Este 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, el Mundo fue testigo del Paro Internacional que se realizó en más de 70 países. Las mujeres en el Mundo vamos por todos nuestros derechos y los de las disidencias sexuales. En Venezuela, aun esta ola feminista que hace temblar las paredes del sistema no llega con fuerza. Sin embargo, somos el país en el que la feminización de la pobreza crece de manera acelerada producto de la crisis que estamos padeciendo. Los salarios en Venezuela han quedado relegados a 6 dólares mensuales.
Esta terrible realidad es la que atraviesa la clase trabajadora venezolana, en la que la mujer lleva la peor parte porque a su condición de doble explotación se le suma una jornada más de trabajo, por lo general informal y las horas invertidas en buscar los alimentos. La ya dura crianza de los hijos se le ha añadido una cuota inmensa de sacrificio.
La libertad personal, el acceso a los anticonceptivos y la planificación familiar son derechos que quedaron atrás. El feminicidio, la violencia machista y la posibilidad de encontrar la muerte en el parto es una realidad cotidiana, a la que se le suma todo el padecimiento de la clase trabajadora y del pueblo oprimido. Las mujeres sorteamos el hambre, la escasez de medicinas, la precariedad y enfrentamos el riesgo de morir en el parto, o morimos en abortos clandestinos, o morimos en manos de la violencia machista.
Dentro de la amenaza injerencista e intervencionista que tiene como principal figura en el escenario nacional a Juan Guaidó, las mujeres nos enfrentamos a la penosa realidad de que se pretenda consolidar el metabolismo machista y opresor de la mujer. Solo basta ver cómo se tienden la mano como hermanos con un ultraconservador protofascista como Bolsonaro o con Macri que ha hecho oídos sordos al grito de las mujeres argentinas en contra de la violencia y por la legalización del aborto. Así como el gobierno de Maduro ha significado un retroceso en los derechos de las mujeres´, Guaidó es la otra cara de la misma moneda patriarcal y machista.
Es por ello que desde Marea Socialista nos hemos propuesto a enfrentar el desafío que significa apuntar las fuerzas a la organización y movilización de las mujeres trabajadoras, oprimidas, las jóvenes y las disidencias sexuales para avanzar en la lucha contra el patriarcado y el capital.
NOTA Este artículo se pudo publicar un día después del 8M porque Venezuela se encontraba a nivel nacional sin energía eléctrica, sin internet y sin servicio telefónico. Por más de 20 horas continuas y luego con intermitencia nos quedamos aislados del mundo y sin poder comunicarnos entre nosotres. Tal es la situación que vivimos y padecemos en medio de una disputa entre cúpulas a las que solo responden a sus propios intereses capitalistas.