El Arte y la Revolución

El domingo 21 de noviembre de 2010 clausuró en Caracas la VI Feria Internacional del Libro, uno de los eventos culturales anuales más importantes del país. En una de las instancias de su programación (la presentación de la novela Pueblo, de Miguel Ángel Pérez Pirela, realizada por Luis Britto García) el autor decía en su intervención algo muy importante. Que una de las cosas que más le complacía de la edición de su novela, era la posibilidad de realizar un aporte desde el arte al proceso bolivariano. Y destacaba -siendo un filósofo y un analista político- la importancia de la presencia de la producción artística (más allá de los análisis sociales o la propaganda política) en la consolidación y afirmación de los procesos de cambio que está viviendo nuestra Latinoamérica.

La presencia del arte ha sido siempre un factor fundamental en todos los procesos sociales de cambio, en especial antes, durante y después de esos cataclismos de la sociedad llamados “revoluciones”. Así sucede también en nuestro proceso actual, aunque no es fácil notarlo. Los verdaderos hechos artísticos son generalmente ahogados o dejados de lado por la premura y prioridad que se da a lo esencialmente político y por el uso de los recursos de los lenguajes expresivos sobre todo para abastecer las necesidades “inmediatas” de la difusión ideológica y la propaganda.

Por eso es que creemos una labor muy importante el descubrir, reconocer, promover y alentar todos aquellos nuevos hechos artísticos que se van produciendo en nuestra sociedad. Con esta idea en mente, nos hallamos de repente en el mismo evento de clausura de la feria, con un recital de poesía organizado por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.

La poesía es un arma cargada de futuro

Fue absolutamente conmovedor encontrarnos frente a un grupo de jóvenes liceístas (seis mujeres y dos hombres, acompañados por un tercero en la guitarra) diciendo sus propios poemas con seguridad, firmeza y consistencia. Y descubrir con placer y asombro un alto nivel expresivo y estético en esta producción realizada por gente muy, pero muy joven, proveniente de distintos lugares del interior del país. Una poesía dicha con absoluta convicción y emoción, que recorría en la voz de estos muchachos y muchachas temas existenciales, del amor romántico, de la sensibilidad, la nostalgia y el amor al terruño y a la vida, llevándonos al público asistente -luego de dos rondas de poemas redondeando el recital- a un estado de participación emocionada con este hecho artístico.

Que descubramos repentinamente entre nosotros la presencia viva y contundente de un arte como la poesía, que durante el siglo XX fuera condenada a la reclusión de la letra impresa o a un tipo de declamación generalmente formal y vacía, y que está hoy en franca ascensión reencontrándose a sí misma en el decir de sus propios autores; tiene un significado muy importante como termómetro del hacer artístico en nuestra sociedad venezolana. Y que esto sea llevado a cabo por jóvenes liceístas de la provincia, con ese fervor y a ese nivel, está diciendo mucho de lo fermental que puede ser hoy y entre nosotros, el aire de cambios, el desarrollo de la creatividad y la búsqueda de lo nuevo.

Expresión que viene a sumarse entonces a este movimiento que aparentemente se hace universal, de revitalización de lo poético. Ese modo de expresión artístico que nació con la humanidad y la lengua y que posiblemente haya sido el lenguaje expresivo más golpeado y acorralado por la crisis general del Arte, que es uno de los síntomas más significativos de la decadencia de nuestra civilización occidental.

Ya venimos conociendo desde hace algunos años de los esfuerzos y los logros de esta nueva poesía, elaborada para ser dicha cara a cara, sobre todo por sus propios autores, y que ha venido insurgiendo con esfuerzo y sacrificio, tanto en nuestra Venezuela como a nivel global. Una medida de su difusión nos la han dado por ejemplo, las grabaciones difundidas por los medios de los festivales internacionales de poesía de Medellín y en lo que respecta a nuestro país, la presencia cada vez más numerosa de libros y revistas de poesía, así como la existencia de seminarios locales y comunales dedicados a ella, la fundación de casas de poesía, etc.

Arte y revolución

Y como decíamos antes, todos los procesos de cambio social han sido precedidos, acompañados o prolongados por algún tipo de movimiento o expresión artística característica. Expresión artística que a diferencia de lo que pudiéramos creer, no es necesariamente un relato o una referencia literal a los propios procesos de cambio.

El lenguaje del Arte no es precisamente descriptivo, generalmente nos presenta una visión transversal cuya esencia nos habla metafórica o intuitivamente de la realidad histórica. Y aparentemente el Arte es una parte fundamental del proceso social humano, entrelazado profundamente a sus devenires.

Sin profundizar, podemos enumerar someramente algunos ejemplos. La literatura de Dostoyevski y Tolstoi precedió (y de alguna manera anunciaba) la revolución Rusa de 1917. Su expresión artística esencial fue el cine. El movimiento al cual pertenecieron entre otros Eisenstein, Kulechov, Pudovkin y Vertov constituyó una de las principales vertientes creadoras del lenguaje cinematográfico universal. La guerra Civil Española nos dejó sobre todo una música y una poesía que se han constituido como la mayor expresión artística ibérica en el siglo XX. Igualmente la propia Revolución Mexicana generó un tipo de canción y una estética del vestuario, además de ser una principal fuente inspiradora del muralismo, cuya secuela nos llega hasta nuestros días como una parte esencial de la imagen de ese país. Un registro más detallado de ejemplos, así como la búsqueda de la interacción entre el arte y la revolución implica abordar un fenómeno socio-histórico complejo cuyas características deberían ser analizadas en una investigación específica.

Sin embargo podemos desde el inicio anotar que cada proceso social, acorde a su propia idiosincrasia, parece desarrollar uno o varios lenguajes expresivos diferentes, dependientes de sus propias características.

Para nosotros entonces, hoy y aquí, es fundamental tener en cuenta que, como alguien decía, “la revolución será cultural, o no lo será” y que el Arte representa una parte esencial de la cultura de cada pueblo. Habremos entonces de fijar nuestra atención y nuestros esfuerzos en descubrir, alentar, promover y difundir aquellos hechos artísticos que estamos generando.

miguelguaglianone@gmail.com



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Miguel Guaglianone

Comunicador, productor creativo, investigador, escritor. Jefe de Redacción del grupo de análisis social, político y cultural Barómetro Internacional.

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