- La transformación universitaria es un tema que está presente hoy en lo que es el debate nacional ¿Cómo se define desde la perspectiva del proceso revolucionario?
Ministra: En primer lugar, definimos que la transformación de un proceso, de un objeto o de un sujeto, implica cambios en los elementos esenciales que lo conforman. Cuando nosotros hacemos cambios en la superficie o en la apariencia, no estamos haciendo transformación, pudiéramos estar haciendo una reforma en todo caso. Cambiar los elementos esenciales implica que discutamos sobre el modelo de universidad ¿cuál es la universidad necesaria para el proceso de transformación que se da en Venezuela, que hoy (miércoles 02-02-11) precisamente cumple 12 años? Un proceso de transformación que está perfilado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pero que en la práctica va incluso mucho más allá de lo que establece la Constitución. Si hacemos un triángulo entre la relación de la universidad con la sociedad y el conocimiento, diríamos que en ese espacio donde coinciden esos tres grandes procesos y aspectos de la vida humana está justamente ubicada la transformación. ¿Cómo se define la relación de la universidad con la sociedad, con las necesidades del pueblo? ¿Cuál es la contribución de la universidad a resolver estructuralmente los problemas que afectan la salud, el ambiente?, ¿cómo se suma la universidad al problema del cambio climático, que ya no es simplemente una circunstancia, sino que ha pasado a ser realmente uno de los grandes peligros de la humanidad y que tiene causas estructurales bien importantes que no se resuelven solamente desde una visión individualizada o parcelada? ¿Dónde se colocan las universidades frente a las grandes desigualdades que afectan a muchos pueblos oprimidos en el mundo? ¿Cómo se coloca la universidad frente al papel del conocimiento, frente a la dimensión ética del conocimiento y los saberes populares? ¿Cómo se coloca la universidad frente a la relación con el pueblo en sus diferentes formas de organización? ¿Es parte la universidad del poder popular o se relaciona con el poder popular, o asume las exigencias del poder popular? ¿Cómo se coloca la universidad frente a las necesidades de transformación del Estado? De ese Estado que heredamos de la Cuarta República y que todos tenemos conciencia que aún no se ha transformado suficientemente como para dar respuesta a los desafíos que supone avanzar en el marco constitucional. Decimos que es una transformación que busca precisamente redefinir, refundar la relación de la universidad con la sociedad y con el saber, una transformación que busca colocarse en función de lo que significa la construcción de futuro para las próximas generaciones, eso para mí define de alguna manera en qué sentido estamos tratando de impulsar la transformación universitaria.
- ¿Con qué instrumentos, con qué herramientas y con quiénes contamos para avanzar en la transformación universitaria?
Ministra: El principal instrumento es el del debate, el de la construcción colectiva, es básicamente un elemento de carácter metodológico. Nuestra democracia participativa nos ha mostrado el camino y nos ha dado el suficiente aprendizaje en torno al papel que juega el pueblo y lo que significa su sabiduría en los procesos de construcción de lo inédito. El segundo es el instrumento legal, es la Ley de Educación Universitaria. Siempre digo que no podemos mitificar la ley, porque ésta por sí sola no es la que provocará la transformación, pero indiscutiblemente que ésta requiere tener instrumentos jurídicos legales que la apuntalen, que faciliten, que agilicen la toma de decisiones en torno a ella. Diría que un tercer instrumento tiene que ver con, no es un instrumento, es un aspecto también de órgano metodológico que es la apropiación colectiva del sentido de esa transformación. No basta decir que vamos a transformar, a tener una ley, si el pueblo en sus diferentes expresiones organizativas no hace suya esa necesidad, esa posibilidad de participar en la construcción de esa nueva universidad, y ahí te estoy respondiendo el otro elemento. ¿Con quién hacerlo? Bueno, digo que hacerlo con el pueblo universitario y el pueblo no universitario, porque todos somos pueblo. Ahora, ese pueblo tiene diferentes expectativas, visiones y modos de hacer conciencia de clases; entonces, tenemos un sector que asume los intereses de las clases explotadoras y tenemos otro que asume sus propios intereses de clase. Tenemos que debatir con todos. El lineamiento del Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, es que tenemos que debatir con todos, porque nuestra gran tarea es cómo darle suficientes argumentos a quienes no tienen la conciencia de clases clara sobre porqué tenemos que construir una universidad que esté del lado del pueblo, que sirva realmente para avanzar y construir el país que estamos todos necesitando, con el que hemos soñado mucho tiempo y sobre el cual hemos venido avanzando un proyecto. Significa debatir, construir y lograr esa apropiación con el pueblo universitario y el no universitario también. Hablo además del pueblo que está ubicado en las instituciones, pues hay un gran debate institucional que se da dentro de las universidades y en sus diferentes instancias, en las cátedras, departamentos, en los centros de estudiantes, en los institutos de investigación. Hay un gran debate que se da en los organismos del Estado, que son formuladores de políticas públicas y que tienen también una expectativa de lo que debe ser la universidad, de cuál debe ser el perfil del profesional a formarse para poder avanzar con las políticas del Estado venezolano y que tienen expectativas en torno a los valores que deberían divulgarse y sembrarse. Estamos hablando de soberanía, de independencia tecnológica. El Estado tiene mucho que decirle, pedirle y orientar a las universidades en esa materia. Tenemos otra vertiente del debate que es la del pueblo en sus expresiones auténticas, naturales, o sea, dónde se está construyendo el poder popular, dónde están los consejos comunales, los comités de tierra, las organizaciones de conserjes, de pobladores, los comités de salud, que también sienten, viven y construyen diariamente un modo de hacer, de vivir, de convivir y que tienen una mirada sobre la universidad, o a lo mejor no tienen ninguna, que es la mayor expresión de la ausencia de la universidad en relación con la vida del pueblo. Cuando la gente no tiene en su imaginario colectivo lo que es la universidad, cómo puede ser, hacia dónde debe ir, y tú preguntas y la gente te dice ‘bueno la universidad es la universidad’, uno dice, bueno, aquí obviamente lo que estamos percibiendo es que hay una gran ausencia del sentido de la universidad, porque la universidad ha estado muy ausente de la vida colectiva.
