No podemos darle un premio a quienes
convirtieron el vientre de la mujer africana en un medio de producción
para favorecer el sistema implantado por el europeo, por ello decimos
que somos venezolanos creadores de la cultura negra y no es posible que
quienes se autodeterminan como “Afrodescendientes” no se consideren
venezolanos y quieran ( porque está el gobierno bolivariano quienes se
caracterizan por su amplitud) dividir la venezolanidad sin ver sus
consecuencias, con el propósito de gozar de una doble nacionalidad y se
le reconozcan que son africanos, valiéndose de un discurso con miras
hacerse invisible para cubrirse de una postura discriminatoria que hecha
a un lado, la importancia que tienen las dinámicas histórica, con la
intención de restarle importancia al aporte que han hecho las
poblaciones negras en nuestro país (Venezuela), aludiendo que dicho
término fue impuesto por el colonizador (como el de África, Afro,
Cimarrón, descendientes, ascendientes, negros, etc.) y no por sus
originarios, no comprendiendo que poseían el mayor poder de fuego
simbólicos, lo cual les permitía imponer la mayor cantidad de elementos
culturales, a partir de un constructo ideológico (en el sentido de
falsa conciencia), que enmascaró la realidad, borrando las aristas que
sirvieron de pistas para desentrañar las contradicciones estructurales
de explotación, dominación y agresión simbólica (AEGO. -1992-. Ensayo
sobre la cultura urbana caraqueña.), cuyos constructos ideológicos
formulan una idea falseada de lo que fue nuestro proceso de
conformación, como tipo ideal, la cual se transforma en versión oficial,
los cuales fueron utilizados para crear una falsa, basada en la
desculturización, discriminación racial y en la creación de constructo
logo centrista, que los conllevó a negar su estética, con el argumento
de quienes se consideran cimarrón (termino impuesto por el español y que
hoy quienes se autodeterminan como “Afrovenezolano”, lo han tomado
como su bandera) y no les importa echar a un lado su venezolanidad
producto de la pena que sienten por su melanina negra. Quienes
inconscientemente y en un vocabulario cerril, justifican el discurso
colonial que ve a los nuevos pueblos recubiertos de una mentalidad
prelógica que les imposibilitaban llegar a la abstracción acerca de lo
que acontece en la vida cotidiana, considerándolos inferiores, sin
capacidad de poder construir un sistema lógico o pensar lógicamente, sin
comprender que la pérdida de su trazo colectivo, se debe a su
disgregación e imposibilidad de ceder a las características grupales
conservadas en su comunidad de origen, para darle paso a una nueva
estructura social que trasformó el pensamiento predominante en el mundo.
Pero lo que no se puede aceptar es que se siga considerando al hombre
negro de la forma como lo segregan quienes se autodeterminan como
“Afrodescendiente”, demostrándose que en sus discursos todavía prevalece
el criterio de la dominación que los consideraba, como entes pocos
conocedores del trabajo intelectual, no propensos a ser depositarios del
saber (por ello sostienen “Lo Negro es un color, lo Afrodescendiente
una identidad”). Actitud que tiene una gran connotación, puesto que
refleja como se viene construyendo un constructo ideológico, cuya
finalidad busca formular una imagen falseada expresada como tipo ideal,
la cual se transforma en la versión oficial (esto es lo que buscan).
Lógicamente, como lo sostiene AEGO. (1998.Omissis), esa elasticidad en
la utilización de las cargas temporales surte de recursos al imaginario y
aumenta la posibilidad del hechizo y camuflaje, puesto que convoca a la
defensa de un pasado (tergiversado), en función de un proyecto nacional
y para ello, han creado esta gran coartada como referente, para
profundizar nuestra dependencia cultura y sostener que no tenemos una
propia identidad (por existir demasiados rasgos que nos identifican con
África, lo cual es falso, olvidándose de los que tienen que ver con el
europeo e indígena. De ello no se habla y se desecha, no comprendiendo
que somos el producto de tres culturas), y estas son parte de las
fuentes que nos permiten reafirmar nuestra venezolanidad, y como
colectivo, desechar la palabra “AFRODESCENDIENTE”, porque se había
convertido en una propuesta incoherente que contribuye a quebrantar el
espíritu de la poblaciones negras que poseen una melanina negra,
fragmentar la venezolanidad, al intenta borrar de un plumazo nuestra
participación en la construcción de la estructura social venezolana.
