Comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes se han organizado en Colombia para revindicar su derecho a la tierra y denunciar a grupos armados que participan en economías ilícitas, y que intentan apropiarse de los territorios autónomos con métodos violentos. En los últimos dos meses, tres miembros de la Guardia Indígena del Pueblo Naza, en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca fueron asesinados.
Una persona que estuvo en el sitio dijo que apenas un par de minutos antes la patrulla policial del cuadrante había pasado por allí muy despacio y al poco tiempo llegaron los dos sujetos a bordo de una motocicleta que sería de color negro.
“Tenían cascos que no se quitaron para ingresar al restaurante y cuando estaban cerca de su objetivo dispararon.
Los primeros informes revelan que Oneida Epiayú es oriunda del municipio de Manaure o de la Alta Guajira. La mujer recibió un balazo en la cabeza y otro en el tórax.
La Defensoría del Pueblo estima que 196 líderes sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos han sido asesinados en Colombia, entre marzo de 2018 y mayo de 2019.
Por su parte, hasta el 8 de septiembre pasado, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) había contabilizado a 155 líderes sociales asesinados en Colombia en lo que va de 2019.
El diario La Guajira Hoy reportó que elementos del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía General de la Nación arribaron al lugar para realizar el levantamiento del cadáver, pero los familiares de la líder indígena decidieron llevarse el cuerpo para realizar el velorio en su comunidad.
Violencia
El asesinato a plena luz del día de Oneida Epiayú se da en un contexto de constantes agresiones en contra de líderes indígenas, sociales y defensores de derechos humanos en Colombia.
El 13 de septiembre pasado, el líder wayúu Manuel Pana, quien integraba la Junta Autónoma Mayor de Palabreros por los Derechos Humanos —como se le conoce al órgano que administra la Justicia y resuelve conflictos en la comunidad— fue asesinado a tiros por un desconocido en el municipio de Maicao. Ese mismo día, Henry Cayuy, miembro de una comunidad indígena en el departamento del Cauca, también fue asesinado en presencia de su esposa e hijos.
El 13 de febrero pasado, José Víctor Ceballos, miembro activo del movimiento indígena Nación Wayúu, también fue asesinado en Riohacha. Ceballos había denunciado amenazas contra algunos integrantes, autoridades y líderes de la etnia.
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Comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes se han organizado en Colombia para revindicar su derecho a la tierra y denunciar a grupos armados que participan en economías ilícitas, y que intentan apropiarse de los territorios autónomos con métodos violentos. En los últimos dos meses, tres miembros de la Guardia Indígena del Pueblo Naza, en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca fueron asesinados.
La Defensoría del Pueblo estima que 196 líderes sociales, comunitarios y defensores de derechos humanos han sido asesinados en Colombia, entre marzo de 2018 y mayo de 2019.
Por su parte, hasta el 8 de septiembre pasado, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) había contabilizado a 155 líderes sociales asesinados en Colombia en lo que va de 2019.
