Para los venezolanos y venezolanas amantes de nuestra Patria, evocar a Barlovento era recordar a su gente, sus playas, bailes, artesanía, la fertilidad de sus tierras y en general su folklore afroamericano, situación contraria en el presente, al vincularle con un atroz hecho conocido como "La Masacre de Barlovento", identificándose así un asesinato masivo verificado en octubre del presente año en la ejecución de la llamada Operación de Liberación del Pueblo (OLP) creada por órdenes del Presidente de la República en el año 2015, quien no ha asumido una posición radical de repudio sobre lo sucedido, ni ha orientado una sanción ejemplarizante al respecto.
Crimen que posee como escena identificable hasta el momento el sector La Maturetera del Municipio Brión y el sector Aragüita, en el extremo norte del Parque Nacional Guatopo, Municipio Acevedo del Estado Miranda. Acontecimiento sobre el cual el Defensor del Pueblo ha indicado que las investigaciones deben conducir hasta sus actores intelectuales. Argumento que me permite señalar que los mismos surgen del entorno que abarca la compleja crisis social, moral, ética e ideológica que se encuentra afectando a toda la ciudadanía.
Situación insostenible que origina la sensación de pérdida total, no sólo de las condiciones de vida material, sino lo más grave, la esperanza de un futuro mejor, donde se pueda vivir con tranquilidad, dignidad, caminar en paz, no sentir el temor del acaecimiento de cualquier hecho delictivo, poder pensar en un porvenir prometedor tanto económico como social, y en el que la idea de abandonar el país y el desmembramiento familiar sea sólo un mal recuerdo.
Por ende, si queremos llegar al fondo del asunto no podemos considerar hechos como "La Masacre de Barlovento" sólo como un juicio a funcionarios que actuaron irracionalmente al margen de la ley, por cuanto debe revisarse a profundidad que está ocurriendo en el país, donde la extorsión, el secuestro, la violencia tanto de género como verbal hacia quien no piensa igual, el robo a mano armada y el hurto son la cotidianidad, reflejándose ello exclusivamente en el mejor de los casos en estadísticas, cuando son tan grave los hechos y consecuencias de tal situación, que la misma termina replanteando la posibilidad de no continuar trabajando o viviendo en tu país, en medio de un entorno donde se suma la falta de alimentos, medicinas y deficiencia de los servicios públicos. Una situación insostenible y donde la población siente y vive un estado de vulnerabilidad e indefensión, que sin darse cuenta termina en profundas depresiones.
Y así, debe estudiarse a su vez con sumo cuidado el mensaje que de manera oficial emana de las instancias de "seguridad" cuando informan sobre los resultados de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP), informes que constituyen un "parte de guerra", con presuntos delincuentes muertos o abatidos en tales actuaciones, exaltando la violencia como solución a los problemas y donde esta forma de actuar se convierte en un mensaje distorsionado a la ciudadanía con lo que se pretende que el pueblo avale y agradezca en definitiva que exista un delincuente menos o que un familiar suyo no se encuentre en ese número. Intentándose inyectar la sensación de justicia como medio para distraer actuaciones deplorables.
Sin poder dejar de destacar que la delincuencia ha venido tomando espacios no exclusivamente territoriales sino también institucionales, al extremo que hoy en día sea difícil concretar cualquier trámite burocrático sin tener que pagar alguna comisión a un funcionario, independientemente del nivel o jerarquía, originándose más y más corrupción en medio de una inmensa impunidad, amparada por los obligados a sancionarla.
En conclusión, para poder evitar la profundización de lo que actualmente vivimos, debemos analizarnos como sociedad, como ciudadanos, evaluar constantemente la actuación de los funcionarios públicos ya sean de gobierno u oposición, y señalar sin importar quien sea a los culpables, para que éstos sean sancionados como debe ocurrir con los involucrados en "La Masacre de Barlovento", sin cesar de rechazar cualquier violación a los derechos humanos y asumir posiciones frontales en defensa del legado de nuestros libertadores, quienes pedagogizaron y dieron sus vidas por el amor y protección de las familias de nuestra Patria.
Clíver Antonio Alcalá Cordones
C.I. 6097211