Si concebimos el código social como el conjunto de mandatos resultantes de la cuantía relativa de los influjos de los principios opuestos y complementarios que tutelan los comportamientos característicos que sirven de tarjeta de identidad a las formaciones sociales que se conforman sucesivamente a lo largo del devenir histórico de la realidad social, entonces, este talante medular forja la participación de estos guarismos relativos en nuestra imaginaria ecuación de dicho legendario proceso.
En consecuencia, nuestra imaginaria ecuación de la trayectoria del devenir histórico de la realidad social, es una igualdad entre dos expresiones algebraicas denominadas miembros, en las que, por un lado, aparecen variables conocidas o datos cuya magnitud se haya establecido como resultado de otras operaciones, y, por otro lado, valores desconocidos o incógnitas, que están relacionados mediante operaciones matemáticas. Las incógnitas, representadas por las letras Ø, x e y, constituyen los valores de las coordenadas del conjunto de puntos que constituyen el lugar geométrico de la trayectoria que se pretende aprehender.
Nuestra imaginaria ecuación del devenir histórico de la realidad social asume la siguiente forma:
Ø= A1*V1+ A2*V2+ A3*V3+ ………….+ An*Vn
x= B1*V1+ B2*V2+ B3*V3+ ………….+ Bn*Vn
Ø= C1*V1+ C2*V2+ C3*V3+ …………+.Cn*Vn
Donde dichas variables V1, V2, V3 y Vn, se identifican con las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios (Pi y Poci) que se desenvuelven en el seno de la realidad social. En consecuencia, éstas poseen la naturaleza fraccional que, a continuación mostramos:
Vn= Ipn/Ipocn
Vn àVariable n
Ipn àCuantía del influjo del principio n de la realidad social.
Ipocn àCuantía del influjo del principio opuesto y complementario del principio n de la realidad social.
Variables que contienen, envuelven y trascienden lo cualitativo y lo cuantitativo, ya que el valor numérico de la fracción no sólo nos señala el principio que tutela la dinámica de la realidad social, sino también la magnitud de la hegemonía que éste despliega con respecto a su símil opuesto y complementario.
Resaltan en esta imaginaria ecuación, los siguientes dúos de principios (P y Poc):
1. Integración y fragmentación.
2. Dependización e independización.
3. Cualificación y cuantificación.
4. Transformación y conservación.
5. Jerarquización e igualación.
6. Inclusión y exclusión.
7. Armonización y caotización.
8. Flexibilización y rigidización.
9. Generalización y especialización.
10. Desconcentración y concentración.
11. Descentralización y centralización.
12. Diversificación y uniformización.
13. Diacronización y sincronización.
14. Minimización y maximización.
15. Comunión e imposición.
16. Protagonización e intermediación.
17. Cooperación y competición.
18. Complementación y confrontación.
19. Prevención y curación.
20. Planificación y improvisación.
Aportes a nuestro modelo del devenir histórico de la realidad social
Con el propósito de ir elaborando progresivamente el modelo del devenir histórico de la realidad social, de seguidas utilizaremos los lineamientos particulares que aportan cada una de las cinco fuentes cognoscitivas mencionadas en el capítulo anterior.
1.- De la teoría especial de la relatividad y de la mecánica cuántica
1. Definido el devenir histórico de la realidad social por el tutelaje de las relaciones endógenas y exógenas que la envuelven, contienen y trascienden y no por lo que ella es en sí misma, entonces, de lo escrito en el capítulo precedente surge la participación de los principios de independización y dependización, como uno de los componentes del sistema de coordenadas donde se trazará su trayectoria.
2. Si los principios del código de la realidad social determina el comportamiento de sus elementos constituyentes, entonces, debemos construir el modelo de su devenir histórico concentrando la atención en estas máximas que determinan los diferentes rumbos de su trayectoria.
3. Si concentramos la atención en los principios que determinan la trayectoria de nuestro modelo del devenir histórico de la realidad social, entonces, la inclusión de los dúos cualitativamente opuestos y complementarios desafía el mito de una memoria social desprovista de valores.
4. El modelo del devenir histórico de la realidad social posee una íntima vinculación con los procesos mentales, conceptuales, ideológicos, éticos y morales de las personas críticas del estatus quo.
5. Al colocar el énfasis en los principios que tutelan las interacciones endógenas y exógenas de la realidad social, estamos inscribiendo el devenir histórico de la realidad social en la conceptualización del Universo como una red de relaciones vinculadas entre sí.
6. Como componente de la red cósmica, la realidad social es intrínsecamente dinámica, en términos de movimiento, interacción y transformación y, por tanto, la aprehensión de su devenir histórico adquiere una importancia vital.
