Tengo varios desencuentro con la metodología que está empleando esta revolución, tal vez sean tácticas, pero les confieso que huelen a más de lo mismo, por lo menos da la impresión de “una mano pelúa” detrás de todo. Líder-presidente, Ministros, líderes e ideólogos de la revolución con todo respeto, los medios para alcanzar los fines si importan en revolución, digo yo!.
Se que hay realidades inevitables en el sistema económico que tenemos, es monoproductivo, es rentista y está inserto y encadenado al capital global, tanto por el vaivén de los precios en el mercado de comodities internacional, a través de la exportación de nuestra principales fuentes generadoras de divisas como: petróleo, hierro, aluminio, o por nuestra dependencia vía la importación del mercado internacional, de muchos de los insumos y productos necesarios para satisfacer nuestros medios de vida, desde alimentación, vestido y vivienda, entre otros. La crisis del capital, esa que vemos todas las noches en Dossier materializada en protestas, recortes presupuestarios y de sueldos de empleados públicos, desalojos, privatizaciones, etc., en los países Europeos o en los Estados Unidos, claro que si nos pega, de retruque y vaya que retruque! Sólo que este estimulo tiene un tiempo de respuesta; aun cuando tenemos un gobierno de corte revolucionario, de Izquierda, que sabemos ha hecho y hará todo lo posible por amortiguar el impacto y sobre todo, tratando de evitar que los que más paguen esta crisis sean los mismos de siempre.
La tragedia eléctrica...
Aun cuando exagere prefiero decirle así en lugar de crisis, pues es un cuento de nunca acabar, temo que el problema es mayor al que nos muestran cada vez que se hace insostenible la continuidad en la prestación del servicio, por los hechos: primero la sequía y su consecuencia en el nivel de la represa del Gurí, quién podía negar que nos afectaría, ésta generaba el 75% de la energía que consumimos, un error de planificación y de cálculo o probablemente un proyecto de infraestructura que quedó a medio camino, abandonado al adherirnos al Consenso de Washigton o antes en el Viernes Negro; luego, aun cuando se están tomando medidas con la instalación de generación, térmica y eólica, de energía eléctrica distribuida en el territorio nacional, los apagones continúan, en pleno período de lluvias que se extendió y se trago el verano; A caramba!, y ahora!, es que el problema tiene varias aristas, primero el mantenimiento mayor, no se hicieron los cambios de los equipos obsoletos, las redes de distribución y transporte necesitan redimensionarse, el venezolano aumento el consumo, pues ahora la inclusión socio-económica implica que hay mayor demanda. Todas estas argumentaciones son válidas, sólo cabe preguntarse, ¿El problema es mayor y se nos ha querido decir por cuenta gotas?.
La nuevas medidas
Me rehúso a aceptar la instrumentalización de la regulación a través de las tarifas, según mi criterio es dejar en términos del mercado una acción que es práctica de un Estado que deseamos superar. Alguien dirá que la medida tomada no es aumento de tarifas es una acción para racionalizar el consumo, son normas que sancionan el exceso y benefician su disminución.
Vamos a ver un caso, de partida la media según la tabla publicada en Ultimas Noticias, extraída según de la Gaceta Oficial Nº39.695, donde se establece la “Contribución” referida. Primero se presume que todos debemos reducir al menos el 10%, de partida si Ud. ha sido comedido en su consumo, ha mantenido una conducta austera, por ejemplo tiene un televisor, sin aire acondicionado, sin micro-ondas, calentador de agua a gas, bombillos ahorradores, cocina a gas y usa la mayoría de su ropa “lave y listo”, sino logra consumir menos hasta el umbral exigido se verá afectado con una recargo en su “contribución” mensual de tres mediecitos por cada bolívar. ¡Na guara!.
Veamos otro caso, hipotético, Ud. tiene una casa que consume energía full, cocina eléctrica, calentador eléctrico, aires acondicionados en todos los cuartos, televisor de plasma en cada cuarto, en la sala, en la cocina y hasta en el baño, con apagar algunos equipos o disminuir su uso diario en 10% del tiempo podrá obtener un descuento en su “contribución” de un mediecito por cada bolívar.
Aun cuando estemos hablando de tarifas y no de impuestos, cabría preguntarse si este ajuste es progresivo o regresivo?, es decir, el que viene con una conducta racional en el consumo, por debajo del promedio, se verá penalizado en 75% sino logra alcanzar la meta del 10% y el que viene holgado consumiendo, por encima de su promedio, con sólo bajar un 10% se verá recompensado con un descuento en su “contribución” del 25%, estas son las injusticias del promedio. Para el que tiene una conducta racional el esfuerzo es equivalente al del corredor que está compitiendo en una carrera de 100 mts plano, y está cerca de record mundial, subirlo unas décimas es cuesta arriba, a diferencia del corredor que viene de último y se le premia si llega de penúltimo.
Al pan pan y al vino vino!...
Pregunto no hubiese sido mejor fijar el patrón de consumo de una familia de clase media con todo el equipamiento necesario para “el buen vivir”, con un consumo diario racional, en base a éste establecer el umbral de consumo y luego establecer las penalizaciones o premiaciones correspondientes.
Si hace falta racionar por razones de causa mayor, hágase pero que sea mas justo con medidas para toda la población. Es decir no mezclar los objetivos, una es disuadir al derrochador que no aprende a pesar de las campañas y otra, es asumir una realidad nacional que exige un racionamiento nacional hasta que se logre corregir un problema estructural, que data de décadas de desinversión y descuido por parte del Estado.
Por otro lado, si es necesario un aumento por cuanto los costos de operación en la prestación del servicio y las inversiones necesarias así lo exigen, dígase claro con cifras y argumentos y tómese la medida sin rodeos.
Peligrosamente estamos contribuyendo a generar una espiral inflacionaria que puede tener efectos imprescindibles en el pueblo llano.
El socialismo es el camino, pero hay que construirlo, con creatividad, reflexión y crítica, en el mundo real.
alvin.lezama@gamail.com