Luisa Ortega Díaz ha sido una mujer, quien más allá de las críticas que tenga en su gestión, merece todo el respeto por su investidura, y sobre todo por su condición de mujer.
En tal sentido, resulta despreciable y condenable que burócratas y panegíricos maduristas, sólo porque la fiscal general de la República, actúa en el marco de sus atribuciones constitucionales, y en defensa de la propia Constitución, individuos se expresen con el más rancio machismo en contra de Luis Ortega Díaz, y peor, sin condenar que el Ejecutivo Nacional, arbitrariamente le haya "suspendido" escoltas, así como un programa de radio a través de una emisora del Estado, o sea, de los venezolanos, sólo por el hecho que sus últimas acciones no son del agrado por quienes controlan el poder.
Quienes califican en tono soberbio y arrogante, sin ser médicos, sin ser psicólogos o educadores, e ignorando las diversas corrientes del pensamiento pedagógico y del pensar, así como el funcionamiento de los procesos cognitivos, sus pretendidos "diagnósticos" de locura e insania mental sobre la dama que garantiza los derechos ciudadanos en Venezuela, merecen el repudio de la mayoría de los venezolanos, porque en esencia, Luisa Ortega Díaz representa el sentimiento de la mujer venezolana que estudia, trabaja y lucha por un futuro democrático y de libertades plenas en la construcción de una mejor sociedad.
Los voceros maduristas que descargan todo su veneno "lingüístico" en contra de Luisa Ortega Díaz, sólo deja en evidencia por parte de tales zascandiles, que su discurso en defensa de las mujeres sólo está constreñido cuando éstas son sometidas con sus designios; verbigracia, cuando alguna mujer levanta su voz porque considera que sus derechos están siendo violados, pues éstos energúmenos arremeten de manera oral, escrita y hasta física (como lo hemos visto en muchas imágenes) contra quienes cumplen el rol en el centro de la familia y la historia moderna.
Es mentira que el madurismo defienda los derechos de las mujeres, porque éstas son las más vulnerables en el medio de esta profunda crisis política, económica y social. De hecho, es tal la barbarie en contra de la mujer, que la propia Luisa Ortega Díaz, a pesar de su alta investidura, ha tenido que denunciar públicamente que es objeto de acoso por huestes uniformadas y cloacas verbales del gobierno¹, situación que en cualquier país del mundo ya hubiese generado un escándalo alrededor de esos "funcionarios", con sendas investigaciones, pero en este caso, no sólo se subestiman las palabras de la fiscal, sino que desde el llamado sistema nacional de medios públicos, controlados por Ernesto Villegas, éste queda en afasia ante la permanente cantidad de improperios que se desatan contra la fiscal y la institución que representa, especialmente desde Venezolana de Televisión (VTV), cuando programas con nombre de "mazo", "hojilla" o desviadas "konductas" (en este caso hasta de ortografía) pensativas, generan todo tipo de calumnias, difamaciones y atropellos sobre la dignidad de una baluarte e insigne mujer venezolana.
Lo insólito de estos tarifados "comunicacionales" quienes en su simbiosis de peste y bazofia ideológica, algunos vestidos como ridículos leninistas y otros ataviados de paltó y corbata, viven hablando de "tolerancia" y "violencia", mientras sus reacciones morfológicas y semánticas se orientan hacia la destrucción del ser, recurriendo a la misantropía como forma única de ataque, en virtud de que no tienen argumentos jurídicos y políticos ante la degradación y la podredumbre que emanan las decisiones presidenciales.
Hace poco tiempo, Nicolás Maduro decía sobre Luisa Ortega Díaz: "Usted da la órdenes, fiscal, y yo las cumplo"², pero como es propio de los totalitaristas, en el momento en que alguien reclama las desviaciones de la cúpula política, o que alguien lucha con los medios constitucionales, como lo está haciendo la máxima representante del ministerio público ante la represión ciudadana, y evitar las pretensiones por derogar nuestra Constitución por intermedio de seudolegalidades, es obvio que salga a la relucir la verdadera personalidad de los ineptos e insensatos que ejercen el poder.
La fiscal general de la República no está sola. Tiene el apoyo de millones y millones de mujeres venezolanas, y tiene todo el apoyo de la inmensa mayoría de un país que se niega a ser sometido por una casta civil y militar, empecinados en aferrarse al poder, a costa de la sangre de los venezolanos. En el madurismo no existe el sentido ni los principios de humanidad. Incluso por mantener sus asquerosos privilegios, no dudarían en tomar acciones en contra de sus propias progenitoras. Quienes ofenden a Luisa Ortega Díaz son crápulas practicantes de la misoginia y el machismo madurista. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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¹ https://www.aporrea.org/ddhh/n309911.html
² https://www.aporrea.org/ddhh/a246764.html