7. De la inexistencia de estructuras estáticas en la naturaleza y la existencia de la estabilidad como resultado del equilibrio dinámico, la construcción de nuestro modelo del devenir histórico de la realidad social exige la concentración de nuestra atención en la cuantía relativa del influjo de los principios del código social que, a lo largo de su devenir histórico, van definiendo el rumbo de su trayectoria.
8. Los conceptos relativos del espacio y el tiempo, al desempeñar un papel subjetivo como elementos del lenguaje que utilizamos para describir el devenir histórico de la realidad social, los convierte en otro de los componentes del sistema de coordenadas en donde se enmarca su trayectoria.
9. En el devenir histórico de la realidad social no hacemos distinción entre su existencia material y su actividad, ya que ambos son aspectos distintos de ella.
10. El devenir histórico de la realidad social es contemplado como una red dinámica de principios relacionados entre sí, donde ninguno es fundamental, ya que el influjo de todos ellos está íntimamente relacionado con la influencia de los demás, así como las cuantías relativas de sus influjos van determinando las variaciones de los rumbos que se dan a lo largo de su trayectoria.
11. Los elementos básicos del nuestro modelo del devenir histórico de la realidad social están determinados, en el fondo, por la manera dinámica en que observamos el mundo y, por tanto, deviene en un reflejo de nuestros modelos mentales.
12. Los aspectos tangibles e intangibles del devenir histórico de la realidad social se envuelven mutuamente, son interdependientes y correlativos y no están vinculados de manera causal, sino que son proyecciones de una dinámica social más elevada que no es tangible ni intangible, sino la síntesis de ambas.
2.- De las leyes de la dialéctica sistémica
La realidad social es una totalidad en un perenne devenir histórico donde todos los principios del código que tutela su trayectoria participan indisolublemente ligados, unidos, con los restantes, experimentando así sus influencias reciprocas. En consecuencia, para aprehender el devenir histórico de la realidad social se hace necesario asimilar el proceso histórico que marca la cuantía relativa de los influjos de los principios opuestos y complementarios que hacen presencia en la actividad social. El estudio de la realidad social como un todo concatenado y único y el examen de las concatenaciones con el entorno que la envuelve, contiene y trasciende constituyen una importante función de la dialéctica sistémica, cuya concatenación de sus leyes y categorías se reflejan en nuestra conciencia crítica.
Para la actividad práctica de los componentes de la congregación humana es de vital importancia el descubrimiento de las leyes del devenir histórico de la realidad social que se logra al poner de manifiesto sus concatenaciones. En aras de pertrechar la actividad práctica, la misión del proceso cognoscitivo del devenir histórico de la realidad social consiste precisamente en conocer los vínculos estables, reiterativos, inherentes a los principios que rigen sus interacciones endógenas y exógenas a lo largo del territorio espacio-temporal.
Ley de la unidad y lucha de los principios contrarios que forman parte de la ecuación de la trayectoria del devenir histórico de la realidad social.
La ley de la unidad y lucha de contrarios pone al descubierto las fuentes y causas reales del eterno movimiento y desarrollo del devenir histórico de la realidad social. Su conocimiento es de gran importancia para comprender la dialéctica del desarrollo de la naturaleza, de la sociedad, del pensamiento, de la ciencia y de la actividad práctica. El análisis de las contradicciones del devenir histórico de la realidad social y del descubrimiento de su naturaleza es una exigencia importantísima de toda investigación y labor practica.
Los contrarios son precisamente los principios complementarios que en el seno del devenir histórico de la realidad social se despliegan en aras de garantizarle su naturaleza dinámica. De su indestructible interdependencia nace la unidad y del carácter contrario de sus influjos resulta su complementariedad. Así pues que de la lucha de los influjos contrarios, de las contradicciones existentes en el devenir histórico de la realidad social, nace precisamente el carácter contradictorio de las tendencias contrapuestas que, al oponerse mutuamente, provocan la confrontación de sus influjos. Lo viejo y lo nuevo, lo que nace y lo que muere, no pueden menos que entrar en contradicción, La contradicción, la lucha de contrarios, constituye precisamente la fuente esencial del desarrollo del devenir histórico de la realidad social. El desarrollo es la confrontación absoluta entre las tendencias contrapuestas que generan el carácter también absoluto de su dinámica, teniendo como contraparte el carácter relativo de su balance. No puede ser de otra manera, porque si fuera constante, eterno, en el devenir histórico de la realidad social no se produciría desarrollo alguno. Solo la lucha de los influjos de los principios opuestos y complementarios, constituye la fuente y fuerza motriz del desarrollo histórico de la realidad social. La esencia de la ley dialéctica de la unidad y lucha de contrarios está en el hecho de que la realidad social y sus componentes al desdoblarlos en tendencias contrapuestas, se constituyen en una unidad de contrarios. Las tendencias contrapuestas no existen simplemente, sino que se encuentran en estado de contradicción y lucha permanente entre ellas. La lucha de contrarios constituye el contenido interno y la fuente de desarrollo del devenir histórico de la realidad social.
