Introducción: La Situación Actual

En la actualidad, gracias a la grave crisis económica que padece Venezuela, la demanda eléctrica nacional ha caído en más de un 50% con respecto a lo que deberían ser sus niveles para el año 2019. En este sentido, la demanda actual es de apenas unos 10 mil megavatios, cuando la demanda estimada por los planes de desarrollo nacional, para 2019, debería estar por encima de los 22 mil megavatios. Sin embargo, a pesar de esta caída en la demanda, hay problemas en el abastecimiento de energía eléctrica para todo el país y particularmente para el interior, donde más del 90% de las centrales termoeléctricas están indisponibles por diversas razones. Sobre este tema hemos escrito muchas veces e incluso hemos realizado algunos videos divulgativos al respecto. Las pésimas decisiones en cuanto a las tecnologías a adquirirse, la corrupción y la falta de mantenimientos oportunos desde el año 2010, llevaron a que la emergencia eléctrica decretada en ese año lejos de solucionar el problema nos haya hundido en esta debacle eléctrica nacional, en la actualidad. Además, ha quedado claro que muchas de las fallas en las centrales termoeléctricas del interior del país se deben al uso de gasoil en lugar de gas natural para centrales turbo gas duales de última tecnología no adaptadas a las características del gasoil venezolano. Pero ¿Por qué el gobierno no termina de tomar acciones correctivas al respecto, recuperando las centrales termoeléctricas indisponibles en la actualidad? ¿Por qué el gobierno no ha cambiado el combustible a las centrales reemplazando el gasoil por gas natural?

El Impacto del bloqueo económico en la recuperación del parque termoeléctrico

A partir de mi experiencia en el sector eléctrico y petrolero venezolano, conozco de manera directa las causas de la indisponibilidad de las centrales termoeléctricas, pero nunca he entendido porque no se toman las medidas oportunas de recuperación (quizás no he querido ser del todo mal pensado). Al respecto he consultado a la fuente más autorizada en Corpoelec en este sentido, quien ha dado interesantes respuestas al respecto. En primer lugar, el caso del estado Zulia, la región hundida en una gravísima situación eléctrica, clama al cielo como una incomprensible irresponsabilidad del gobierno nacional. Sin embargo, al respecto hemos podido conocer que el bloqueo económico yanqui está haciendo mucho daño frenando el posible proceso de reparación y recuperación de las centrales de ese importante estado del occidente nacional. En este sentido, el 5 de Junio de este año se contrató la recuperación de Termozulia (1040 MW), sin embargo, hasta hoy la empresa contratista aún no ha podido cobrar el anticipo necesario para el inicio de los trabajos de reparación y eso es producto del bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos. Debido a esto los trabajos que se han venido ejecutando tienen ya más de dos meses de retraso en la central más importante del occidente del país, ubicada en el Municipio La Cañada del Estado Zulia. Por otra parte, apenas se ha podido avanzar en la recuperación de las unidades TZ-1 y TZ-7 de Termozulia que tienen un avance de apenas un 50 % y que al ser completamente recuperadas aportarían unos 300 Megavatios (MW) al sistema eléctrico zuliano y nacional. Pero los trabajos no tienen una fecha determinada de culminación por las mismas razones antes explicadas.

Algo similar ocurre con la central Indía Urquia (840 MW), cuyo contrato se firmó el 10 de agosto y aún la empresa contratista no ha podido cobrar el anticipo producto del bloqueo del gobierno norteamericano. Estos contratos incluyen el suministro de repuestos capitales para llevar las unidades a condiciones óptimas de confiabilidad. El 80 % del monto de los contratos son repuestos importados de las empresas europea Siemens y norteamericana General Electric (GE). India Urquia es vital para la alimentación del sistema de bombeo de agua a la ciudad capital de la república (Caracas). Los proyectos contemplan además la adecuación del sistema Black Start, un sistema necesario para que las maquinas arranquen aun cuando se produzca un apagón nacional y una falta de suministro eléctrico desde la red troncal de transmisión eléctrica en alta tensión. En el estado Zulia, también se deben recuperar los sistemas Black Start (arranque en negro), que está compuesto por las unidades RU-5 y RU-11 de la planta Rafael Urdaneta, que arrancarían en negro (Black Start) sin problemas y garantizarían también la alimentación al sistema de bombeo de agua del embalse Tulé, a la ciudad de Maracaibo.

La ciudad capital está entonces pendiendo de un hilo en cuanto al suministro de agua y electricidad y esto no puede ser atajado con mayor rapidez debido al bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos. En este sentido, la recuperación de la planta José María España (425 MW) también está en procesos de contratación, y su recuperación es fundamental porque garantiza la alimentación en 69 KV a Caracas incluyendo a toda la red de transporte del Metro de Caracas. Juntamente Indía Urquia (840 MW) y José María España (425 MW) son centrales de generación cuya recuperación hoy depende de la flexibilización del bloqueo o de la posibilidad de algún "by-pass" que permita avanzar con las contrataciones de recuperación de estas. La capital de la república está amenazada, cercada por el bloque económico de una manera imperceptible para los ciudadanos de Caracas, mientras que Maracaibo está asfixiada por un apagón prolongado que no se podría superar hasta tanto no se pueda superar el problema derivado del bloqueo, todo esto según la versión del alto funcionario de Corpoelec. Finalmente, otras importantes centrales termoeléctricas del país como la Josefa Camejo, del estado Falcón, no están ni cerca de ser recuperadas porque no existe en la actualidad disponibilidad financiera ninguna, siquiera para iniciar el proceso de contratación de las reparaciones necesarias.

El levantamiento del bloqueo no es suficiente, hay que migrar al uso de gas natural

Todas las turbinas adquiridas durante la 5ta república, es decir, por el gobierno de Hugo Chávez y Nicolas Maduro pueden ser usadas con gas natural o con gasoil. Sin embargo, el uso de gasoil no está recomendado para un régimen permanente sino solo en casos de emergencia. El grave error estratégico fue alimentar esas máquinas con gasoil de forma permanente debido a que PDVSA Gas siempre ha negado la posibilidad de invertir en los gasoductos necesarios para suministrar gas a las centrales termoeléctricas nuevas, lo que ha provocado indirectamente sus fallos catastróficos e indisponibilidad en más de un 90% del país. Sin embargo, en el oriente del país se pierden más de 1000 MMPCD de gas, que se queman por venteo en las instalaciones petroleras y algo similar ocurre en el Lago de Maracaibo y no ha sido posible que PDVSA aporte ese gas para las centrales termoeléctricas. Es necesario que PDVSA asuma la responsabilidad de dar el gas necesario a las centrales termoeléctricas porque, en caso contrario, toda inversión en la recuperación de las maquinas se perderá en pocos meses de funcionamiento con gasoil. Es necesario que se comience a planificar la política energética venezolana de forma integral y no aislada en parcelas enemistadas o incomunicadas, lo que ha sido una de las causas de la debacle del sistema eléctrico nacional que hoy padecemos todos los venezolanos (as). Finalmente, creemos que se debe avanzar en proyectos con energías renovables, particularmente en la Guajira y Paraguaná, para los cuales no necesitamos ni gas ni gasoil, porque tenemos vientos suficientemente potentes para aportar al sistema eléctrico nacional más de 10 mil megavatios de energías limpias y confiables, en un mediano plazo, saliendo de este círculo vicioso de extractivismo y auto destrucción del sistema eléctrico nacional.