En oportunidades anteriores he hecho referencia a la incoherencia de las políticas y prácticas educativas de la Revolución Bolivariana. He señalado que en buena medida estas incoherencias se deben a la falta de una teoría revolucionaria, en general, y de una teoría pedagógica que le sirva de guía a las políticas y las prácticas, en particular. En estos meses de pandemia, esas incoherencias se han mostrado con mayor fidelidad y crudeza. Desde los dos ministerios con competencia en materia educativa hemos visto anuncios, planes, programas, etc. donde a quedado en evidencia que no existe guía teórica alguna que le sirva de fundamento. Pero aún, hemos visto como incluso han mostrado un nivel de conocimiento muy rudimentario de las teorías pedagógicas, de la didáctica y la metodología de la enseñanza. Lo que hemos visto públicamente hasta ahora como propuesta de educación a distancia deja mucho que desear. Como si esto fuera poco, el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU) decidió convertirse en proveedor gratuito de publicidad de grandes corporaciones tecnológicas de los Estados Unidos.
Como parte de una serie de videos titulada Universidad en Casa, los cuales pueden verse en el canal del mismo nombre en YouTube, el MPPEU incorporó unos video dedicados a hacerle propaganda a aplicaciones producidas por grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses. No solo tiene el MPPEU esos videos publicitarios en su canal de YouTube, sino que los transmite todo el día todos los días por todos los canales de televisión del Estado. En esos videos se hace publicidad a las aplicaciones WhatsApp, propiedad de Facebook, a los productos de Google: Classroom y Drive, a Jitsi, propiedad de la empresa 8x8. Por un lado, esto nos muestra la estrecha definición de educación a distancia que maneja el MPPEU. Desde esa perspectiva la educación a distancia es vista como el uso de determinadas tecnologías en la enseñanza, esta queda así reducida a una mera tecnología educativa. Por otro lado, muestra el MPPEU ignorancia de quienes son los propietarios de esas tecnologías. Los funcionarios que dirigen el MPPEU ingenuamente creen que todo lo que es gratuito es sin fines de lucro o es propiedad de alguna comunidad de hippies. Nada más alejado de la realidad. Para muestra basta un botón. La aplicación de video conferencias Jitsi, es propiedad de la corporación 8x8 que cotiza en la bolsa de valores de los Estados Unidos. Uno de sus principales accionistas, Eric Yuan, aparece en las listas de las personas más ricas del mundo, cuya fortuna está estimada en unos cinco mil quinientos millones de dólares. Para mi está bien claro que ni Facebook, ni Google ni 8x8 necesitan de la ayuda del MPPEU, del gobierno revolucionario, para promover sus productos.
Lo peor de todo es que, dado el tan bajo número de visitas a esos videos, esas corporaciones ni siquiera agradecerán el gesto del gobierno revolucionario de Nicolas Maduro. No hay nada más triste que tratar de congraciarse con las grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses y que no volteen ni para saludarte.
Cómo le explicaré a mis nietos que aquí una vez hubo un gobierno de la llamada Revolución Bolivariana que se declaró antimperialista, antinorteamericano, pero que su ministerio de educación universitaria era una agencia de publicidad gratuita de las grandes corporaciones tecnológicas estadounidenses de las primeras décadas del siglo XX.