II
El programa ÁNGULOS, en un estudio de los más lujosos que haya visto en televisión últimamente, con una mesa para los panelistas en semicírculo amplio, con un “estrado” circular i un centro elevado con flores, donde el moderador se paseaba i gesticulaba “superando” (o tratando de hacerlo) al formidable analista internacional o comunicador social Walter Martínez, i un bloque de apuntadores i recibidores de llamadas de jóvenes, tal vez futuros opusdeístas, exhibió magníficas imágenes de embriones i fetos pequeños que impresionan a los televidentes, pero con unos comentarios no tan certeros del médico obstetra –no capté su nombre− pero relativamente joven i me atrevería a pensar que sin mucha experiencia sobre el problema tratado. Incluso, algunas cosas señaladas como “nuevas” no lo son. Debió decir que muchas de las cosas que se exponen sobre “comportamiento” del embrión i el feto, son simples conjeturas no demostradas científicamente. Menos mal que no se atrevió a decir que se han tomado “huellas digitales” del feto de comienzo o todavía embrión, pero habló de nutrición por la placenta, cuando era una etapa de vesícula alantoidea. Sin embargo lo de la música o el habla, son presunciones, e incluso las he vivido. Durante muchos años en mi consulta pre natal en el Centro Norte del Seguro Social (especialmente los últimos años cuando veía 24 embarazadas diariamente) hacía mis consultas con un pequeño reproductor portátil, oyendo música clásica, especialmente mis favoritos Beethoven, Mozart, Brahms i Tchaivkosky i muchas pacientes me aportaron el dato de “la tranquilidad uterina del feto” mientras ellas escuchaban esa bella música, u otras que decían “musiquita” i con humor les respondía: ─No diga así, porque esta noche le va a “salir” Beethoven. Por cierto que, el padre Ocando habló de “música barroca” refiriéndose a Mozart, Beethoven i no sé que otro. La verdad en que la música barroca es del 1600 al 1750, desde Allegri (el del célebre Miserere) hasta la fecha de la muerte de Juan S. Bach. Un desliz para mostrar cultura. Además, sé del valor de la “educación sobre el embarazo” porque en el Zulia (i no sé si en Venezuela) fui el iniciador del Parto Psicoprofiláctico (que en principio no aceptaba mi amigo i gran obstetra en Caracas, Oscar Agüero, de respetable memoria) i lo realizaba en base a los aportes de su creador Dick Read en Inglaterra i luego su desarrollo en la Unión Soviética. Sin embargo nunca pensé en eso como un “negocio”, tal como la “yerbatería” de cierto gran negocio que ya no quiero ni nombrar. Cuando regresé de Europa, la clínica había cambiado los ambientes i perdí los locales para seguirlo practicando adecuadamente; i otra clínica en prosperidad, no sintió interés por el método. Los únicos trabajos publicados en el Zulia, son míos. Empero, la experiencia en aborto, es desde 5º Año de Medicina, hasta 53 años que tengo de graduado. Por cierto, que el médico psiquiatra de la mesa, mi amigo el Dr. Eligio Nucette, fue mi alumno en Filosofía i en lo que tocó respecto a la psicología de la mujer a la cual se le propone un aborto o se lo ha practicado, fue una exposición pobre, tal vez influido por el temor religioso i la presencia de un moderador tan parcializado i autoritario; con una posición, anticientífica i antinatural, como la de la iglesia, aunque él (Ocando) se ufane de la Edad Media. La Edad Media, es verdad, no es tan obscura para la Humanidad, puesto que en ella se gestó el Renacimiento, especialmente en lo artístico i en lo económico. Empero, en Filosofía i en Ciencia, se quedó allá; en un pasado repetitivo, dogmático i triste, influido precisamente por la iglesia negociadora de privilegios sobre naturales i venta de indulgencias. La iglesia de los pobres, transformada en la iglesia de los ricos i de los poderosos. (Léase EL DOGMA DE CRISTO, de Eric Fromm).
