Desde que desapareció Carlos Lanz no se han detenido las redes sociales, activadas en una impresionante convocatoria diaria y permanente de no-olvido que no deja atrás a los clásicos espacios verticales de la ciudad, en donde dejan sus pintas los llamados a encontrar a este científico de la comunicación popular.
Un día Carlos Lanz transcurre normalmente en la vida de su familia y amigos, e instantes después desaparece en el misterio del espacio comunicacional. Desde entonces se encuentra en un punto ciego donde nadie es capaz de verlo asomado en su habitual análisis de la realidad guerrerista donde hemos estado existiendo desde hace dos décadas.
Carlos Lanz domina, enseña y descubre permanentemente las bases de una revolución bolivariana: soberanía alimentaria, desarrollo endógeno, control obrero y defensa de la Patria, todo vinculado por la comuniación libre y popular. Sobre esas bases, analiza y muestra los principios de la guerra no convencional a través del funcionamiento de las fake news.
El pueblo más seriamente organizado trabaja en torno al análisis social con el que hace escuela Carlos Lanz. El pueblo organizado no sólo va a las marchas y escucha la arenga del liderazgo; también el pueblo organizado analiza, debate y observa la guerra que nos hace el imperialismo: está esencialmente alerta de la falsedad de las noticias que nos voltean el mundo a su manera, así como de las ofertas de la burguesía revolucionaria que parece ganar la partida por estos días.
Carlos Lanz está desde hace dos meses en un punto ciego de la historia: en medio de un campo visual comunicativo, desaparecido como una figura incierta, que no se sabe si existió o no. Pero Carlos Lanz ha existido: alguien lo ama y lo busca. El pueblo más organizado sabe que permanece oculto tras las falsas noticias que pretenden mellar el ánimus revolucionario, y que vigilan la caída en la trampa de la desesperacióm.
Quienes tienen a Carlos Lanz han sido expertos en desaparición; y han silenciado un importante espacio, personaje y tiempo para la formación de las bases del pueblo en la administración de su propio destino, donde no hay "burguesía revolucionaria", ni voceros únicos; donde se construyen el espacio y el tiempo para la autodeterminación, el poder popular, el desarrollo endógeno y la defensa de la patria.
El Pueblo pregunta dónde está Carlos Lanz.