- Con respecto a ese punto que acaba de tocar, por ejemplo, en muchos espacios se debate sobre la transformación universitaria, de ese pueblo no universitario como usted lo define, pero ¿cómo se concatena la Constituyente universitaria con la trasformación universitaria?
Ministra: Hablo de proceso de transformación, porque la Constituyente tiene unos elementos por supuesto sociopolíticos que lo definen como tal, pero también tiene unos de carácter legal que habría que cubrir para que pueda reconocerse como una Constituyente, entonces, digamos que el proceso general es el de transformación universitaria. Ahora, en relación con el método, cuando yo hablaba de las dos vertientes, decía la institucional y la sociopolítica; en esencia es la vertiente de lo constituido y de lo constituyente, es a eso a lo que me refiero. El pueblo que está en en los diferentes lugares, en su condición de obrero, de estudiante, pero que no participa en ninguna organización establecida, estructurada, constituida; los estudiantes de educación media, las amas de casa, los indígenas, los maestros, las maestras, todo eso es constituyente y que tiene un papel histórico que jugar en relación con la universidad necesaria, a su conceptualización, a su construcción, a su defensa, eso para mí es fundamental y creo que es definitorio del rumbo que tome este debate. Seremos muy respetuosos con respecto al debate institucional, porque también las instituciones forman parte de la sociedad y el debate que se debe dar dentro de ellas no solamente producirá aportes en torno a lo que debe ser la transformación universitaria, sino también hacia lo interno de esas instituciones. En la medida que se genera esa apropiación colectiva también puede producir impactos hacia adentro, como una mirada hacia lo que nosotros somos como instituciones del Estado. Estamos pidiendo a las universidades que se transformen de una determinada manera y nosotros instituciones del Estado en qué medida estamos cabalgando el proceso de transformación que pasa el país. Creo que ahí están las dos grandes vertientes, la constituyente y la constituida.
- Se escucha mucho en distintos espacios una pregunta que es constante, ¿Cómo será la participación de los estudiantes, de los obreros, del personal administrativo, en ese cogobierno universitario?
Ministra: Creo en la apuesta que hacemos, que es la constitucional. La Constitución establece el derecho al voto para todos los ciudadanos en todos los procesos electorales. La Ley Orgánica de Educación (LOE) entonces lo recoge para el campo educativo y nosotros seríamos una ley especial de la LOE, de manera que plantearíamos el derecho al voto para todas y todos los miembros de la comunidad universitaria. He venido insistiendo que tenemos que ir más allá del voto, porque realmente lo que nosotros tenemos que construir es la democracia participativa y protagónica en el seno de las universidades. Pudiéramos estar logrando, sí, que la ley garantice el derecho al voto para todas y todos en las universidades, pero aun así no hay democracia participativa. Recordemos que venimos de la democracia representativa donde todos los mayores de 18 años teníamos derecho a votar y votábamos cada cinco años, o cada cuatro años cuando se empezó con el proceso de descentralización ¿y qué pasaba después? No teníamos ninguna incidencia en la orientación, en la direccionalidad que se guía en la política pública, así que que el planteamiento que venimos impulsando desde el ministerio es que el voto debe quedar contextualizado en el marco de lo que significa la construcción y/o profundización de la democracia participativa y protagónica en el seno de las universidades. No basta con votar, sino cómo participar, cómo garantizar diferentes formas de organización que permitan y que vayan creando condiciones para que el ejercicio de la opinión, del aporte en torno a la política universitaria en sus expresiones académicas, presupuestarias, de planta física, de las providencias estudiantiles, de todo lo que es la vida universitaria, debe tener la condición de que los que son parte de esa vida universitaria se transformen en sujetos históricos y protagónicos de sus procesos, y entonces habrá que activar los diferentes mecanismos que establece la Constitución y es posible que aparezcan algunos que sean propios de las universidades.
- La Ley Orgánica de Educación establece la igualdad y la paridad de votos, ¿cómo se ve, si en mayo que es cuando se escogen autoridades en la Universidad Central de Venezuela, por ejemplo, los sectores estudiantiles en su participación, en su integración en todo lo que tienen que ver con el quehacer estudiantil, promovieran una paridad de votos antes que la LEU sea aprobada?
