(Soliloquio de un bolsillo exhausto y un tal PIB)

Dos momentos, dos inmensas masas monetarias

Desde hace algún tiempo, expertos económicos, y otros no tanto, han hecho su esfuerzo por explicarnos la compleja situación que vivimos los venezolanos que nos tiene el intelecto en franca confusión y el bolsillo exhausto.

Podemos ya incluso organizar un glosario de términos: PIB (patriarca terminológico), Inflación, Estanflación, Patrón oro, divisas convertibles, Petro barril, dinero inorgánico, empresarios de maletín, cono monetario trocado en mercancía, precios acordados, productos de la caja del CLAP, como moneda de trueque, hasta el "dólar criminal".

Por cierto este último es un caso digno de estudio, en algún momento se dijo, que esta acción la lideraba en USA, un ex militar venezolano, la verdad que de ser así, ese ex, merecía junto al citado dólar aparecer en carteles como en el viejo oeste "SE BUSCA", con la respectiva recompensa, eso sí, pagaderos con los "tinoquitos" aquellos billeticos impresos a finales de la década del 80. Pero todo esto, según el gobierno, se enmarca, en la letal "guerra económica" organizada desde Washington DC, y apoyada en territorio nacional por baqueanos criollos.

Ahora bien, al margen de alguna ocurrencia ligera sobre la "Economía" que pueda confundirse con una impertinencia humorística, por el contrario, nos encontramos con una disciplina laberíntica, más seria de lo que uno pueda imaginar, que a veces toma caminos dramáticos como los que estamos cabalgando actualmente los venezolanos.

Los que hemos vivido siempre en la sociedad capitalista sabemos que, los "reales" se respetan, sagrados son, (salvo los de la Hacienda Pública) por algo se nos ha advertido tanto "métase con el santo, pero no con la limosna", de no ser así, como explicar la secuencia de conflictos en la sociedad planetaria, desde que el hombre dejó sus organizaciones humanas primarias, para trotar en el campo deportivo de la sociedad de clases, donde el tiempo se mide en dinero, con alto énfasis en su producción, apropiación y celosamente administrado algo de lo que queda, para su distribución. Afortunadamente no todo es oscuridad y penumbras, han existido los curiosos sociales como Morgan, Marx, Engels, y otros, que en ese sentido, algo arrimaron pál mingo tratando de explicar tamaño berenjenal. En conclusión tan inocente no somos

En estos días me acerqué a un lugar a comprar unos cambures, compré kilo y medio, que me costaron 7000 bolívares, y eran 9 camburitos, en la cola para el punto se me acercaron dos ancianos y tres niños, cada uno de ellos quería uno, los miré y pensé ¿en qué lugar estarían ellos en el actual PIB venezolano?.

En los años de CAP I, hubo bastante real, y solidaridad con los pueblos en el marco de la "Internacional Socialista", hasta sectores de la intelectualidad venezolana recibieron su PIB, correspondiente y crearon su pequeña "República del Este". En aquellos tiempos de la nacionalización petrolera, hubo también agudos pensadores económico-sociales, que señalaron a tal evento como "Chucuto" y confuso el asunto relativo a la Ley sobre los "Bienes afectos a Reversión", pero eso, no importó mucho, el país andaba en una onda nacionalista y el "buche lleno", el (PIB) mandaba en jefe. Tiempos felices del "Tá barato dame dos", hasta apóstoles económicos hubo, según el camarada Filosofo de la UCV, Pedro Duno.

¡Claro! ¡Claro!, las cosas no fueron como el futuro de la nación hubiese querido: La "inmensa masa monetaria", según se dice, la más importante en la historia petrolera venezolana que había ingresado a las arcas nacionales, por circunstancias de la crisis petrolera surgida a partir de la guerra árabe-israelí Yom Kipur-(1973), y el embargo petrolero extendido durante algunos años, y luego los sucesos revolucionarios en Irán, que también contribuyó al aumento de la botija nacional. En ningún momento, este monumental PIB, al menos en lo esencial, se orientó a la estructuración de una nación con una economía sólida de nuevo signo.

Ahora bien, qué reflexión nos queda de ese pasado: ¿Lo caracterizaríamos como el quiebre de un liderazgo político-empresarial, que andaban en rumbos distintos a los intereses nacionales?, Podría ser, pero corremos el riesgo de hacer un enfoque reductor, con una visión simple romántica, idealizada, (cuasi-pendeja) obviando que la cuestión es más gruesa, y califica más bien como categoría estructural.

Aunque el cuento parezca repetitivo, si queremos lograr alguna coherencia, no podemos obviar un dato: la Nación venezolana aparte de la intervención y explotación exógena, y su condición económica de capitalismo-periférico; históricamente ha sido tratada por sus nacionales como botín, tanto por los viejos caudillos militares victoriosos en las guerras civiles, e igualmente por la mayoría de las cúpulas políticas de las democracias triunfantes en las batallas electorales. Corregir tal cosa, es una tarea de largo aliento, donde los manuales, y esquemas tradicionales de la política y la economía, tanto nacionales como internacionales, no van a ser suficientes; sería necesario, mucha participación, y protagonismo ciudadano.

