No nos sorprende la posición del gobierno de Venezuela, y de su pueblo en especial, en favor de la causa árabe-Palestina. La admirable y contundente postura del gobierno venezolano no se debe a simples intereses económicos o a supuestas presiones chantajistas de algún "Lobby pro-árabe" en el país, semejante a como sí sucede en los Estados Unidos y Europa con los Lobbys pro-israelíes (la AIPAC el más poderoso de ellos). ¡Pues no! La actitud de Venezuela se debe – como diría el Ché: a la dignidad y la conciencia de todos los revolucionarios capaces de "estremecerse cuando se comete un acto de injusticia contra otro ser humano en cualquier parte del mundo". Venezuela ha sido siempre consecuente con la causa árabe-Palestina, y no sólo de palabras sino también en los hechos.
Quien recordará, fue un hermano venezolano quien estremecido por la criminalidad del sionismo en Palestina, y como acto de desprendimiento y altruismo, se levantó en armas y arriesgo su vida por el pueblo palestino. Carlos Ilich Ramírez, es un digno venezolano que llevo a la practica lo que muchos otros, por miedo, han preferido dejar en el discurso. Su convencimiento sobre la injusticia cometido por el sionismo contra un pueblo desarmado; su conciencia lo llevo a unirse al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y emprender acciones contra los terroristas sionistas y sus intereses en el mundo. El consecuente revolucionario Ilich Ramírez se encuentra hoy injustamente preso, o mejor dicho, secuestrado en Francia producto de la traición de unos y la indiferencia cómplice de otros.
Desde la creación de la entidad genocida Israel, Venezuela había adoptado y mantenido una posición digna frente a la tragedia del pueblo originario palestino. En 1947 Cuba fue el único país de la región que se opuso a la resolución 181 que daba pie a la creación de Israel con la partición de Palestina. Aunque Venezuela, en ese momento, voto a favor de esa resolución, se abstuvo de profundizar en las relaciones diplomáticas y comerciales con el naciente demonio. Fue hasta años después, con los gobiernos de la 4ta República, que el intercambio económico y militar entre Venezuela e Israel creció. Militares venezolanos y agentes de inteligencia de nuestro país fueron a Israel para aprender y entrenarse con sus métodos de tortura utilizando a secuestrados palestinos como “conejillos de indias”. No fue, sino, hasta la llegada del gobierno revolucionario del Comandante Hugo Chávez Frías, que esas relaciones volvieron al nivel del que nunca debieron haber salido: abajo.
Es natural que un país en revolución tome una posición digna motivada por la razón, la justicia y el humanismo. Tampoco es casual que Israel esté detrás del Golpe de Estado en Venezuela en el año 2002, y que el MOSSAD esté planeando todavía un magnicidio. Pues, el sionismo es la ideología más acabada, vil, racista y criminal de la burguesía; del poder transnacional. Es el mismo nazismo transmutado, que hoy toma por asalto a la religión judía, y ve en el ejemplo de Venezuela una de sus mayores amenazas. Advertía Vladimir Ilich Lenin que: "el socialismo y el sionismo son como el fuego y el agua". El Socialismo y el Sionismo son antagonismos irreconciliables. Es la vida contra la muerte.
La solidaridad de Venezuela con la causa árabe-Palestina no es sorpresa casual o coyuntural. Como tampoco es una sorpresa el silencio de la canalla burguesía “venezolana” ante los crímenes perpetrado por sus amos sionistas. Es natural que así sea. Sí comandante, ¡Mil veces maldito sea el sionismo y entidad genocida Israel y sus cómplices en el mundo!
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