Nuevamente se nos presenta un movimiento de distracción política en el que el gobierno nacional pretende aparecer como promotor de las energías renovables en Venezuela a través de un proyecto de ley francamente mediocre. Este proyecto de ley se parece mucho a la Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico (LOSSE) del año 2010 y, de hecho, el contenido de esta ley de "energías alternativas" realmente referido a las energías renovables es casi exactamente el mismo que ya está incluido en la LOSSE, no se aporta nada nuevo. Las mismas dudas, lagunas y carencias conceptuales que ya presentaba la LOSSE con respecto a las "energías alternativas" se reproducen "copy & paste" en esta nueva ley. Sin embargo, creo pertinente aprovechar la oportunidad para retomar temas olvidados y de los que los proponentes de esta ley parecen no haberse enterado durante estos ultimo 11 años desde que se promulgo la LOSSE.
En primer lugar, celebro que se den por enterados de que en Venezuela hubo entre 2005 y 2013 un programa de electrificación rural basado con Energías Renovables llamado "Sembrando Luz" que se encuentra actualmente, y desde hace más de 8 años, completamente abandonado por el gobierno de Nicolás Maduro Moros y todos los ministros de energía eléctrica que desde entonces han ocupado ese cargo (Héctor Navarro, Jesse Chacón, Argenis Chávez y Mota Domínguez). En la exposición de motivos dicen lo siguiente: "Programa Sembrando Luz que se ejecuta desde el año 2005, en el marco del Proyecto Nacional Simón Bolívar, desde donde se han construido más de 3.300 sistemas con energías renovables (solar y eólico) en comunidades aisladas, indígenas y fronterizas, beneficiando a más de 314 mil personas". Sobre el tema desarrollé mi tesis doctoral en la Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España) obteniendo la calificación cum laude y el reconocimiento a la mejor tesis doctoral en sostenibilidad del período 2018-2019, premio a la excelencia otorgado por el rector de esa casa de estudios. En este contexto puedo decir que lo correcto sería decir que el programa estuvo vigente entre 2005 y 2013, luego de lo cual fue abandonado y las instalaciones han sido vandalizadas. Aquellos que quieran conocer la verdad sobre este programa y la evaluación que hice del mismo durante 4 años, pueden descargar gratuitamente el libro "Energías Renovables en Venezuela" de mi autoría, en el siguiente enlace: https://soberaniavenezuela.org/2021/12/04/energias-renovables-en-venezuela-libro-en-pdf-gratis/ Aunque el programa logró un éxito impresionante, fue atacado, cercado y perseguido por este gobierno y sólo era apoyado por las comunidades y gracias al esfuerzo del difunto economista Jesús Marrero y el equipo de profesionales de Fundelec. Posteriormente, con la nefasta LOSSE, Corpoelec asumió este programa entre 2011 y 2012, logrando altos niveles de destrucción para el 2013 y actualmente las instalaciones se encuentran en un estado precario. El parque eólico de Los Taques no está operativo, nunca lo ha estado y tampoco el Parque Eólico de La Guajira, del que no hacen mención por pena ajena y vergüenza, me imagino, porque este está completamente destruido, vandalizado, saqueado.
Luego, aún en la exposición de motivos dicen "La generación de energía eléctrica es 79.73% proveniente de centrales hidroeléctricas, el 20% restante, en centrales termoeléctricas" Si, pero esto se debe a la disminución de la demanda eléctrica nacional debido a la destrucción de las industrias básicas de Guayana y de todo el aparato productivo nacional lo que redujo la demanda eléctrica del país de más 18 mil megavatios en 2013 a menos de 10 mil megavatios en 2020, lo que da cuante de una destrucción de las capacidades industriales del país de alrededor de un 45%. El hecho de que las termoeléctricas del país solo representen un 20% de la generación eléctrica nacional solo es una evidencia del fracaso rotundo del programa "revolución energética" que invadió de miles de megavatios termoeléctricos a todo el país, megavatios que se encuentran hoy compleméntateme indisponibles por corrupción e ineficiencia de Corpoelec. En un artículo que publiqué en el año 2017, se muestra como la capacidad termoeléctrica del país ha ido cayendo estrepitosamente desde el año 2013 sin que el gobierno nacional hiciera nada para detener la destrucción de nuestras turbinas térmicas (el estudio se encuentra disponible en este enlace https://produccioncientificaluz.org/index.php/cuadernos/article/view/22866 ) El desastre de las termoeléctricas en Venezuela fue lo que llevó a que apenas un 20% de la energía provenga hoy de esas fuentes, no es porque el gobierno haya llevado a cabo un programa de energías limpias, nunca lo ha hecho, ni lo hará. De hecho, se dilapidaron más de 30 mil millones de dólares en tecnologías termoeléctricas altamente contaminantes que fracasaron y hoy son el más grande parque de chatarra eléctrica de Suramérica, gracias a la corrupción de las autoridades del Ministerio de Energía Eléctrica, Corpoelec y las empresas Derwick y Siemens (Ver el articulo al respecto https://soberaniavenezuela.org/2019/12/06/conoce-a-siemens-la-trasnacional-electrica-detras-de-los-apagones-en-venezuela-con-un-pasado-nazi-y-amplio-prontuario-de-corrupcion-internacional/ ). Esto se debe a que las tecnologías empleadas fueron de rápida instalación, alto consumo energético y baja eficiencia térmica, como es el caso de los grupos electrógenos de la "Misión Revolución Energética" y las nuevas centrales termoeléctricas de tecnología alemana, que se instalaron para funcionamiento con gasoil en el noroccidente del país (Zulia y Falcón). Estas tecnologías de generación distribuida y centralizada representaban, para e 2014, consumos de 4,8 y 16 millones de barriles de gasoil al año, respectivamente (MPPEE, 2013a), esto es un derroche de combustible en generación contaminante que no tiene paralelo en ningún país del mundo, un derroche que nos condujo a la ruina energética que hoy padecemos. La intensificación de la participación de la generación termoeléctrica, dentro de la matriz energética nacional, durante el período 2004-2014, profundizó el modelo de dependencia y redujo las posibilidades de alcanzar la sostenibilidad del sector eléctrico venezolano. En el estado Zulia se ha evidenciado la baja confiabilidad de las nuevas tecnologías que, operando con gasoil, presentaron una caída en la disponibilidad media ponderada anual de un 30%, entre 2012 y 2015, esto es algo digno de un récord Guinness en mala gestión de un sistema eléctrico, es inaudito, increíble.
El resto de los artículos de la ley, no son más que copia y pega de la LOSSE, nada nuevo. Se cambian algunas palabras con respecto a los textos de la LUREE y la LOSSE, pero se ve claramente que es lo mismo y que quien redactó esto no tiene la menor idea de lo que habla. Se cometen errores conceptuales, se incurre en terminología que no es propia del argot técnico venezolano, me parece más bien un argot centro caribeño. Por lo demás, invito al lector visitar los vínculos compartidos y no dejarse embaucar por esta nueva maniobra distractora del gobierno nacional.