En medio de la pandemia por COVID-19 y las terribles consecuencias socioeconómicas derivadas de la emergencia sanitaria, ha habido un repunte notable del trabajo infantil en el mundo, en situación clara de semiesclavitud. Tristemente millones de niños han tenido que dejar a un lado los juguetes y las diversiones en general, para ayudar a sus familias o ganar su propio sustento mediante su labor, "voluntaria" o forzada, en distintos ámbitos, precarios en buena medida y degradantes-inmorales, tal como en el caso de la pornografía infantil, de gran auge en su modalidad electrónica (vía on-line), en el contexto de la sociedad digital en proceso de consolidación.
Los niños están dejando de ser niños en este mundo de m….a, pierden rápidamente su inocencia e ingenuidad y dejan de ser felices, y son arrastrados al igual que los adultos a un abismo de desilusión y desesperanza. En Venezuela, donde la crisis socioeconómica ha sido más grave que en otros lugares del planeta, en parte por las sanciones y bloqueos globales, gran cantidad de niños se ubican entre la población en estado de pobreza y miseria, hasta el punto que muchos a duras penas se "alimentan" una o dos veces al día (se encuentran desnutridos o cercanos a la desnutrición) y han tenido que abandonar la educación formal, de prevalencia on-line debido a la cuarentena por la pandemia. Ni hablar cuando se enferman, en un país en el que la sanidad pública está prácticamente desapareciendo. Para colmo un porcentaje importante de esos niños no cuenta con la presencia de al menos uno de sus padres, que optaron por irse de Venezuela en busca de una mejor calidad de vida. En medio de este panorama oscuro, se evidencia el aumento dramático del trabajo infantil en la nación caribeña, en condiciones tales de informalidad y precariedad, que ha expuesto a los niños a todo tipo de peligros y a su captación por bandas delincuenciales comunes y organizadas; de hecho, numerosos robos y otros delitos han sido cometidos en los últimos tiempos por jovencitos, involucrados incluso con narcotraficantes:
"El trabajo infantil en Venezuela se incrementó un 20 % durante la pandemia por el coronavirus, de acuerdo con el más reciente informe de la ONG World Vision. Fue titulado Una Espada de Doble Filo. El documento describe los riesgos de protección que enfrenta la niñez durante la pandemia.
Se indica que 12 % de los encuestados conoce niños y niñas involucrados en trabajos considerados difíciles o peligrosos. La encuesta fue pasada en el mes de agosto a hogares de Distrito Capital y Miranda.
Entre los trabajos infantiles más reportados se encuentra la mendicidad (28 %), el trabajo doméstico (26 %) y las ventas ambulantes (19 %). Mientras que otro 15 % mencionó que niños y niñas son obligados a vender drogas ilegales.
El informe contiene otros datos dramáticos que mezclan la emergencia humanitaria compleja y las condiciones de la pandemia:
Los niños pasan hambre en al menos en el 73 % de los hogares" https://cecodap.org/pandemia-incrementa-trabajo-infantil-en-venezuela-segun-encuesta-de-world-vision/
El nuevo orden mundial en ciernes, en el que obviamente está siendo incluida la Venezuela "socialista", es criminal por donde se le vea, y pretende acabar con las pocas cosas lindas y esperanzadoras que quedan a la humanidad, entre ellas lo bonito y cándido de la niñez. En este sentido todo ámbito en lo público y en lo privado, estará cada vez más signado por los intereses capitalistas-corporativos, y en consecuencia hasta los niños serían tratados normalmente como mano de obra y/o como mercancía, teniendo que ganarse la vida con el sudor de su frente y de su cuerpo entero, en perjuicio del disfrute que corresponde su etapa biológica. Entonces cabe preguntarse, ¿permitiremos que esa aberración se consolide? En el caso de Venezuela desafortunadamente no hay reacción popular alguna a pesar de la gravedad de la situación infantil, al menos hasta ahora.
