Hace algún tiempo la
querida profesora Olga Dragnic me hizo la misma pregunta que yo me hago
sobre los bruscos cortes en la programación regular de VTV, en avances
instantáneos e inmediatos de la noticia, por un lado y por el otro
en los lentos, yo diría demasiado lentos, cambio de cámara (suichear)
en la programación en vivo del mismo canal.
Antes que se me drague
como contrarrevolucionario o agente de la CIA, debe entenderse ésta
como un crítica constructiva a nuestro querida Venezolana de Televisión
y a su equipo, no será necesario anexar a ésta mi currículum
político para decir verdades sobre nuestro canal, de cualquier manera
se subscribe el correo electrónico para respuestas o aclaratorias.
Lo que arriba indicamos
resulta una paradoja extraña a quienes técnicamente no conocemos
los movimientos internos que realizan los coordinadores de master o
directores de programas, ni tampoco las enredadas comunicaciones entre
los camarógrafos y los directores y entre estos y los moderadores a
partir de los inhalámbricos, desde Ernesto Villegas hasta Mario Silva.
No obstante si vemos, como espectadores, que hay una enorme paradoja,
entre los cortes bruscos cuando viene un avance, sin transición y de
manera brusca y los fatales cambios de cámara en programas como Alo
Presidente entre otros programas en vivo.
Mucho puede especularse
sobre estos eventos, pero lo importante es destacar que quienes vemos
VTV lo entendemos como pequeñas fallas técnicas perfectibles siempre
que discutan los mismo trabajadores y sus coordinadores el caso, porque
los usuarios tenemos el derecho de hacer observaciones para mejorar
la calidad de la televisión que se nos ofrece como servicio.
Estos cortes bruscos
y a veces traumáticos me imagino corresponden a la presión que los
coordinadores (fuera de cámara) ejercen sobre los moderadores por alguna
noticia inmediata relacionada con la agenda presidencial por ejemplo,
no obstante en ellos (los coordinadores y también los directores) tiene
que privar la conciencia que los programas en vivo tiene la misma construcción
visual de una película y que voltear la página de un sopetón resulta
desagradable ante los ojos de la audiencia y desde el punto de vista
estético una falla de continuidad y transición entre un momento y
el otro, que no justifica una cambio drástico.
Pienso que mucho de
ello se corresponde con el nervio operativo de los coordinadores y de
los controles operacionales de la pantalla. Nervio movido por el hecho
de cumplir con su responsabilidad de coordinar a cabalidad la tarea
asignada, pero sin asumir la responsabilidad estética de una secuencia
o transición entre los dos tiempos que se tratan de enlazar.
El otro dilema es cuando
suichean entre una escena o imagen que sugiere el moderador en su discurso
(Dígame si es el Presidente) y la imagen que no termina de salir
en pantalla, entonces diez segundos o 15 segundos se hacen interminables.
Aquí la instantaneidad no funciona porque el director y
el camarógrafo deben tener sentido de la edición por cámara en vivo,
de la rapidez de esos ocho segundos que necesita un espectador para
construir una idea en su mente y que el moderador está indicándole
verbalmente, aunque la imagen tarde 20 y hasta 30 segundos en aparecer.
¿Por qué ocurre eso?
Quizás por el cansancio
de los directores al estar controlando master por más de seis horas
(nada que ver con el antecedente de las horas extras) o a lo mejor por
el descuido de los camarógrafos que en vez de concentrarse en el trabajo
están pensando en otra cosa que no es el de ser nuestros ojos y lo
que interesa ver en la pantalla o lo que esta diciendo el moderador.
Todo ello es presunción porque quienes realmente saben lo que pasa
son los mismos trabajadores que a conciencia deben discutir sobre la
enorme responsabilidad que tienen en sus hombros y en la calidad de
una televisión de estos tiempos.
Todo esto que escribo,
es la preocupación de un usuario que pregunta y ciertamente exige calidad
en la transmisión, pero más que eso lo importante es que esta discusión
ocurra desde el mismo seno de los trabajadores de VTV, a quienes los
venezolanos debemos la gratitud por el esfuerzo de entregarnos horas
de transmisión y de dedicación a un medio en el que terminan viviendo
lejos de la familia, tan solo por cumplir con sus responsabilidades.
No obstante ello y en
razón de establecer un diálogo critico, me permito recordarles lo
que establece la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión
en su Capítulo IV de la democratización y participación, artículo
12, parágrafo 9 donde indica : “Promover espacios de diálogo e intercambio
entre los prestadores de servicios de radio y televisión, el Estado
y los usuarios y usuarias” como obligación de los medios y un deber
de la ciudadanía espectadora.
Este acto democrático
solo se puede hacer con VTV, VIVE, la ANTV o TVES, que son los únicos
canales democráticos que existen en el país, lo demás es dictadura
mediática y eso lo sabe todo el mundo, además no puedo perder mi tiempo
escribiendo sobre el escualidismo mediático, no tiene sentido, prefiero
que nos concentremos en nuestros medios, que lo han hecho muy bien,
pero debemos ser mejores cada día.