I
“La mujer es la primera obra del universo”
Lessing
“La mujer es un manjar de dioses
cuando no la guisa el diablo”
Shakespeare
Comienzo con dos pensamientos extremos respecto a ciertos conceptos sobre la mujer; un ser privilegiado por ser fuente de la vida tal como la ha forjado la naturaleza con el prodigioso código genético, (nada de mito con costilla) e indudablemente como al hombre también, conceptuado como un ser racional. Sin embargo, caemos en el problema de definir las cosas o los conceptos sobre las cosas, de donde partió la filosofía occidental, con un orto que estuvo, según parece, en el oriente i que se desarrolló prodigiosamente en el mundo griego. Así nos conseguimos con el Poema de Parménides, i sus antecesores i predecesores, hasta llegar a una cumbre en Sócrates, Platón i Aristóteles. Sin embargo, también, nadie es ni ha sido sabio i todos tenemos el derecho a equivocarnos, aunque sea de buena voluntad. Según nos recordó hace poco Vladimir Acosta, somos racionales a ratos, pero muchas veces obramos impulsivamente, bajo emociones diversas i distintas; i la ética que es el resultado de nuestro obrar, de nuestra conducta, es variable con las épocas i los espacios terrenales. Quizá, i acompaño en esto al filósofo del Lenguaje, Max Black, en su formidable obra EL LABERINTO DEL LENGUAJE, lo que distingue fundamentalmente al hombre de los otros animales, es una sola cosa: el HABLA, aunque haciendo un chiste, precisamente lo que hace a los políticos unos animales obsecados, es igualmente el habla. Por ello los dos pensamientos de Lessing i de Shakespeare. I aunque todas las cosas del mundo envejecen i terminan en la desaparición o la muerte, la belleza física de la mujer también va declinando, pero crece cada día su belleza interior, cuando con inteligencia, amor i bondad, es el núcleo de la vida i de toda sociedad posible. Cuando las mujeres pasan por la vida de los hombres i por los prados del mundo i de la historia, novias, esposas o amigas dulces, amargas o revolucionarias, siempre tuve en mente los primeros versos de Andrés Eloy, en las Coplas del amor Viajero:
Ya pasaste por mi casa
a flor de ti la sonrisa,
fuiste un encaje de gasa,
fuiste una gasa en la brisa
porque todas, madre, novia, esposa amiga i todas las que llenan la mitad del mundo, gasas soñadas en la brisa de la historia o el tiempo que pasa, merecen amor, devoción, comprensión i respeto. Hasta las que lamentablemente ya se fueron, las recordamos con nostalgia i amor. I por estas razones, en pleno inicio del siglo XXI, no podemos seguir con los prejuicios i supersticiones religiosas, ni con los disparates de una iglesia que se quedó siglos atrás. Si no, veamos este pensamiento del Papa Inocencio III de mente esclerosada: “CONCIBE LA MUJER CON SUCIEDAD Y FETIDEZ, PARE CON TRISTEZA Y DOLOR, AMAMANTA CON DIFICULTAD Y TRABAJO, VIVE CON ANSIEDAD Y TEMOR”. Semejante burrada no se concibe ni en un salvaje; pero sí en este Inocencio considerado representante de Dios en la Tierra ¡Qué insulto i desprestigio para Dios! Repuesto ya de ese “eructo” de pensamiento, veamos antes de entrar de lleno en los Derechos de la Mujer i los Derechos Humanos, una información que demuestra lo falso de las predicas de la Iglesia Romana , pues en la Iglesia Belga –viví en Bélgica más de un año - la cosa es distinta.
