Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en: El capítulo III del Tomo II de “El Capital” (III)

¿Qué es lo decisivo en la forma funcional dentro del ciclo del capital concreto, con el que el capital productivo ha de reembolsarse?

   M' — D' no es, de por sí, más que la venta de 10,000 libras de hilado. Las 10,000 libras de hilado son una mercancía, ni más ni menos que otro hilo cualquiera. Lo que al comprador le interesa es el precio de 1 chelín la libra o 500 libras esterlinas las 10,000 libras. Y si, al tratar, ahonda en los elementos integrantes del valor, es con la pérfida intención de demostrar que la libra de hilado podría venderse a menos de 1 chelín dejando todavía una buena utilidad al vendedor. Pero la cantidad de hilado que compre dependerá de sus necesidades; si se trata, por ejemplo, del propietario de una fábrica de tejidos, dependerá de la composición del capital que tenga empleado en la fábrica textil, y no de la del capital del fabricante de hilados a quien compra. Las relaciones en que M' tiene, de una parte, que resarcir el capital absorbido por ella (o en sus respectivas partes integrantes) y, de otra parte, servir como producto excedente, ya sea para gastarlo como plusvalía, ya para destinarlo a la acumulación del capital, sólo existen en el ciclo del capital, cuya forma mercancía son las 10,000 libras de hilado. Nada tienen que ver con la venta, como tal. Aquí partimos, además, del supuesto de que M' se vende por su valor, de que, por tanto, se trata solamente de transformar su forma de mercancía en forma dinero. Como forma funcional dentro del ciclo de este capital concreto, con el que el capital productivo ha de reembolsarse, lo decisivo es, naturalmente, saber si y hasta qué punto difieren entre sí, en la venta, el precio y el valor, cosa que no interesa para nada aquí, donde sólo se trata de examinar las simples diferencias de forma.

¿Qué distingue la tercera forma M’ …. M’ de la primera forma D … D’ y de la segunda forma P . . . M' — D' — M . . . P (P')?

   En la forma I, D . . . D', el proceso de producción aparece ínter-calado entre las dos fases contrapuestas y complementarias entre sí; termina antes de que se inicie la fase final M' — D'. El dinero se adelanta como capital, se invierte primeramente en los elementos de producción, se transforma luego en el producto-mercancía y, por último, este producto-mercancía se convierte nuevamente en dinero. Es un ciclo comercial y ya terminado, que tiene como resultante el dinero, utilizable para todo. Esto crea, pues, simplemente, la posibilidad de que el ciclo comience de nuevo. D . . . P . . . D' puede ser, bien el último ciclo que, retirándose del negocio, ponga término a la función de un capital individual, o bien el primer ciclo de un capital nuevo que entra en funciones. La marcha general del proceso es aquí D . . . D', de dinero a más dinero.

  En la forma II, P . . . M' — D' — M . . . P (P'), el proceso total de circulación sigue a la primera P y precede a la segunda; pero se desarrolla en un orden inverso al de la forma I. El primer P es él capital productivo y su función el proceso de producción como premisa del proceso de circulación subsiguiente, En cambio, el P final no es el proceso de producción; es, simplemente, la reaparición del capital industrial bajo su forma de capital productivo. Y lo es, concretamente, como resultado de la inversión, efectuada en la última fase de la circulación del capital en T + Mp, en los factores subjetivos y objetivos que, unidos, constituyen la forma de existencia del capital productivo. AI final, el capital, sea P o P' vuelve a presentarse bajo una forma en que tiene necesariamente que 'funcionar de nuevo como capital productivo, ejecutar el proceso de producción. La forma general del movimiento P ... P es la forma de la reproducción y no revela la valorización en cuanto finalidad del proceso, como ocurre tratándose de D . . . D'. Por eso a la economía clásica le es más fácil prescindir de la forma capitalista concreta del proceso de producción y presentar como finalidad del proceso la producción como tal, es decir, la tendencia a producir la mayor cantidad posible y con la mayor baratura y a cambiar lo producido por la mayor cantidad posible de los más diversos productos, en parte pata renovar la producción (D — M) y en parte para el consumo (d — m). Para lo cual, puesto que aquí D y d sólo se presentan como medios de circulación llamados a desaparecer, se pueden pasar por alto las características tanto del dinero como del capital-dinero, y todo el proceso aparece entonces como un proceso sencillo y natural, es decir, con la naturalidad del vacuo racionalismo. Tratándose del capital-mercancías se olvida también, de vez en cuando, la ganancia, y se la hace figurar, cuando se trata del ciclo de producción en conjunto, simplemente como mercancía, y, tratándose de las partes integrantes del valor, como capital-mercancías. Con ello, la acumulación aparece, naturalmente, del mismo modo que la producción.

En la forma III, M' — D' — M . . . P . . . M', abren el ciclo las dos fases del proceso de circulación, y en el mismo orden que en la forma II, P . . . P; sigue luego P y al igual que en la forma I, con su función, el proceso de producción; con el resultado de ésta, M', se cierra el ciclo. Como en la forma II con P, como mera reaparición del capital productivo, aquí termina con M', como reaparición del capital-mercancías; y, así como en la forma II el capital, en su forma final P, tiene que volver a iniciar el proceso como proceso de producción, aquí, al reaparecer el capital industrial bajo la forma de capital-mercancías, tiene que comenzar de nuevo el ciclo con la fase de circulación M' — D'. Ambas formas del ciclo son importantes, puesto que no terminan con D', con el capital valorizado y convertido de nuevo en dinero. Ambas tienen, por tanto, que seguirse desarrollando e incluyen, por consiguiente, la producción. El ciclo total, en la forma III, es M' . . . M'.

   Lo que distingue la tercera forma de las dos primeras es que el capital valorizado, no el primitivo, el capital que se trata de valorizar, sólo aparece como punto de partida de su valorización en este ciclo. M', como relación de capital, constituye aquí el punto de partida y, como tal, ejerce una acción determinante sobre todo el ciclo, pues incluye, ya en su primera fase, tanto el ciclo del capital como el de la plusvalía, y la plusvalía, si no en todo ciclo por separado, por lo menos en el promedio de ellos, tiene que gastarse parcialmente como renta, recorriendo el proceso dé circulación m — d — m, y en parte funcionar como elemento de la acumulación del capital.

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Nicolás Urdaneta Núñez


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