Ante la ausencia de un sistema transparente y eficiente, que consolide la confianza en el orden colectivo, las dinámicas especulativas asociadas a la incertidumbre del mercado corrompen todo confianza en el esfuerzo colectivo.
El mercado capitalista se auto-recrea y perpetúa, por su capacidad de corromper cualquier esfuerzo para administrar sistemas transparentes de indexación colectiva de valores, incluyéndose los morales; mientras, la dinámica del intercambio para la construcción del socialismo requiere de la transparencia, corresponsabilidad, eficiencia y productividad para consolidarse como estructura institucional y dentro de la consciencia colectiva.
Los precios, como sistema de indexaciones de valores colectivos y de las prioridades dentro de los mismos, son más que una cuestión de economía privada. Son herramientas políticas que definen quiénes obtengan qué, y cómo.
El sistema de precios del mercado se rige por un racionamiento excluyente, donde los mismos precios actúan como indexaciones de las prioridades de las élites económicas, corrompiendo e imponiéndose encima de los valores de las prioridades de la mayoría, por medio de la dinámica permanente de la apuesta entre los más pudientes.
En el sistema de oferta y demanda del mercado, quienes controlan los inventarios y/o su supuesta representación virtual -el dinero-, controlan y definen los precios; y quienes controlan los precios, también controlan la distribución de la productividad y riqueza social.
Por la vía del mecanismo de racionamiento del mercado, estos precios se imponen como las nuevas referencias de valores para el resto de la sociedad, reduciendo indirectamente sus capacidades adquisitivas y excluyendo a una masa importante; pero sin resolver el problema originario de la escasez.
Así que, dentro de la dinámica del mercado, los precios son las herramientas más sutiles de la distorsión y del gran fraude en la distribución de la productividad y la riqueza social, siempre a favor de las élites. Los precios del mercado son aún más efectivos y letales, que la misma propiedad privada, para perpetuarse como sistema de explotación.
Por lo tanto, se destaca la necesidad e importancia de instaurar un sistema alternativo para consolidar la transparencia y la administración social de los costos, precios e inventarios. Por medio de ellos, se aspira establecer la base de un sistema para la recuperación de una justa y digna distribución de la productividad social y con ellos, de la cohesión y la paz.
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