¿Cuál es la nota común a los tres ciclos?
En la forma M' . . . M', va implícito el consumo de todo el producto de mercancías como condición para el normal desarrollo del ciclo del capital. El consumo individual del obrero y el consumo individual de la parte no acumulada del producto excedente abarcan todo el consumo individual. El consumo entra, pues, en conjunto —como consumo individual y como consumo productivo—, como condición, en el ciclo M'. El consumo productivo (en el que va implícito también, en realidad, el consumo individual del obrero, puesto que la fuerza de trabajo es, dentro de ciertos límites, un producto constante del consumo individual del obrero) se efectúa a través de cada capital individual de por si. El consumo individual —fuera de los límites en que es necesario para la existencia del capitalista individual— sólo se da por supuesto como acto social, nunca como acto del capitalista individual.
En las formas I y II, el movimiento de conjunto aparece como movimiento del capital desembolsado. En la forma III, es el capital valorizado, bajo la forma del producto total en mercancías, lo que constituye el punto de partida, y presenta la forma de capital en movimiento, de capital-mercancías. Este movimiento sólo se desdobla en dos: movimiento de capital y movimiento de rentas, después de transformarse en dinero. La distribución de todo el producto social, al igual que la distribución especial del producto para todo capital individual en mercancías, destinando una parte al fondo individual de consumo y otra al fondo de reproducción, va implícita, en esta forma, en el ciclo del capital.
D . . D' lleva implícita una posible ampliación del ciclo, según el volumen del d que entre en el ciclo renovado.
En P . . P, P puede comenzar el nuevo ciclo con el mismo valor e incluso con menos, y, sin embargo, representar una reproducción en escala superior; por ejemplo, cuando ciertos elementos de las mercancías se abaraten al intensificarse la productividad del trabajo. Y, por el contrario, en el caso inverso, puede ocurrir que un capital productivo superior en cuanto a su valor represente una reproducción en una escala materialmente inferior; por ejemplo, cuando los elementos de producción se encarezcan. Y lo mismo en lo que se refiere a M' . .,. M'.
En M' . . . M', la producción presupone la\existencia de capital en forma de mercancías; y este capital reaparece como premisa dentro del mismo ciclo, en la segunda M. Sí esta M no se ha producido o reproducido aún, el ciclo se interrumpe; es necesario que esta M se reproduzca, en su mayor parte, como M' de otro capital industrial.
En este ciclo, M' existe como punto de partida, punto de transición y punto final del movimiento: aparece, por tanto, constantemente. Es condición constante del proceso de reproducción.
M' . . . M' se distingue por otra razón de las formas I y II. Nota común a los tres ciclos es que la forrna con que el capital inicia su proceso cíclico constituye también la forma en que lo termina, revistiendo así de nuevo la forma inicial con que abre otra vez el mismo ciclo. La forma inicial D, P, M' es siempre la forma en que se adelanta el capital (en III, con la plusvalía que lo incrementa) y, por tanto, su forma originaria en lo que al ciclo se refiere; la forma final D'', P, M' es siempre la forma transformada de una forma funcional que la precede en el ciclo y qué no es la forma originaria.
Así, en I, D' es la forma transformada de M'; en II, la P final forma transformada de D (en I y II, esta transformación se opera por medio de un simple fenómeno de la circulación de mercancías, por medio de un desplazamiento formal de la mercancía y el dinero); en III, M' es la forma transformada de P, del capital productivo. Pero aquí, en III, hay que tener en cuenta dos cosas: primera, que la transformación no afecta solamente a la forma funcional del capital, sino también a su volumen de valor; segunda, que esta transformación no es simplemente el resultado de un mero desplazamiento formal producido en el proceso de circulación, sino de una transformación efectiva experimentada por la forma de uso y el valor de las mercancías integrantes del capital productivo en el curso del proceso de producción.
Cualquiera de los tres ciclos I, II y III presupone la forma del extremo inicial D, P, M'; la forma que reaparece en el extremo final se halla establecida, y por tanto condicionada por la serie de metamorfosis del propio ciclo. M', como punto final de un ciclo de capital industrial individual sólo presupone la forma P, no perteneciente a la circulación, del mismo capital industrial del que es producto. D', como punto final en I, como forma transformada de M' (M' — D'), presupone a D en manos del comprador como existente al margen del ciclo D D', incorporado a él mediante la venta de M' y convertido así en su propia forma final. Del mismo modo, en II la P final presupone a T y Mp (M) como existentes al margen e incorporados a él como forma final por medio de D — M. Pero, prescindiendo del último extremo, ni el ciclo del capital individual en dinero presupone la existencia del capital en dinero en general, ni el del capital productivo individual presupone el del capital productivo en su ciclo. En I, D puede ser el primer capital en dinero y en II P el primer capital productivo que aparezca en la escena histórica, pero en III M se presupone dos veces al margen del ciclo. Primeramente, en el ciclo M' — D' — M(T+Mp). Esta M, en la parte integrada por Mp, es mercancía en manos del vendedor; es, de por sí, capital en mercancías, en cuanto producto de un proceso capitalista de producción; y, aunque no lo sea, aparece como capital en mercancías en manos del comerciante. Luego, en la segunda m de m — d — m, que tiene también que existir como mercancía para poder ser comprada. En todo caso, trátese o no de capital-mercancías, T y Mp son mercancías ni más ni menos que M' y se comportan entre sí como mercancías. Lo mismo ocurre con la segunda m en m — d — m. Por tanto, en la medida en que M' = M (T + Mp), sus elementos integrantes son mercancías, debiendo reponerse en la circulación por otras mercancías iguales; del mismo modo que en m — d — m la segunda m tiene que reponerse en la circulación por otras mercancías iguales.
Además, sobre la base del régimen capitalista de producción como régimen dominante, toda mercancía en manos del vendedor tiene que ser, necesariamente, capital-mercancías. Y lo sigue siendo en manos del comerciante, o se convierte en tal, si antes no lo era. O bien tiene que ser una mercancía —por ejemplo, artículos importados— que sustituya a un capital-mercancías primitivo y que, por tanto, se limite a darle otra forma de existencia.
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