Buenas noticias

Desde hoy, 1 de septiembre del 2020, doy inicio a esta columna BUENAS NOTICIAS. Con ese nombre aparecerá cada vez que publique en Aporrea. Su contenido abarcará aquellos temas que sirvan al lector para la reflexión. He llegado a la conclusión que los lectores merecen algo distinto al tema virulento de la política que nada aporta al espíritu. No me importa que baje el número de mis lectores. Estaré conforme con uno que me lea, de quien estaré sumamente agradecido. Comienzo:

La libertad de los presos

Me parece que, además de ser una buena noticia para todos los venezolanos y buena parte del mundo, ha sido una buena respuesta, por parte del presidente Maduro, al clamor de la gente. Estar preso, sea por razones políticas o no, limita al ser humano. Unos empeoran sus vidas, a través de la violencia; otros aprenden la lección que les ha dado la vida, en respuesta a su comportamiento ante la sociedad. Yo estuve preso cinco años, producto de haber participado en lo que se llamó "El porteñazo", acaecido en 1962 en la ciudad de Puerto Cabello, Venezuela. Soñaba con un mundo mejor, y, lo peor o lo mejor, es que sigo soñando. Mandela, dijo en una ocasión: "He luchado contra la dominación blanca y he combatido la dominación negra. He promovido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual todas las personas puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir, pero si es necesario, es ideal por el que estoy dispuesto a morir".

Todos tenemos derecho a soñar y a luchar por hacer realidad nuestros sueños. A lo que no tenemos derecho es a hacer daño a otros, y, menos a contribuir, a sembrar el caos y la confusión y sumir a la sociedad en una perenne zozobra. Todos nosotros, o casi todos, para no generalizar, cometemos errores, pero "errar es humano", y merecemos una segunda oportunidad. "Errare humanum est", es una expresión en latín que significa literalmente: Si nos equivocamos debemos aceptar los errores, y, en especial aprender de ellos para no repetirlos.

Lamento, dicho sea de paso, que el señor presidente no haya liberado a militares, y, especial, aquellos que tienen hasta 17 años en prisión, como es el caso de los policías que tuvieron participación en el golpe de Estado del 2002. El general Raúl Isaías Baduel, por su edad (65 años) han debido darle casa por cárcel, para que esté con su familia, y reciba tratamiento, si fuera el caso, de quebrantamiento de su salud. Es una opinión muy personal. En todo caso, démosle la bienvenida a las libertades de presos políticos, y ojalá sirva para la unificación, la armonía y la paz de los venezolanos. Este país se merece todos los sacrificios del mundo, en función de su estabilidad de su vida democrática… Gracias por leer esta buena noticia.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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