Ministra: Tienen todo el marco legal para hacerlo, porque la Ley Orgánica de Educación ya lo deja establecido y esa es una ley marco, todo el ámbito educativo se rige por ella. La ley que estamos esperando (Ley de Educación Universitaria) lo que delimitará es el campo en el terreno universitario, pero nosotros estamos enmarcados en la LOE, la ley los ampara, la Constitución los ampara, falta por supuesto la fuerza política que pueda hacer que se vaya concretando eso, ya hay algunas consultas al Tribunal Supremo en esa materia, de manera que los estudiantes si quisieran hacerlo tendrían todo el derecho. En estos días escuché a un vocero estudiantil de la UCV, que lamentablemente no estaba defendiendo esa posición, sino otra, que creo era lo último que esperaba escuchar en ese foro y realmente fue muy lamentable. Es eso lo que decía sobre el tema de la conciencia de clases, que es muy difícil.
- Desde la transformación universitaria, ¿cómo se ve, cómo se piensa en los criterios para la asignación del presupuesto?
Ministra: Creemos que en la nueva Ley deben quedar establecidos, al menos, los grandes criterios; después entran a definirse mecanismos y reglamentos ya más específicos. La nueva ley debe considerar los nuevos modelos de universidad que han venido surgiendo y cómo las universidades se han venido comprometiendo con la inclusión, con la transformación, cómo van vinculándose a los proyectos de desarrollo integral, socio-económico del país, el que está vigente y los que vengan más adelante y eso debe ser considerado a la hora de asignar el presupuesto, porque éste debe asignarse para ello, que son las actividades prioritarias y pertinentes de nuestro país. Creo que es un elemento y que en el debate se irá profundización y mejorando, pero tiene que quedar contemplado algún elemento en materia presupuestaria, y sobre todo la rendición de cuentas que sí se viene haciendo, pero los mecanismos son insuficientes para dar cuenta realmente de lo que es el uso de los recursos que disponen las universidades, tantos los que llegan por vía del presupuesto ordinario como los que llegan por los ingresos propios; además, la rendición de cuenta no es sólo administrativa, hay una rendición de orden sociopolítico que tiene que ver con lo que se llama el encargo social, o sea, ¿para qué la sociedad creó la universidad A, B, C o D?, ¿realmente esa universidad cumple con aquello que le encargó la sociedad?, esa es la rendición de cuentas ética que deberíamos ir apuntalando en el marco de esa transformación.
- Cómo se proyectan los mecanismos para que la universidades experimentales pasen a autónomas?
Ministra: Tengo la posición, que por supuesto será parte del debate, en que no puede haber una diferenciación entre universidades autónomas y experimentales. Tenemos que superar ese reduccionismo, a veces tramposo, entre nosotros mismos, de pensar que la autonomía se reduce únicamente a que una universidad pueda escoger o no a sus autoridades, porque al final la autonomía pasa a ser exclusivamente propiedad de las autoridades de turno, es decir, la reducción es tan brutal con el concepto de autonomía que termina está en contra del mismo concepto. La autonomía es mucho más que eso. Todas las universidades somos autónomas, todas tienen libertad de cátedra, de pensamiento, derecho a manejar todas las corrientes de pensamiento, a manejar el presupuesto interno, a organizarse. Todas las universidades tienen organización interna diversa porque la autonomía lo permite, sean experimentales o no, lo que cambia es cuáles pueden escoger sus autoridades y cuáles no, entonces en ese orden habrá que ir decidiendo en qué momento una universidad está en condiciones de escoger a sus autoridades. Lo que creo es que todas las universidades deben desarrollar la democracia participativa interna, escojan o no a sus autoridades por vía eleccionaria, es una diferencia bien importante. La Universidad Bolivariana ha dado sus primeros esfuerzos, se han venido constituyendo los primeros consejos del Poder Popular Estudiantil que deben formar parte de los Consejos Académicos en cada una de las sedes regionales, es decir, entran directamente en la toma de decisiones. Hay muchos mecanismos que podemos ir creando que garantizan la participación directa de los sujetos y que no se reduce solo a la elección de autoridades.
- Está abierto el debate sobre transformación universitaria, ¿qué llamado le hace a los sectores estudiantiles, a los trabajadores, a la comunidad universitaria e incluso al pueblo que está por fuera del quehacer universitario, pero que indudablemente lo toca y sobre todo desde la perspectiva de la transformación dentro de este proceso revolucionario?
Ministra: En primer lugar, a participar, a expresar su opinión y, sobretodo, a organizarse y a movilizarse en torno a lo que significa la construcción de esta universidad necesaria, que asuman la universidad como propia, que ésta deje de ser un espacio ajeno y cerrado para que el debate universitario sea de toda la sociedad y que toda ella sienta que la universidad es suya y que el futuro de la universidad y de la relación de la universidad con el pueblo, con el conocimiento y con la sociedad en su conjunto, es producto de este debate que me atrevo a decir que será histórico.