El proceso político-económico globalizador no ha tenido éxito, si el propósito esencial era actuar como fuerza gravitacional estandarizando una cultura universal, especie de paz ecuménica, sustentada en polos hegemónicos garantes de la normalización de las desigualdades sociales. Pues, al contrario lo que percibimos es la agudización de contradicciones inter-capitalistas, pugnas por mercados, materias primas y consumidores, confusas o novísimas experiencias socialistas, mientras tanto, por razones culturales, el Mundo, sigue siendo uno, pero en lucha permanente en defensa de sus diversidades y autonomías.

En la memoria de los venezolanos, se mantuvo muy vivo el recuerdo del saudita (PIB), la sabrosura, consumista, el discurso dicharachero tercermundista, del gobierno de CAP I. Esto le permitió de nuevo al líder socialdemócrata saltar sobre los avatares de los gobiernos siguientes (LHC y JL) y de nuevo en el poder, el "Gocho en el 88". ¡Claro! habían cambiado los tiempos, el PIB, venía sufriendo de quebrantos y el panorama lucía tempestuoso a pesar de estar tutelado por "lo mejor del pensamiento económico de la época" (¿?) expertos, quienes ante la situación de las "vacas flacas", hicieron lo habitual, acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI). Corrían los tiempos del fundamentalismo del mercado, O neo-liberalismo, bautizado como el "Consenso de Washington".

Las consecuencias no se hicieron esperar y en febrero del 89, después de lo que la vocería popular llamó la "coronación" de CAP II, en el Teresa Carreño, con la presencia de los más altos dignatarios de la política latinoamericana y de otros lugares, estallaron graves disturbios en la ciudad de Caracas y otras localidades, situación resuelta con los fusiles de los militares y policías, que dejaron en las calles y avenidas montones de ciudadanos asesinados. La barbarie bélica salió a resolver lo que los políticos no pudieron hacer por vías democráticas. La década del 90, fue la continuación del drama neoliberal: insatisfacción y rebelión militar, enjuiciamiento del Presidente, transiciones gubernamentales, Lepage, Velásquez, y luego Caldera y el chiripero; todo ello en una crisis generalizada y un país ruinoso, caracterizado por la ausencia de liderazgo, político, económico y militar. En ese contexto a finales de la década, llega Hugo Chávez a la Presidencia de la República.

El PIB, antes, extraño personaje, ahora es más cercano, siempre ha estado por allí y anda en cada ciudadano en el mundo, es decir es un peatón común y corriente. Durante algún tiempo, como dato se le asoció de manera general al bienestar social, (per cápita) sin embargo eso se ha corregido, ahora se le ha dado su real perfil y su relación con el desarrollo humano a través de algunos índices; en nuestro país hubo un trecho en que se anduvo en esa dirección. A propósito de ello, viendo a los dos ancianos y tres niños que pedían cambures, en San Joaquín, Estado Carabobo, que antes referí, me repregunto ¿Qué lugar ocuparían estos conciudadanos, en los índices de desarrollo humano y esperanza de vida en el actual PIB, venezolano?

Esto viene a la memoria, puesto que también en el periodo Bolivariano durante varios años ingresó a la hacienda pública una inmensa "masa monetaria", que sin lugar a dudas permitió una loable serie de políticas sociales, sustentadas en la tesis del "pago de la deuda social". También en esa oportunidad el fuerte ingreso de las divisas en Venezuela estuvo relacionado a la inestabilidad del mercado petrolero mundial por la participación en situaciones bélicas de algunos productores de hidrocarburos.

Pero ¿Qué pasó? Todo indica, que hubo poco aprendizaje de la deplorable experiencia de los gobernantes de la socialdemocracia puntofijista. El liderazgo bolivariano empezó a administrar la nación, reconociendo el ominoso pasado desnacionalizador y de corruptelas, y prometiendo un nuevo rumbo, pero lamentablemente, el camino recorrido ha arrojado resultados nada gloriosos, al parecer ha habido más retórica discursiva que consciencia histórica. (*)

En los últimos sesenta años, en la economía Venezolana identificamos dos momentos históricos, donde en cada uno de ellos hubo el ingreso de INMENSAS MASAS MONETARIAS, estos momentos estuvieron dirigidos en términos nacionales por líderes de aparatos político-ideológicos de diferentes posiciones, cuyos resultados, sin lugar a dudas han sido calamitosos.

¿Qué ha pasado, con ese cerro de divisas que entraron a la Nación, fundamentalmente por concepto petrolero? Acaso tendría razón profética el extraordinario venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, padre de la OPEP, cuando advirtió de nuestro hundimiento en el "Excremento del Diablo".

Nos preguntamos: ¿Hoy como ayer, nos pondremos de nuevo en manos del Fondo Monetario Internacional? ¿Hay otra opción? ¿Que nos pinta el panorama del FMI, en Argentina y Ecuador?

Nos toca en estos tiempos, más que la retórica de los héroes de oropel, y salvadores de la Patria, convocar a los venezolanos sensatos ubicados en los diversos saberes, para consensuar salidas al atolladero en que estamos.

LA REVOLUCION ES CULTURAL

(*) Se podría decir, que no se puede ignorar la injerencia imperial en nuestros asuntos nacionales, sí, igualmente no se debe obviar que dicha intromisión es histórica, ¿Se conoce alguna experiencia de cambio social con pretensiones radicales en la historia de alguna nación donde el capitalismo-imperialismo no haya intervenido? Igualmente no debemos ignorar y evadir las responsabilidades de la cúpula político-militar en los procesos fundamentales de la construcción republicana, e igualmente las que nos corresponden a cada uno de nosotros los ciudadanos.

racasce@gmail.com



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

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