Es la economía actual y no la ciencia, lo que estropea la Naturaleza. Las chimeneas de las grandes fábricas de los países industrializados, emiten gases en la atmósfera sin control alguno que los regule. Con lo cual se están generando cambios climáticos, tales como: Deshielo de los Polos, ruptura de la Capa de Ozono, Cambio de Temperatura, Huracanes, Tifones y Precipitaciones Atmosféricas en gran escala, destrucción de fuentes de Agua, destrucción de Cosechas, destrucción de Líneas Eléctricas, etc., etc., en el Planeta todo, sin que se le ponga corrección, ni tenga dolientes. ¿No podría llegarse a la integración de ambos sentimientos? Es el proceso económico el que modela el sentido de la madre tierra. ¿No podrá llegar el día en qué, al contemplar la naturaleza sintamos vivamente que es la tierra nuestra nodriza y a la par la consoladora de nuestras penas?
El campesino vive tan apegado a ella que no consigue verla a la distancia conveniente para no recibir más que su majestuosa calma y su efecto sedativo. Y el artista que la contempla o el mero ciudadano que va a distraerse en su seno, vive muy alejado de ella para sentir directamente sus dones de vida. ¿Podrán conciliarse ambos puntos de vista? Sólo sentiremos, veremos, comprenderemos y amaremos a la madre tierra cuando seamos verdaderos dueños de ella sus hijos y no sus esclavos, ni sus tiranos. Sus hijos y a la vez padres de ella.
Hoy los campesinos son esclavos de la tierra. Solamente la formación de vastos campos de cultivo y el ejemplo de los frutos que puede dar en ellos una cultura extensiva conforme a los adelantos técnicos, que provocan la asociación de los pequeños agricultores y preparar así la agricultura del porvenir, la agricultura propia. El que vive sujeto a la tierra que le chupa el sudor y le agota las energías, apenas logra ver la paz de ella. Quién, al tender la vista por un campo, piensa cuanto le producirá, difícilmente llega a sentir el alma del paisaje. ¿Cómo va a sentir la hermosura del campo el pobre que vive sobre él, presa del fisco y la usura? ¿No os habéis enterado todavía de que es precisamente el perfeccionamiento mayor del hombre lo que está pidiendo a gritos la socialización de la tierra y sus medios productivos?
Por debajo de todas las soluciones engañosamente deslumbradoras, que preconizan la mayor distribución de la tierra, los gremios y otras cosas, late el más cerrado espíritu de reacción de estancamiento y de ignorancia a la vez. Es indudablemente causa de numerosos males la gradual concentración de las tierras en pocas manos, como lo es la de los capitales. (Divide y vencerás). Tal es, la máxima de los apóstoles de esas doctrinas. Lo que temen es la asociación de verdad, el que los hombres del campo se unan y se pongan de acuerdo lo que temen es que, haciéndose la sociedad más sociedad cada vez más social, llegue a no buscar fuera de ella equivalente apoyo en que sustentarse.
Pocos sentimientos hay que procuren al hombre mayor consuelo en sus penas, más descanso en su trabajo, más calma en medio de la lucha por la vida y más serenidad para el ánimo que el sentimiento de la Naturaleza. Cuándo se posee éste don con alguna viveza, la contemplación del campo es el más grande sedativo para las enfermedades del espíritu. Aspirando paisaje se goza de los mayores dones de la vida. Ahora bien; el sentimiento de la Naturaleza, fuente perenne de goces, va de par en su progreso con la emancipación del hombre de la esclavitud del terruño. -No es ceguera, no es que el capitalismo destruye esa riqueza para acaparar la restante, es que así retarda el proceso económico y el advenimiento del socialismo.
¡Mientras la tierra no sea propiedad comunal; mientras haya quienes, adonde quieran que vayan tengan que pisar tierra ajena y no encuentren propia sino aquella que les tengan dar de sepultura luego que hayan muerto; mientras tanto no se puede hablar de socialismo!