Una
sincera y pronta rectificación de los errores cometidos supera con
mucho la falsa virilidad política de un liderazgo que teme enviar señales de
debilidad a las masas si pone en práctica la humildad. Los errores
iniciales aumentan si se prefiere bañar a la opinión pública con señales de
orgullo y guapería en medio de situaciones sobradamente inaptas para
el alarde:
1 - No deportamos a Joaquín Pérez Becerra a su país de residencia y ciudadanía
2 - No lo dejamos comunicarse con su embajada ni con nadie tras la captura
3 - No tomamos la precaución de ver desde cuándo estaba activado el alerta de requisición ("Red Notice") en Interpol
4 - No sabíamos ni nos preocupamos en saber quién era el visitante
5 - No "titubeamos" en ejecutar expeditamente la solicitud de Santos
6 - No exigimos a éste garantías sobre los derechos humanos del solicitado
7 - No verificamos la legitimidad o pertinencia de la solicitud
8 - No hubo mayor rol por parte de Interpol en la captura del solicitado ni al ser entregado por las autoridades nacionales al solicitante
9 - No tardamos en emitir un comunicado oficial describiendo la captura como una acción enmarcada dentro de la lucha contra el terrorismo
10 - No dudamos ni demoramos en ratificar la naturaleza antiterrorista de la acción en un segundo comunicado inmediato a la deportación
11 - No actuamos sin embargo con la misma rapidez comunicacional cuando la copiosa interpelación de la opinión pública nos exigió explicaciones frente a tan ilegal y asombrosa deportación
12 - No tuvimos escrúpulos en evitar deliberadamente el tema durante las cadenas nacionales ofrecidas en la semana inmediata al hecho
13 - No recibimos a los manifestantes frente a la Cancillería ni ante la Asamblea Nacional
14 - No dimos respuesta inmediata y objetiva a los puntos esenciales manifestados en la protesta y procedimos en cambio a una descalificación global de la misma
15 - No pusimos en duda la legitimidad de la solicitud de Santos sino la legitimidad de la interpelación por parte de Suecia
16 - No creemos haber tomado una decisión cuestionable a pesar de la obvia abundancia de objeciones legales y morales implícitas
17 - No consideramos demasiado cínico delegar responsabilidades en el visitante a pesar de la inexorable fatalidad que le esperaba en tanto que potencial víctima principal
18 - No vimos ni vemos aún que para safarnos de una presunta trampa montada contra el gobierno bolivariano lo más fácil era devolver inmediatamente al solicitado a Suecia*
19 - No admitimos aún que su secuestro y entrega a Colombia es un error tan garrafal e innecesario como mortal para un camarada referenciadamente solidario con nuestro proceso
20 - No entendemos que tamaña falta da pié a muchas interrogantes y que perdemos el honor y toda credibilidad subsecuente al no admitirla
Lo cierto es que el verdadero aislamiento y debilitamiento de nuestro proceso revolucionario no es tanto el que nos puedan proporcionar por definición las superpotencias imperiales sino el que nos deparamos nosotros mismos mediante la negación obtusa e increpante de tantos errores que maltratan la solidaridad hacia nuestros propios aliados a nivel nacional e internacional.
Existe algo llamado rectificación. Pero estamos también raspados en ella: asumir decisiones y no reconocer los errores que conllevan equivale a reivindicarlos. En tales circunstancias no hay más honorable y verdadera asunción que la renuncia.
Sin honor y responsabilidad no correspondemos a la elevada exigencia ética de nuestros cargos. También existe algo llamado referendum. Pero a veces también es inmodesto esperar que el pueblo nos ratifique.
xavierpad@gmail.com
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* En caso de acusación al Estado venezolano por obstrucción de captura se podría objetar puntualmente (entre otras objeciones posibles y de orden general que apelan a la soberanía nacional de cualquier país) que si el individuo era buscado desde hacía tanto tiempo (tal como le señalara el presidente colombiano al nuestro) el alerta roja de Interpol tenía entonces que haber sido activado ANTES de que el individuo saliera de Suecia. Tenía que ser capturado por lo tanto en Alemania (primera destinación del solicitado).
