Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en: El capítulo V del Tomo II de “El Capital” (III)

¿Qué fenómenos contribuyen a que hasta la economía científica se deje engañar al creer que la fuente de la autovalorización del capital está en la órbita de la circulación?

Dentro dé la esfera de circulación, el capital reviste las formas de capital-mercancías y capital-dinero. Sus dos procesos de circulación consisten en transformarse de la forma mercancías en la forma dinero y de la forma dinero en la forma mercancías. El hecho de que la transformación de la mercancía en dinero represente aquí, al mismo tiempo, la realización de la plusvalía incorporada a la mercancía, y la transformación del dinero en mercancía suponga, a la par, la transformación o la reversión del valor-capital para recobrar la forma de sus elementos de producción, no altera en lo más mínimo la realidad de que estos procesos, como procesos circulatorios, son procesos de simples metamorfosis de mercancías.

El tiempo de circulación y el tiempo de producción se excluyen mutuamente. Mientras circula, el capital no funciona como capital productivo, ni produce, por tanto, mercancías ni plusvalía. Si examinamos el ciclo en su forma más simple, en el que el valor-capital en su conjunto pasa siempre de golpe dé una fase a otra, vemos palpablemente cómo el proceso de producción y con él el proceso de autovalorización del capital, se interrumpe mientras dura el tiempo de circulación y cómo según la duración de éste será más rápida o más lenta la renovación de aquél. En cambio, cuando las diferentes partes del capital se entrecruzan, de tal modo que el ciclo del valor-capital en su conjunto sé efectúa sucesivamente a través del ciclo de sus diferentes partes, es evidente que cuanto más tiempo permanezcan sus partes alícuotas en la esfera de circulación, menor será la parte del capital que funcione en la esfera de la producción. Por tanto, la expansión y la contracción del tiempo de circulación actúan como traba negativa sobre la contracción o la expansión del tiempo de producción o del plazo durante el cual un capital dé determinada magnitud funciona como capital productivo. Cuantos más ideales sean las metamorfosis circulatorias del capital, es decir, cuanto más se reduzca a 0 o tienda a reducirse a 0 el tiempo de circulación, más funcionará el capital, mayores serán su productividad y su autovalorización. Si el capitalista, por ejemplo, trabaja por encargo, cobrando el producto en el momento de. entregarlo y se le pagó en sus propios medios de producción, el tiempo de circulación se acercará mucho a 0.

El tiempo de circulación del capital limita, por tanto, en términos generales, su tiempo de producción y, por consiguiente, su proceso de valorización. Y los limita, concretamente, en proporción a lo que dura. Esta duración puede aumentar o disminuir de muy diversos modos y restringir así en un grado muy distinto el tiempo de producción del-capital. Pero lo que la economía política ve es lo que se manifiesta: la acción que ejerce el tiempo de circulación sobre el proceso de valorización del capital, en términos generales. El economista concibe esta acción negativa como positiva, porque son positivas sus consecuencias. Y se aferra más aún a esta apariencia, porque cree encontrar en ella la prueba de que el capital encierra una fuente mística de autovalorización, independiente de su proceso de producción y, por tanto, de la explotación del trabajo, fuente que, según ella, fluye en la órbita de la circulación. Más adelante veremos cómo hasta la economía científica, se deja engañar por esta apariencia. Contribuyen a afirmarla en este error, como también veremos, diversos fenómenos: 1) el modo capitalista de calcular las ganancias, en que la razón negativa figura como positiva, en el sentido de que, tratándose de capitales colocados en distintas esferas de inversión en que sólo difiere el tiempo de circulación, se presenta la mayor duración del tiempo de circulación como una razón del alza de precio y como una de las razones que contribuyen a la compensación de las ganancias; 2) el tiempo de circulación sólo constituye una fase del tiempo de rotación, del cual forma parte el tiempo de producción o el de reproducción. Se atribuye al tiempo de circulación lo que corresponde, en realidad, al segundo. 3) La transformación de las mercancías en capital variable (salarios). se halla condicionada por su transformación previa en dinero. Por tanto, en la acumulación del capital la transformación en capital variable adicional se opera en la esfera de circulación o durante el tiempo de ésta. Y ello hace que la acumulación se crea resultado del tiempo de circulación.


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Nicolás Urdaneta Núñez


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