19-12-20.-Hace 38 años, el 19 de diciembre de 1982, en la planta de generación Ricardo Zuloaga, propiedad de la entonces Electricidad de Caracas, ubicada en el sector Arrecife de la población de Tacoa, en el estado de La Guaira, sucedió la que se ha catalogado como una de las peores tragedias ocurridas en Venezuela.
La explosión de los tanques de combustible del centro generador causó la muerte de cerca de 200 personas. “Además de las víctimas, muchas familias resultaron afectadas, pero no fueron atendidascon la contundencia que requería el momento. Los intereses capitalistas se impusieron por encima de la solidaridad social. Muchas familias todavía reclaman indemnización.
Con el tiempo el caso quedó cerrado, aunque a ciencia cierta no se conocen el total de víctimas, tampoco las causas reales del incendio. Los datos oficiales indican que el incendio de los tanques de combustibles 8 y 9, junto a las explosiones que allí sucedieron, ocasionaron la muerte a 160 personas, entre ellas 9 comunicadoras y comunicadores sociales, así como de 50 bomberos, miembros de la antigua Defensa Civil, además de brigadas de voluntarios y policías.
Además de centenares de heridos con quemaduras de primero, segundo y tercer grado, un grupo de 500 viviendas del sector Arrecife, decenas de vehículos y un helicóptero también fueron arrasados por el fuego. Este es el accidente que más víctimas bomberiles y periodísticas ha cobrado en la historia nacional", según analistas.
“Mientras se avivaban las llamas y pasaban los minutos en esa fatídica mañana, los bomberos actuaron muy rápido, más tarde vinieron refuerzos del Aeropuerto de Maiquetía, junto a ellos comenzaron a asomarse otras personas en torno a los tanques 8 y 9, cuerpos de seguridad del Estado, policías, voluntarios, periodistas y curiosos fueron aglomerándose en el perímetro del incendio”, recordó el único testigo sobreviviente que estaba de guardia ese día, Alexis Alzaul, en un testimonio recogido hace años por el Correo del Orinoco.
“Eran las 11:45 am, bomberos, defensa civil, periodistas, policías y curiosos que estaban alrededor de los tanques 8 y 9 volaron por los aires. Los gases que se acumularon en el mismo tanque 8 actuaron como una bomba de tiempo”. dijo Manuel González, gerente de la planta Josefa Joaquina Sánchez Bastidas que trabajaba en el centro de generación en 1982.
A los afectados se les abandonó a su suerte. Ellos tuvieron que ponerse de acuerdo y agruparse para poder reclamar a la Electricidad de Caracas una indemnización justa.