La detención y posterior entrega del periodista Colombiano Pérez Becerra, director de la agencia ANCOL, ha sido un catalizador para el debate político y también ideológico en Venezuela. Posiciones diferentes, desde las que intentan justificar esta acción como un acto de política “inteligente” y “respetuosa” del derecho internacional; hasta otras que la condenan por expresar una inconsecuencia entre lo que se dice y se hace.
Entre las posiciones que intentan justificar esta acción encontramos incluso elementos que expresan que lo correcto de entregar a este revolucionario reside en que debemos ser “respetuosos” del derecho internacional (o del que dirán, también puede decirse).
Esta justificación esta hecha como si en el mundo no existieran intereses de clase, como si las instituciones jurídicas y policiales internacionales en verdad realizara sus acciones regida por una balanza del “equilibrio” e “imparcialidad”, y que solamente cuando unos “impertinentes “ violan las reglas, con mucho “dolor” se ve obligada a actuar. Para tener un mayor criterio en este sentido es necesario preguntarse, ¿el derecho internacional obedece a intereses de clase?, ¿En un mundo capitalista ese derecho internacional obedece a los intereses revolucionarios? y la respuesta seria muy sencilla, por supuesto que no. y a su vez esto nos orienta de cual debe ser la posición de los revolucionarios ante este tipo de situación.
Recurrir a elementos legales (de derecha) y ubicarlos por encima de los intereses revolucionarios, perjudicándolos abiertamente debe llamarnos la atención no para hacer un ejercicio meramente reflexivo, sino para evaluar y ubicar a que se corresponde este tipo de acciones, que momento de la política puede estar indicando esta situación.
Es claro que la entrega de Joaquín Pérez Becerra, siendo este un revolucionario, que dirige un espacio para combatir el silencio que la derecha internacional impone a las acciones revolucionarias, para combatir el silencio con que la burguesía cubre las masacres contra los explotados y oprimidos en Colombia y otras partes del mundo no tiene justificación desde la óptica revolucionaria, (al menos creíble), todo lo contrario es una acción que encuentra apoyo para su justificación precisamente en el derecho burgués internacional. Esto lo expongo a propósito de que un argumento para entregar a este periodista fue que estaba bajo código rojo internacional. Clasificación que ponen y quitan según sus intereses políticos y económicos del momento. A esto debemos indicar que la reacción inmediata contra esta detención fue de los factores de izquierda (al menos con mayor fuerza), pues vimos que los “defensores” de la libertad de expresión de la derecha brillaron por su silencio, por algo será ¿no?, este es un ejemplo de cómo se expresan los intereses de clase.
Otra justificación de porque fue correcto entregar al periodista Pérez Becerra, es que debemos evitar el escarnio publico internacional, para lo cual no debemos “otorgar” elementos a la derecha para que pueda acusarnos y atacarnos y poner en peligro el proceso revolucionario en Venezuela. Ante esto la pregunta seria ¿no es esto una contradicción e incoherencia con nuestra voluntad de combatir al imperialismo? ¿Acaso no consideran los imperialistas la lucha revolucionaria consecuente un peligro, que inclusive no en pocas ocasiones tildan de terrorista?. ¿Acaso haremos concesiones para que el enemigo no nos clasifique de x o y cosa? cada vez que asumimos la lucha revolucionaria lo hacemos conscientes de las posibles consecuencias, pues los capitalistas ante la posibilidad de que se debilite su poder de dominio sobre las masas ejercerán cualquier acción que le garantice continuar explotando y oprimiendo, incluyendo las agresiones bélicas contra quienes no se sometan a sus intereses. Esta amenaza sobre nuestro país, ha estado latente desde que hemos dicho ante el mundo nuestra opción de combatir al capitalismo. Así pues que la entrega de Pérez Becerra implica otros elementos, una regulación que nos invita a los revolucionarios a ser muy críticos ante este tipo de posturas.
