Un grupo de indígenas paraguayos que mantenía bloqueado este viernes el Puente Remanso, sobre el río Paraguay y principal conexión con la región occidental, liberaron el tráfico tras la renuncia de la presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), Ana María Allen.
Ésa fue la exigencia de los manifestantes que se concentraron por la mañana a mitad del puente, de 1,3 kilómetros de longitud, para la protesta, paralizando el tráfico casi 12 horas con atascos de varios kilómetros a ambos lados del cruce carretero.
Allen confirmó esta noche a los medios su renuncia para desactivar la tensión generada por el bloqueo y ante la orden impartida por la Fiscalía para desalojar a los indígenas de una zona que hacía difícil la tarea policial.
La funcionaria, que horas antes había anunciado que no estaba dispuesto a dejar el cargo, afirmó que los indígenas, pertenecientes a asentamientos de la región occidental o Chaco, están manipulados por políticos y organizaciones no gubernamentales que les asisten.
Allen asumió al cargo con la llegada al poder del gobierno de Mario Abdo Benítez, el 15 de agosto de 2018, y desde entonces tuvo la resistencia de algunas etnias, que le cuestionaron el hecho de que desconoce el guaraní, idioma oficial junto con el español y hablada por la mayor parte de los pueblos originarios del país.
El asesor político de Abdo Benítez, Daniel Centurión, adelantó que jefe de Estado aceptará la renuncia de Allen y anunció que este sábado una reunión con los líderes de la protesta para avanzar en otras reivindicaciones.
La población indígena paraguaya asciende a unas 120.000 personas, de las cuales el 76 % vive en pobreza extrema según datos oficiales, en su mayoría debido a que fueron desposeídas de sus tierras ancestrales durante la dictadura (1954-1989) y en la primera década de democracia.