Como se ha expuesto tantas otras veces, el problema del aborto, no es de su tratamiento médico científico, natural i legal. Una realidad imposible de no tener presente hasta el final del mundo. Al contrario, la ciencia, con la anestesia casi perfecta i las técnicas quirúrgicas maravillosas, ha humanizado notablemente la cirugía i la medicina en general. El PROBLEMA SOCIAL DEL ABORTO, como lo propuse cuando se discutía en 1982 la actual Ley del Ejercicio de la Medicina, es respecto al ABORTO CLANDESTINO O CRIMINAL (ese si puede llamarse así, veremos por qué) i al antiguo ABORTO TERAPÉUTICO (llamado así porque hacía tratamiento a un problema médico) pero que se ha resuelto olvidar su nombre i hablar de ABORTO POR DECISIÓN MÉDICA (que realmente es decisión personal o privada), aborto inducido, aborto selectivo, etc., etc. I el aborto clandestino o criminal (porque lo practican gente ignorante, agresiva, sin saber lo que hacen i por razones económicas), produce prácticamente en el 100% de los casos, complicaciones gravísimas, con secuelas de por vida o casi siempre la muerte. Además, posiblemente por indicaciones o decisiones equivocadas o superables. Su consecuencia, podríamos decir lógica, es un aborto infectado casi siempre mortal. I como es obvio, generalmente en mujeres en edad reproductiva, mui jóvenes o hasta adolescentes o niñas. ES UN PROBLEA QUE ESTÁ ALLI, PADRE OCANDO i usted ni nadie en el mundo puede evitarlo i los remedios posibles sería una excelente educación sexual, una mente lúcida i unas decisiones adecuadas, planificando la descendencia con métodos anticonceptivos. Ni usted, ni la iglesia, ni el Papa, ni el Vaticano entero ni el Imperio del Norte con un dictador feroz como Bush, van a borrar esta realidad de la faz de la Tierra. Por favor, reflexione, sea inteligente i no comprometa a médicos enfermos de religión i falsa ética, con su absurda posición. El ejemplo i las cifras que usted dio, de un médico responsable de 15.000 abortos (no dice de que tipo) i 5.000 realizados por él mismo, es una mentira matemática. Ese señor no tuvo otra vida que practicar abortos…si usted dice que fueron de los que califica un crimen. Eso lo sacó o de Internet (donde hai mui buena información, pero también despreciable información i mentiras) o de uno de los tantos libros de ética que escriben sacerdotes que no saben nada de lo que están escribiendo o criticando. Yo tengo muchos de esos libros en mi biblioteca. Reviso siempre el bando opositor. Desde la Asamblea Nacional vengo repitiendo: quien habla, opina o discute de lo que no sabe, es un deshonesto intelectual i no le estoi llamando deshonesto a usted, porque le creo hombre de cierta cultura general, pero le confunde su dogmatismo religioso. Conozco sacerdotes que realmente han estudiado el problema. Como el Dr. Fleschert (médico i teólogo) o el Padre Pierre Locht ya nombrado, quien por cierto decía en Lovaina: la iglesia i los sacerdotes, no debemos opinar de cosas científicas porque no lo somos i respecto a los métodos anticonceptivos, decía hace casi 30 años atrás, “si pueden aminorar o evitar las consecuencias de decisiones erradas, mucho mejor; si un método anticonceptivo puede calificarse de inmoral, es porque no sirve, para lo que se anuncia que sirve”. Vea qué mentalidad distinta, así como la de muchísimos sacerdotes cristianos en todo el mundo: no serán ellos, sino los dogmáticos, los que harán perderla fe en muchos cristianos que, de paso son una de las tantas minorías religiosas sobre el planeta.
El ABORTO CRIMINAL, no porque el embrión sea vida humana (recuerde los disparates de Aristóteles i Santo Tomás) i tenga “alma” insuflada (¿Cómo será la insuflación “divina” en la fertilización in vitro, o en los miles de embriones congelados que tienen en Australia para la venta?) sino porque casi es un asesinato para una madre joven que deja un compañero viudo i unos hijos pequeños huérfanos i la crisis negativa familiar. Esta es quizá la primera causa de mortalidad materna en todo el mundo; usted, padre Ocando, ni posiblemente hasta los médicos de esa mesa parcializada, han llorado como yo al ver a una joven madre, una bella muchacha de 17 años, suplicar por su vida, con un aborto infectado, por una vagina perforada con ganchos de ropa calientes, con quemaduras i desgarros i una peritonitis invencible. Ni abogados, ni curas, ni ingenieros, ni políticos, han vivido una escena así (que conocí varias veces), excepto otras heroínas de la salud como son las enfermeras, esas seguidoras de Margaret Nathingale que son más abnegadas, leales, sufridas i dignas que una monja. Padre Ocando, haga guardias en una maternidad, para que vea lo que es esa tragedia, i de paso bautice los abortos, porque esas almas irán directamente al Limbo, sitio al cual van las almas, antes del uso de la razón, mueren sin bautismo.
I en cuanto a la intervenciones de la especialista en Bioética, le preguntaré (para poner un caso de más patente urgencia) Un embarazo ectópico (fuera de la matriz o útero) en una trompa o hasta en el peritoneo abdominal, cuando lo operamos, posiblemente con un embrión normal, ¿No es el mismo caso de un aborto? ¿No estamos eliminando un embarazo i según usted, un ser humano? Obviamente que sí. Empero, como decía Bertrand Russell, “los problemas de los demás es muy fácil verlos desde lejos, mientras no nos toquen a nosotros mismos” ¿Qué decidiría usted en un embarazo ectópico de una hija suya? ¿La operaría o la dejaría morir?
Entonces no sé si conocerá la frase de Luis Razetti, considerado el Padre venezolano de la Moral Médica: “Cuando me toca decidir, entre la vida de la madre y la del feto, no dudo en inclinarme por la vida de la madre”. I esto es lo que hacemos los partidarios del aborto, cuando una indicación médica i científica, lo propone u ordena.
(continuará)