Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en: El capítulo VIII del Tomo II de “El Capital” (IV)

¿En qué descansa primordialmente la confusión que se advierte en el modo como algunos economistas definen los conceptos de capital fijo, circulante, constante y variable?

Prescindiendo del error fundamental —la tergiversación de las categorías del capital fijo y el capital circulante con las categorías del capital constante y el capital variable—, la confusión que se advierte en el modo como los economistas vienen definiendo estos conceptos descansa primordialmente «n los siguientes puntos:

Se convierten determinadas cualidades materiales de los medios de trabajo en cualidades directas del capital fijo, por ejemplo, la de la inmovilidad física de una casa. Sentada esta premisa, resulta fácil demostrar que otros medios de trabajo que son también de por sí capital fijo revisten la cualidad contraria; los buques, por ejemplo, poseen la cualidad de la movilidad física.

0 bien se confunde la forma económica que responda a la circulación del valor con una cualidad real, como si cosas que no son de por sí capital y que sólo se convierten en él en determinadas condiciones sociales, pudiesen ser ya de por sí y por naturaleza capital en una determinada forma, capital fijo o circulante. En el libro I, cap. V [pp. 139-159] hemos visto que los medios de producción, en cualquier proceso de trabajo y cualesquiera que sean las condiciones sociales en que éste se desarrolle, se dividen en medios de trabajo y objetos sobre que éste recae. Donde unos y otros se convierten en capital, y concretamente en "capital productivo” —como se puso en claro en la sección anterior de esta obra— es dentro del régimen de i producción capitalista. De este modo, la diferencia entre los medios de trabajo y los objetos sobre que éste recae, basada en la naturaleza misma del proceso de trabajo, vuelve a reflejarse en la nueva forma de la diferencia entre el capital fijo y el capital circulante. Sólo así se convierte en capital fijo una cosa que funciona como medio de trabajo. Si por sus cualidades materiales puede actuar, además, en otras funciones que no sean las de medio de trabajo, será capital fijo o no según la diversidad de su función. El ganado, considerado como ganado de labor, es capital fijo; considerado como ganado de matanza es materia prima, destinado en último resultado a entrar en la circulación y actúa, por tanto, no como capital fijo, sino como capital circulante.

El mero hecho de que un medio de producción se fije en repetidos procesos de trabajo que, aun siendo distintos, forman una serie continua y coherente y, por tanto, un período de producción —es
decir, todo el tiempo de producción necesario para elaborar el producto condiciona, al igual que el capital fijo, un anticipo más largo o más corto por parte del capitalista, pero no convierte en capital fijo su capital. La simiente, por ejemplo, no es un capital fijo, sino simplemente materia prima fijada por espacio de un año aproximadamente en el proceso de producción. Todo capital, mientras actúa como capital productivo, se fija en el proceso de producción, y lo mismo ocurre, como es natural, con todos los elementos que forman el capital productivo, cualquiera que sean su contenido material, su función y el modo como circule su valor. Este fenómeno de fijación puede ser más largo o más corto, según el tipo del proceso de producción de que se trate o el efecto útil que se persiga, pero esto no afecta para nada a la diferencia entre el capital fijo y el circulante.

Una parte de los medios de trabajo, incluyendo en ella las condiciones generales de trabajo, se incorpora y adhiere unas veces localmente,, al entrar como medio de trabajo en el proceso de producción o al ponerse en acción para realizar la función productiva, como ocurre, por ejemplo, con las máquinas. Otras veces, se produce de antemano bajo esta forma vinculada localmente, como sucede, v. gr., con las mejoras de la tierra, los edificios fabriles, los altos hornos, los canales, los ferrocarriles, etc. La vinculación constante del medio de trabajo al proceso de producción dentro del cual debe actuar se halla condicionado aquí, al mismo tiempo, por su modalidad material. Y, por otra parte, puede ocurrir que un medio de trabajo cambie físicamente de lugar a cada paso y, sin embargo, se encuentre constantemente dentro del proceso de producción, que es el caso de las locomotoras, los barcos, el ganado de labor, etc. La inmovilidad no le da, en un caso, el carácter del capital fijo ni la movilidad se lo quita en el otro. Sin embargo, el hecho de que los medios de trabajo se hallen vinculados localmente, adheridos con sus raíces a la tierra, asigna a esta parte del capital fijo una función especial en la economía de las naciones. Estos objetos no pueden ser enviados al extranjero ni circular como mercancías en el mercado mundial. Los títulos de propiedad sobre este capital fijo pueden cambiar de mano, comprarse y venderse y circular, así, de un modo ideal. Puede incluso, ocurrir que estos títulos de propiedad circulen en mercados extranjeros, por ejemplo en forma de acciones. Pero el cambio de las personas propietarias de este tipo de capital fijo no hace cambiar la proporción existente entre la parte materialmente fija de la riqueza de un país y su parte móvil.


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Nicolás Urdaneta Núñez


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