Nuevamente y de forma muy pedagógica ha desenmascarado el meollo del asunto.
En el sistema económico nacional todos los productos al ajustarse su
precio en el mercado, debe incluirse el factor costo de la mano de
obra con el cual se realizó cualquier producto, por lo tanto al
trabajador deberá ser recompensado ajustándosele su pago de inmediato
su salario, en función de la misma paridad cambiaria.
Pascualina Curcio declara, palabras más palabras menos, que en un
proceso productivo dentro de un sistema económico, sea para una
economía normal o sometida a procesos de desestabilización como es el
caso venezolano, se rige por los mismos parámetros de producción y
costo de la materia prima. Transporte, maquinaria utilizada, mano
de obra, venta y por supuesto ganancia. Cuando se altera algún
parámetro, este afectara todo el proceso y es necesario realizar los
ajustes.
Igual en una economía de cualquier país. Si se altera la relación
cambiara de la moneda nación frente al patrón de cambio mundial o con
el que se mantiene una relación de intercambio con los demás países,
entonces quienes dirigen la economía nacional debe de inmediato
realizarse el ajuste.
En eso consiste la Indexación salarial. Con este instrumento no es que
se le está aumentando al trabajador en términos del valor absoluto el
costo de su salario, sino que se estará ajustándolo de forma relativa
según el nuevo parámetro de intercambio monetario. Por lo tanto el
estado deberá hacerlo igual para todos los trabajadores del sector
público, así como también para el cobro de sus impuestos y tasas
impositivas, que proveen la base económica de estado. En esta época de
grande avances tecnológicos en materia de actualización de procesos
fiscalizadores a las empresas esa situación no debería ser un
problema.
El problema más bien se observa es en el pensamiento neoliberal de
muchos asesores económicos que hacen alardes de ser revolucionarios y
socialistas. Tercamente sostiene los mismos valores de análisis de
cualquier pensador neoliberal sobre una economía ortodoxa, sin
intervención de política exterior.
Por esta situación, los empleados público que le trabajamos al estado,
técnicamente no tenemos un producto terminado y tangible al cual
colocarle un valor concreto. Por ello los empleados públicos hemos
llevado la peor parte en el proceso inflacionario brutal que se nos ha
impuesto desde afuera, ya que las convecciones colectivas se discuten
cada dos años con el estado y la inflación es diaria.
Por otra parte, en estos años difíciles hemos comprobados que si se
permanece en la misma perversa relación del bolívar con el dólar, las
famosas reconversiones monetarias de anularle cantidades de ceros al
cono monetario, de inmediato se dispara a propósito el valor del
dólar, respecto al bolívar. Esto se agrava también cuando existen
procesos electorales, lo cual demuestra de forma pública y grosera la
procedencia política de la maniobra.
La lógica es salir del círculo perverso del dólar. Total el imperio
nunca perdonara que le hemos destapado la caja de pandora de la
liberación nacional y que ahora otros pueblos están en ese camino. Es
necesario una maniobra más audaz de indexación salarial, acompañada
de un convenio cambiario y una relación más directa con la economía
China para el suministro de todo lo necesario para funcionar toda
nuestra economía.
Por último, dejemos de ser ingenuos en política internacional. En la
madre del imperio no tenemos amigos.