Otra forma de defender la entrega de este periodista al gobierno fascista de Santos, es que se debe tener mucho cuidado con la ultra izquierda y las posiciones radicales porque esto perjudica el buen desarrollo de las experiencias revolucionarias. Bien, ante esto hay que decir tan perjudicial como el infantilismo de izquierda y el radicalismo pequeño burgués, es el reformismo y revisionismo en las filas revolucionarias, la conciliación de clase en nada favorece a la construcción revolucionaria. Esto lo decimos porque factores conservadores ven en esta situación una oportunidad para desprestigiar las posturas revolucionarias como intransigentes, desubicadas, tomando así de manera oportunista posición a favor de callar la crítica necesaria, llamando a cada acción que no se amolde a su visión conciliadora, burguesa y pequeño burguesa, “ acciones de infiltrados”. No negamos la acción contra revolucionaria que pueda desarrollarse a través de la infiltración, que es una practica común de los organismo de inteligencia del enemigo, lo que queremos es dejar en claro que también existe una firme intención de manipular con esta calificación, manipulación que ejercen factores que no les interesa la critica revolucionaria y que ven en ella un peligro que atenta contra sus intereses reformistas y conservadores. Estas posiciones han salido a flote en esta situación; hay quienes asumen que lo inteligente esta en no entrar en conflicto con intereses de la derecha internacional (ahora menos con el “amigo” Santos) creyendo así evitar posibles agresiones contra nuestro país por las fronteras colombianas, obviando así que si hoy cedemos milímetros en nuestras posiciones mañana nos pedirán centímetros, metros y luego kilómetros, pues la burguesía hará todo a su alcance para obstaculizar el camino revolucionario de los pueblos.
Otro elemento que se pone de manifiesto es que la decisión sobre entregar o no a Joaquín Pérez Becerra, implicaba un conflicto, por un lado estaban las exigencias de la derecha internacional presionando para la entrega a favor de la política fascista del gobierno colombiano y por el otro lado estaban un importante números de factores revolucionarios nacionales e internacionales exigiendo que no se entregara a Pérez Becerra a las manos del fascismo. Esta situación ameritaba una decisión y asumir las consecuencias, pero esta vez fue a favor de la derecha y consciente de que factores revolucionarios rechazarían de manera contundente esta decisión, la actitud fue justificarla con los elementos del derecho internacional.
Definitivamente no es haciendo concesiones a la derecha que se profundiza un proceso revolucionario, esta seguirá en sus ataques permanentes contra nuestra intenciones revolucionarias. Las vacilaciones en estos momentos fortalecen al enemigo imperialista, el cual esta muy claro en su política contrarrevolucionaria y aprovecha nuestras brechas para dispersarnos y debilitarnos. Mucho se ha manipulado diciendo que tener una posición contra la entrega de Pérez Becerra es una posición que perjudica la proceso revolucionario; todo lo contrario debatir sobre este punto de manera franca y desnudar las inconsecuencias es deber de todo revolucionario, es una necesidad imperante que no puede esperar. Criticar y estar en desacuerdo con esta acción no implica desconocer lo importante de el proceso que vivimos en nuestro país, no implica desconocer las conquistas y avances tan importes para nuestra lucha contra el imperialismo. Pero, claro esta no implica tampoco firmar un cheque en blanco, un compromiso de silencio ante situaciones que claramente no tienen nada de provecho para la lucha revolucionaria. Posiciones que implican una ganancia para la derecha fascista y una perdida para los sectores revolucionarios. Ser consecuentes con este proceso no significa asumir un voto de silencio incondicional, todo lo contrario, implica asumir una actitud firme para luchar contra las posiciones conservadoras, que intentan estancar este proceso bajo el manto del “equilibrio”.
Nuestra tarea esta en trabajar por la unidad revolucionaria, por fortalecer nuestra acción revolucionaria, combatir las manipulaciones de la derecha nacional e internacional que quieren ocasionar divisiones en nuestros espacios, al mismo tiempo que debemos enfrentar al reformismo y la conciliación de clase en el seno de nuestras filas.
Crítica y autocrítica revolucionaria para profundizar el proceso revolucionario.
davidfreitez@hotmail.com