Cuando lo que hoi es la República del Zaire (se conoció del Zaire, su capital, por la pelea Foreman-Muhamá Alí) i antes era el Congo Belga, los soldados rebeldes (las huestes negras se decía) entraron en dos conventos de monjas en Leopolville (nombre de la capital de entonces) i violaron a casi todas las monjas; resultó que más o menos el 50% salieron embarazadas, i la mayoría no aceptaba un embarazo obligado, además del racismo. La solución tomada por la iglesia i el gobierno belga, fue llevar a todas a su patria i practicarles aborto (aunque no sabemos si alguna hubiese querido tener su negrito o su café con leche). Aborto, posiblemente embriones sanos, fuertes…pero pintados de negro; almas negras. La iglesia belga admitió eso como absolutamente normal i lógico, i la iglesia romana ni protestó. No podían convalidar una indicación por indicación social, política i racial. Moralidad o eticidad acomodaticia i oculta. De nuevo recomiendo la lectura de la obra de Pepe Rodríguez, LA VIDA SEXUAL DEL CLERO, para que se enteren con documentos probatorios en tribunales, cómo los sacerdotes católicos, apostólicos i romanos, para los embarazos que provocan, a veces en las “hijas de María engañadas” o en las “cachifas” como dicen ahora, la primera solución es el aborto i con la complicidad del Vaticano; lo mismo que las disoluciones de matrimonios cristianos, por el pago de buenas cantidades de dinero. Personalmente conozco en mi ciudad, dos casos.
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Creo que la única Constitución en el mundo que tiene distingo de género en su texto o palabras, masculino i femenino, es la avanzada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En todos los textos i diccionarios de derecho, no se establece. La sociedad es i seguirá siendo machista; por esos los improvisados, los que no estudian, opinan sobre el aborto, sin tener ni nociones del problema e ignoran a los que si sabemos. Me provoca repetir la breve frase de estos días: Yo sí. Yo si he estudiado el problema del aborto por más de medio siglo i tengo el inestimable apoyo de la filosofía, incluyendo post grados, docencia universitaria i experiencia en la práctica profesional de la medicina. Empecemos, para no extraviarnos en otros predios del Derecho, por los Derechos de la Personalidad , lo que nos obliga a saber cuándo se empieza ser persona humana, pues como declaran ciertos autores, sin resolver esta interrogante no es posible –para personas creyentes sobre todo - tomar una actitud ética ante el aborto.
En la Edad Media , época de oscurantismo religioso, Boecio, pensó que la persona era “un substancia individual de naturaleza racional” de manera que, desde un principio la racionalidad era lo que la diferenciaba de una substancia. Con cuentos así para ignorantes, pero bien acogido por las religiones i de manera dogmática i virulenta por la Iglesia Católica , la mujer, considerada un ser inferior al hombre como puede verse en muchos pasajes de la Biblia , por siglos ha sufrido frente a la inquisitorial mente de hombres apartados de la vida biológica por la enorme estupidez del CELIBATO ECLESIÁSTICO, que los débiles mentales cumplen, pero la mayoría falsa atiende clandestina a la llamada del instinto sano de la naturaleza viril. Según quienes creen que solamente una madre puede conocer lo que sucede en una gestación normal o en una gestación obligada, creen saber más que los médicos o los científicos que incursionamos en estos campos que, además de estudio llevamos una vida biológica i racional normal, aunque acogen el criterio de sacerdotes, del Papa hacia abajo, para adversar, negar o condenar lo que es más propio o genuino de los animales: la reproducción. Contrariando aquel mandato de Dios, de “creced y multiplicaos”. Me pregunto ¿Cómo entonces, se acepta el errado criterio de hombres que no llevan (aparentemente) vida sexual i familiar en el hogar? ¿Qué autoridad tiene un Papa como Inocencio III, para decir esas tamañas estupideces respecto a la mujer i a la venida de un nuevo ser al mundo? ¿Cómo vino él: en suciedad i fetidez? ¿Cómo quedó su madre después del parto? Resultó entonces que, al criterio anticientífico i antifilosófico de Boecio, Max Scheler tomando en consideración lo “racional” (de un ovulo fecundado con vida) agregó las funciones volitivas i las emocionales tales como amar, odiar, la percepción íntima, i en la filosofía moderna conservadora, lo transcendente: de manera que la iglesia, los dogmáticos, los opusdeístas, etc., consideran que desde el embrión, ya el producto de la fecundación (“concepción” para darle matiz divino) tiene todas esta funciones racionales, conversa con los padres, oye música i distingue sobre todo la Clásica , i cuanta especulación se les ha ocurrido a curas, novelistas (Oriana Fallaci) o el folletito lleno de falsedades i dibujos que, la iglesia venezolana, repartió en la Asamblea Nacional Constituyente i que conservo como una demostración de la manipulación disparatada titulado ¿QUIÉN LE TIENE MIEDO A VIRGINIA?. (Continuará)