Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en:

El capítulo II del Tomo II de “El Capital” (VI)

¿Para qué sirve la transformación de la mercancía en forma dinero?

En la circulación  M D M(T+Mp), el mismo dinero cambia dos veces de lugar; el capitalista lo recibe primero como vendedor y se desprende de él como comprador; la transformación de la mercancía en forma-dinero sólo sirve para convertirla nuevamente de la forma dinero en la forma mercancía; por tanto, la forma dinero del capital, su existencia como capital-dinero, es, en este proceso, un factor llamado a desaparecer; o, dicho de otro modo, el capital-dinero, mientras el proceso está en marcha, sólo actúa como medio de circulación cuando sirve de medio de compra; cuando aparece como medio de pago es, exclusivamente, cuando los capitalistas realizan compras mutuas entre sí; es decir, cuando se trata, simplemente, de saldar la diferencia.

¿Qué es necesario para que el ciclo se efectúe normalmente?

La función del capital-dinero, ya sirva como simple medio de circulación o como medio de pago, es la de actuar exclusivamente de mediador para sustituir M por T y Mp, es decir, para sustituir el hilo, el producto en mercancías fruto del capital productivo (después de deducir la plusvalía que puede gastarse como renta) por sus elementos de producción; o sea, la de hacer revertir el valor del capital de su forma mercancía a los elementos constitutivos de ésta; por consiguiente, en último término se limita a servir de mediador para la reversión del capital-mercancías a capital productivo.

Para que el ciclo se efectúe normalmente, es necesario que M' se venda por su valor y en su totalidad. Además, la fórmula M — D M no implica solamente la reposición de una mercancía por otra, sino además su reposición dentro de condiciones iguales de valor. Aquí, partimos del supuesto de que ocurre así. Pero, en la realidad, los valores de los medios de producción varían; la producción capitalista lleva precisamente consigo un cambio constante de las condiciones de valor, aunque sólo sea por el cambio constante en cuanto a la productividad del trabajo que caracteriza a este régimen de producción. Aquí, nos limitaremos a señalar este cambio de valor de los factores de producción, que habrá de ser estudiado más adelante. La transformación de los elementos de producción en productos-mercancías, de P en M', se opera en la órbita de la producción, la reversión de M' a P en la órbita de la circulación. Le sirve de medio la metamorfosis simple de la mercancía. Pero su contenido es un factor del proceso de reproducción considerado en su conjunto. La fórmula M — D — M, como forma de circulación del capital, implica un cambio de materias funcionalmente determinado. El cambio M — D — M supone, además, que M = a los elementos de producción de la cantidad de mercancías M' y que éstos mantengan su primitiva relación de valor; se parte, pues, del supuesto no sólo de que las mercancías se venden por su valor, sino además, de que no experimentan cambio alguno de valor durante el ciclo; en otro caso, el proceso no puede desarrollarse normalmente.

En la fórmula D . . D', D es la forma primitiva del valor del capital, forma que éste abandona para volver a asumirla. En la fórmula P ... M' — D' — M ... P, D no es más que la forma adquirida en el proceso y que vuelve a abandonarse en el transcurso de éste. Aquí, la forma dinero sólo aparece como forma independiente de valor del capital llamada a desaparecer; el capital en forma de M' tiene miedo a asumirla como la forma de D' a abandonarla, tan pronto como se ha albergado en ella, para revestir nuevamente la forma del capital productivo. Mientras permanece bajo la forma dinero no funciona como capital, y por tanto no se valoriza; el capital permanece inmóvil. D actúa aquí como medio de circulación, pero como medio de circulación del capital. La sombra de independencia que la forma dinero del valor capital presenta en la primera forma de su ciclo (en la forma del capital-dinero) desaparece en esta segunda forma, la cual constituye con ello la crítica de la forma I y la reduce a una mera forma. Si la segunda metamorfosis D — M tropieza con obstáculos (si, por ejemplo, escasean en el mercado los medios de producción), se interrumpe el cicló, el curso del proceso de reproducción, exactamente lo mismo que si el capital se inmovilizase bajo la forma de capital-mercancías. Pero con esta diferencia: bajo la forma dinero puede sostenerse durante más tiempo que bajo la forma perecedera de capital-mercancías. En primer lugar, ha funcionado bajo forma de dinero, de capital-dinero; pero deja de ser mercancía y valor de uso en general si se la retiene demasiado tiempo en su función de capital-mercancías. Y en segundo lugar, bajo la forma de dinero puede asumir, en vez de su primitiva forma de capital productivo, otra distinta, mientras que como M' no se mueve del sitio.

La fórmula M’ — D' — M sólo implica para M, en cuanto a su forma, actos de circulación que son factores de su reproducción, pero la reproducción real de M, en la que se convierte M', es necesaria para que la operación M’ — D' — M se efectúe; sin embargo, ésta se halla condicionada por procesos de reproducción al margen del proceso de reproducción del capital individual representado por M'.

En la forma I D — M(T+Mp) no hace más que preparar la primera transformación del capital-dinero en capital productivo; en la forma II, la reversión a capital productivo del capital-mercancías; por tanto, siempre que la base de inversión del capital industrial siga siendo la misma, la reversión del capital en mercancías a los mismos elementos de producción que lo engendraron. Aquí aparece, por tanto, al igual que en la forma I, como fase preparatoria del proceso de producción, sólo que como retorno a éste, como renovación de él, y, por consiguiente, como precursor del proceso de reproducción y también, por tanto, de la repetición del proceso de valorización.

Debemos observar una vez más que D — T no representa un simple cambio de mercancías, sino la compra de una mercancía, T, destinada a la producción de plusvalía, del mismo modo que D — Mp no es más que el procedimiento materialmente indispensable para la consecución de ese fin.

Al efectuarse la operación  D — M(T+Mp), D vuelve a convertirse en capital productivo, en P, y el ciclo comienza de nuevo.




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Nicolás Urdaneta Núñez


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