toda costa.
Estos valores y prácticas contrarrevolucionarias se han extendido a todos los niveles de nuestra sociedad por lo que se deben combatir con fiereza o sucumbirá carcomida nuestra revolución.
A modo de propuesta expongo algunas acciones para destruir estas prácticas contrarrevolucionarias.
El Comandante Supremo de la nuestra revolución, Hugo Chávez, tomo una medida drástica para poder abordar el problema médico y de atención al pueblo: llamó al Comandante Fidel Castro y le pidió ayuda. De manera que recibimos el apoyo cubano con un batallón de médicos quienes nos ayudaron a darle ejecútese a la Misión Barrio Adentro. Tomando este ejemplo del Comandante Chávez y en el marco de la solidaridad de nuestros aliados internacionales debemos pedir ayuda de países amigos para combatir estas prácticas de guerra interna. En vista de lo extendido de este cáncer vale solicitar apoyo de las policías de estos países para investigar en secreto y a todo nivel todas estas prácticas corruptas. Luego nuestro presidente Nicolás Maduro en cadena nacional, y, con la presencia de estos bichitos sin que sepan de qué se trata, va mostrando los resultados de las investigaciones y llamándolos por sus nombres y apellidos sean entregados a la Fiscalía de la República. Junto con esta medida se deben congelar todos los bienes de estos seudorrevolucionarios y de sus familiares allegados que no justifiquen sus recursos y bienes. Igualmente, se debe penalizar fuertemente aquellas personas que inciten actos de corrupción. También estas personas accionan como bombas destructivas de los procesos en pro del pueblo que lleva e cabo el gobierno revolucionario.
A la par de estas medidas se debe realizar una intensa campaña en los medios, redes y paredes en donde se satanicen estas prácticas contrarrevolucionarias, y, por otro lado, se vaya creando conciencia revolucionaria y bolivariana acerca de los valores colectivos y solidarios.
Con estas medidas podemos extirpar en gran medida este cáncer que está corroyendo y socavando el legado de nuestro líder Hugo Chávez. Estamos en guerra y ante esta situación extrema hay que tomar medidas defensivas y ofensivas de guerra. Ya basta de resistir, necesario es ir a la ofensiva.
"no podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer"
Si no logramos detener estas prácticas contrarrevolucionarias será en vano las acciones que hagamos en contra del imperialismo.