Por otro lado, notamos que esa postura refleja una conducta
endoculturista muy marcada (colectivizada) y por ello se cobijan con una
serie de argumentaciones negativa, no importándoles atribuirles
particularidades etnocéntricas y logocentricas a sus posturas, para no
entender y negar su papel como sujeto histórico,, llegándose al extremo
de sustentar su oscurantismo sobre el ordenamiento jurídico venezolano
(peligroso para un Estado que se hace denominar como democrático y
social de Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores la
vida, la libertad, la justicia, la igualdad, solidaridad, la democracia,
responsabilidad social y en general , la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político. Art. 02. CRBV), poniendo en
evidencia toda esa atmósfera cargada de negatividad, transformada en
estereotipos en contra del negro, por su tono de la piel, la forma de la
nariz y el tipo de cabello, convirtiéndose estos elementos, en
mecanismos claves que lo sigue descalificando, despreciando que le
restan importancia como ser humano, para verlo, sin capacidad para
producir innovaciones, con el propósito de invisibilizar su realidad y
negar su participación en los diferentes procesos históricos.
En este sentido, reprochamos este tipo de endoculturismo manifiesto que
se hace presentes en la conducta de quienes se auto determinan como
“afrodescendientes”…, los cuales niegan los espacios que hicieron
visibles los aportes que hicieron las poblaciones negras a la
venezolanidad y que se viene a reivindicar en la suplica que se
desprende de lo más profundo de las posturas que asumió nuestro
Libertador Simón Bolívar, lo cual le permitió elevarse por encima de la
miseria humana, con la intención de fortalecer nuestra ciudadanía
venezolana, robustecer nuestra presencia como sujeto histórico y
fortificar nuestra presencia y el derecho a expresar libremente nuestros
pensamientos, ideas y opiniones de viva voz, por escrito o mediante
cualquier forma de comunicación, sin ser censurado por ningún emporio
humano que se siente distinto.
Situación que crea un ambiente engorroso producto de quienes buscan
utilizar al estado venezolano para Obtener presencia política y eso es
sumamente delicado, ya que sentimos que no se han dado cuenta que la
Cultura Negra se convirtió en una referencia nacional, ultramarina, y
mundializada para el fomento de las transpiraciones humanas que se aleja
de quienes se arroparon con el epíteto de “Afro”, sin importarles que
este es el momento para construir iniciativas que deben constituirse en
opciones para redimensionar a este imaginario que se ha sedimentado y
gestado en la conciencia colectiva de los diferentes emporios humanos y
que se ha transformado en una cultura de signos y símbolos que han hecho
un aporte importante a la humanidad, que han sentido la indiferencia,
marginalidad y discriminación de quienes poseen una melanina negra y se
auto determinan como “afrodescendientes”, los cuales siguen poniendo el
acento en lo individual, en el pensamiento fosilizado y en acentuar la
segmentación, (porque se estaría fraccionando el país que le dio cobijo y
reconoció la ciudadanía y nacionalidad de nuestra ascendencia, mientras
que los africanos estaban demasiados comprometidos y ocupados en los
asientos negreros), negándose la unidad, los principios fundamentales en
que se sustenta y por otro lado, la riqueza de su Diversidad,
Pluralidad y Multiplicidad, por el contrario, se hace necesario
internalizar la importancia que tiene el sujeto de transformación, y
mucho más, cuando éste se convirtió en un aporte importante para el
desarrollo de la Republica que se constituyó a partir de 1811.
Creemos que se debe ampliar el panorama de las conjeturas para darle libertad al desenvolvimiento, con propuestas productivas, que le den a nuestra imaginación, el papel que le corresponde en la construcción de ese nuevo actor histórico, en vista que la historia de este país, no se puede escribir, sin la presencia de la Cultura negra, puesto que éste, no es el momento para fragmentarnos, en vista que no hay tiempo para retroceder, pero sentimos y nos oponemos a que se borre de la historia…, nuestra presencia de forjadores de una patria libre y soberana para darle vida a un actor foráneo que tiene sus incidencias en un continente diferente.