El poder de las trasnacionales mineras que imperan en la Sierra de Perijá a través de Corpozulia, en sus intentos por debilitar la resistencia indígena que se opone a la apertura de tres nuevas minas de carbón en los ríos Socuy, Cachirí y Maché, en una nueva táctica apoyada por Carbozulia y Pdvsa han subido hasta las comunidades indígenas Wayúu que habitan esta parte norte de la Sierra para convencerlos de que el carbón es un mandato del presidente Chávez y que es él quien los manda a dialogar con ellos para que permitan la entrada a los técnicos quienes desde la salida de la Ministra del ambiente Jackeline Faría andan reconstruyendo el mapa de pilotes donde pretenden abrir las nuevas minas.
Los indígenas desesperanzados y confundidos han comenzado a creer en esta táctica con un desaliento peligroso contra la imagen del Presidente de la República, artimaña que se profundiza aún más por el abandono y la total ausencia de las misiones y programas de ayudas sociales en la zona. Otra táctica miserable e inhumana de estas mafias del carbón para mantener debilitados en la necesidad, el hambre y el desamparo a los indígenas, ablandando su dignidad con hambre.
Los contratados y empleados de Corpozulia, Carbozulia y Pdvsa, así como los de la Vale do Rio Doce y Caño Seco suben en los vehículos de estas corporaciones para darle un aire oficial y de “chavismo” a sus trampas. Hace un par de semanas fueron entregados unos medicamentos de Barrio Adentro y el envoltorio de frascos y sueros orales decía donado por: “Carbonífera Caño Seco”, nombre con el que se disfraza la trasnacional irlandesa que pretende abrir operaciones en Caño Seco.
Utilizando a sus operadores en la zona han comenzado a recoger firmas en la comunidad El Paraíso, pueblo piloto donde los Wayúu bajan a vender sus cultivos y quesos los domingos. Haciéndose pasar por ecologistas, les aseguran que es para llevárselas al Presidente para que no explote carbón, cuando por el contrario, están siendo utilizadas para reforzar la entrada de estas trasnacionales de manos de Corpozulia-Carbozulia, como la Vale do Río Doce, la Inter-American Coal, Chevron, Evan Energy.
Quién pondrá freno a las impertinencias políticas que desde Corpozulia, está cometiendo su presidente Carlos Martínez Mendoza, ficha y cabeza del poder transnacional en el Zulia.
Maltrechos en su ética y responsabilidad los geólogos que han subido desde hace dos semanas a las montañas, buscan conversación a los indígenas para convencerlos. (“ellos andan diciendo: esto va a dar mucho trabajo, que vienen para nosotros cosas buenas”, comentan los Wayúu de quien guardamos sus nombres por protección).
José Diego González del Socuy, Ángela González y sus hijos están siendo asediados, fotografiados por personal que viste chemises y franelas de Pdvsa, Corpozulia y de Misión Guaicaipuro, preguntan por ellos, o cuando los ubican les dicen: tú eres el tal Diego, ¡ahh! yo he oído de ti. los hijos de Ángela González, son interceptados en el camino y les preguntan: ¿tu mamá es la ecologista?
El asedio de estos funcionarios de Corpozulia, Pdvsa, y Carbozulia, será denunciado ante el Ministerio Público, Derechos Humanos y si no existe una respuesta pertinente entonces recurriremos a las instancias internacionales de ayuda a las víctimas de conflictos ambientales. Pues desde espacios educativos que controla Martínez Mendoza, han dejado crecer el comentario de que: “los ecologistas con esa lucha lo que andan es buscando un muerto”. Todo un escenario de muerte e intimidación que no sale de la nada.
Aún esperamos el pronunciamiento de la nueva Ministra del Ambiente Yubirí Ortega de Carrizales y la nueva Ministra de Pueblos Indígenas, Nicia María Maldonado frente al tema del carbón en el estado Zulia y su impacto sobre las reservas de agua y los derechos de los pueblos indígenas. Pues, con dinero y recursos de propio Estado y arrastrándolo a endeudamientos mil millonarios con la banca mundial y regional, Corpozulia no sólo le entarima el negocio del carbón a las trasnacionales construyéndoles Puerto Bolívar, Puerto Catatumbo, Puente Nigales y toda una mega estructura férrea para que saquen el carbón enterrado en tierras de los indígenas, con ese mismo dinero, los persigue y los despoja.
De macheteros y cocineras han llenado una lista para dar trabajo en esas nuevas minas que ni siquiera cuentan todavía con los permisos de explotación por el Ministerio del Ambiente. El modo en el que Corpozulia está socavando las comunidades indígenas haciéndolas defensivamente débiles y aislándolas entre sí comprando y creando falsos líderes entre ellos, es la cancelación absoluta de lo colectivo, una lógica y un método leoninos, miserables, indignos, en un gobierno que se hace rumbo a un socialismo humano. Sólo el propio Estado puede detener este mal, sólo las conciencias valientes podemos hacer resistencia.