Agricultura y Fertilizantes

El 70 por ciento de los suelos venezolanos dedicados y potenciales para la agricultura y ganadería, requieren anualmente necesariamente unas 950 mil toneladas de fertilizantes y enmiendas, para lograr producir a una mayor capacidad, por eso demandan altas dosis y cantidades de estos elementos químicos que coadyuvan a elevar la productividad por hectárea.

La visión petroquímica que Venezuela implementó, la llevó a desarrollar El Tablazo, Morón y Jóse, para producir entre otras, Urea y elementos químicos de gran importancia, con las cuales preparar las fórmulas de los fertilizantes, de ahí la capacidad exportadora que el país tiene por ejemplo en el caso de Urea.

Sin embargo con toda esa capacidad productora de derivados químicos, con las enormes potencialidades que como país petrolero posee Venezuela, ha adolecido de una política agrícola certera hacia la producción y suministro de fertilizantes.

Hace 30 años Petróleos de Venezuela comenzó un programa muy importante de apoyo técnico científico a la agricultura, con la creación de una filial llamada Palmaven, dedicada exclusivamente al tema de los fertilizantes agrícolas, esta organización llegó a tener un selecto y graneado grupo de expertos en suelos provenientes de las universidades nacionales y algunos venidos de otras latitudes.

Palmaven realizaba anualmente entre 40 y 50 mil muestras de suelo en todo el territorio agrícola nacional, lo cual le permitía monitorear los suelos venezolanos y hacer la prospectiva necesaria, hacia el futuro agrícola nacional en cuanto a los fertilizantes y respectivas formulas químicas.

Todo eso fue literalmente arrasado después del golpe de Estado de 2002, con las consecuencias que hoy viven la agricultura y obviamente sus principales actores: los agricultores; unas permanentes necesidades insatisfechas de fórmulas de fertilizantes para sus cultivos, lo cual contribuye a la reducción de las superficies sembradas que actualmente experimenta la agricultura venezolana, con unos rendimientos aceleradamente decrecientes.

Los andes venezolanos léase Trujillo, Mérida y Táchira por razones geomorfológicas y climatológicas, tienen un variado mosaico de tipos de suelo, como todo el país, caracterizados por la acidez y baja fertilidad, lo que necesariamente requiere con carácter de obligatoriedad, hacer uso de fertilizantes químicos para poder logar una producción significativa y rentable.

Monómeros de Colombia es una filial de Petróleos de Venezuela y en su portafolio de productos se pueden observar una gran cantidad de variados tipos de fertilizantes, desarrollados por su centro de investigación para cada zona de Colombia y para cada cultivo.

Para muestra un botón, ofrece Monomeros de Colombia a los agricultores Colombianos 4 tipos de fertilizantes para el cultivo del algodón, 7 tipos para arroz, 8 para platano, 6 para el Café, 6 para papa, 11 tipos para hortalizas, 10 para frutales y 3 para el cultivo de flores, entre otros cultivos; y la pregunta es ¿Y qué pasa en Venezuela, por qué no se replica esa misma metodología de trabajo aquí?

¿Por qué estando tan cerca ambos países y siendo Monomeros una filial de Pequiven, no trae a Venezuela fertilizantes que tanta falta hacen? ¿qué visión se tendrá de la agricultura nuestra, que estas cosas pasan al frente de las narices de todos? Aquí si que cabe el refrán popular: luz para la calle y oscuridad para la casa, con la agricultura y los fertilizantes.

humogria@gmail.com


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Juan Alberto Sánchez García


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