1 - No deportamos a Joaquín Pérez Becerra a su país de residencia y ciudadanía
2 - No lo dejamos comunicarse con su embajada ni con nadie tras la captura
3 - No tomamos la precaución de ver desde cuándo estaba activado el alerta de requisición ("Red Notice") en Interpol
4 - No sabíamos ni nos preocupamos en saber quién era el visitante
5 - No "titubeamos" en ejecutar expeditamente la solicitud de Santos
6 - No exigimos a éste garantías sobre los derechos humanos del solicitado
7 - No verificamos la legitimidad o pertinencia de la solicitud
8 - No hubo mayor rol por parte de Interpol en la captura del solicitado ni al ser entregado por las autoridades nacionales al solicitante
9 - No tardamos en emitir un comunicado oficial describiendo la captura como una acción enmarcada dentro de la lucha contra el terrorismo
10 - No dudamos ni demoramos en ratificar la naturaleza antiterrorista de la acción en un segundo comunicado inmediato a la deportación
11 - No actuamos sin embargo con la misma rapidez comunicacional cuando la copiosa interpelación de la opinión pública nos exigió explicaciones frente a tan ilegal y asombrosa deportación
12 - No tuvimos escrúpulos en evitar deliberadamente el tema durante las cadenas nacionales ofrecidas en la semana inmediata al hecho
13 - No recibimos a los manifestantes frente a la Cancillería ni ante la Asamblea Nacional
14 - No dimos respuesta inmediata y objetiva a los puntos esenciales manifestados en la protesta y procedimos en cambio a una descalificación global de la misma
15 - No pusimos en duda la legitimidad de la solicitud de Santos sino la legitimidad de la interpelación por parte de Suecia
16 - No creemos haber tomado una decisión cuestionable a pesar de la obvia abundancia de objeciones legales y morales implícitas
17 - No consideramos demasiado cínico delegar responsabilidades en el visitante a pesar de la inexorable fatalidad que le esperaba en tanto que potencial víctima principal
18 - No vimos ni vemos aún que para safarnos de una presunta trampa montada contra el gobierno bolivariano lo más fácil era devolver inmediatamente al solicitado a Suecia*
19 - No admitimos aún que su secuestro y entrega a Colombia es un error tan garrafal e innecesario como mortal para un camarada referenciadamente solidario con nuestro proceso
20 - No entendemos que tamaña falta da pié a muchas interrogantes y que perdemos el honor y toda credibilidad subsecuente al no admitirla
Lo cierto es que el verdadero aislamiento y debilitamiento de nuestro proceso revolucionario no es tanto el que nos puedan proporcionar por definición las superpotencias imperiales sino el que nos deparamos nosotros mismos mediante la negación obtusa e increpante de tantos errores que maltratan la solidaridad hacia nuestros propios aliados a nivel nacional e internacional.
Existe algo llamado rectificación. Pero estamos también raspados en ella: asumir decisiones y no reconocer los errores que conllevan equivale a reivindicarlos. En tales circunstancias no hay más honorable y verdadera asunción que la renuncia.
Sin honor y responsabilidad no correspondemos a la elevada exigencia ética de nuestros cargos. También existe algo llamado referendum. Pero a veces también es inmodesto esperar que el pueblo nos ratifique.
xavierpad@gmail.com
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* En caso de acusación al Estado venezolano por obstrucción de captura se podría objetar puntualmente (entre otras objeciones posibles y de orden general que apelan a la soberanía nacional de cualquier país) que si el individuo era buscado desde hacía tanto tiempo (tal como le señalara el presidente colombiano al nuestro) el alerta roja de Interpol tenía entonces que haber sido activado ANTES de que el individuo saliera de Suecia. Tenía que ser capturado por lo tanto en Alemania (primera destinación del solicitado).