En el devenir histórico de la realidad social existen multitud de contradicciones de lo más distintas y la dialéctica estudia, a diferencia de otras ciencias, las contradicciones más generales, tales como las internas y las externas. La dialéctica marxista exige ante todo que se distingan las contradicciones internas y externas, siendo las primeras aquellas que interactúan y luchan en el seno de la realidad social y las externas aquellas que se dan en el terreno de la interacción que dicha realidad social establece con el entorno cósmico que lo envuelve, contiene y trasciende. Las contradicciones internas son la fuente de desarrollo porque ellas, al contar con el influjo de las externas, precisamente determinan la faz y la naturaleza del propio devenir histórico de la realidad social. Fuera de sus contradicciones internas éste no sería lo que es. El devenir histórico de la realidad social, por ejemplo, no podría existir sin la interacción o lucha entre los influjos de los principios de fragmentación e integración, independización y dependización, cuantificación y cualificación, etc., Las contradicciones externas pueden acelerar o frenar el ritmo del devenir histórico de la realidad social, imprimiéndole distintos matices y formas, pero sin poder definir el sendero y la marcha del proceso de desarrollo en su conjunto.
Las contradicciones antagónicas del devenir histórico de la realidad social son, ante todo, las existentes entre los influjos de los principios de fragmentación e integración, independización y dependización, cuantificación y cualificación, etc., cuya relación inconciliable las hace mas exacerbadas y manifiestas, debidas al acusado contraste. El rasgo más importante de éstas consiste en que no se pueden resolver dentro del marco de la fase del devenir histórico en donde son típicas. Al profundizarse y acentuarse, estas contradicciones antagónicas dan lugar a los magnos choques y conflictos que brotan de la pérdida del estado de estabilidad dinámica de la realidad social que resulta del progresivo incremento o disminución de la cuantía relativa de los influjos de los principios opuestos y complementarios antes señalados. El medio de resolverlas es el cambio cualitativo o el salto cuántico, mediante el cual las contradicciones antagónicas tienden a hacerse no antagónicas como consecuencia de la inversión del incremento o la disminución, en el ámbito espacio-temporal, de la cuantía relativa de dichos influjos en virtud de la cual ella restablece el estado de estabilidad dinámica que resulta de la oscilación, en torno a la igualdad, de dicha cuantía. Estas contradicciones no se resuelven por medio de un salto cuántico, sino que a posteriori se superan gradualmente.
Desde su inicio hasta su final, el devenir histórico de la realidad social lleva simultáneamente implícitas varias contradicciones. Para orientar el proceso de aprehensión de las contradicciones del devenir histórico de la realidad social es necesario identificar aquellas fundamentales que desempeñan los papeles decisivos y primordiales en el desarrollo e influyen decisivamente en todas las demás contradicciones. Entre las contradicciones internas y externas, antagónicas y no antagónicas y las fundamentales y no fundamentales del devenir histórico de la realidad social no hay fronteras absolutas, ya que en realidad se enlazan entre ellas, pasan las unas a las otras y desempeñan distinto papel en su desarrollo. Por eso cada contradicción se debe abordar de una manera correcta, teniendo en cuenta las condiciones específicas en que se manifiestan y los papeles que desempeñan.
2.2.- La ley de tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos
La ley de transito de los cambios cuantitativos a cualitativos tiene que ver con el cómo y de qué manera discurre el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social. Para comprender la esencia de esta ley se debe poner en claro, ante todo, que es calidad y cantidad, En torno al devenir histórico de la realidad social hay muchos principios de los más diversos, y todos ellos se mueven y cambian sin cesar. Mas, a pesar de ello, no los confundimos, los distinguimos e identificamos. No los vemos como si estuvieran difuminados en una masa gris y amorfa, sino que cada uno de ellos se distingue de los otros por los influjos particulares inherentes a él solo.
La calidad es lo que hace que un código social sea precisamente lo que es y no otro, y lo que lo distingue de los demás. La calidad se manifiesta en las cualidades de los principios envueltos en un código social determinado, en tanto que la calidad se refiere al código social en su conjunto. Los principios que subyacen por separado son sus cualidades, y estas cualidades juntas son su calidad. Además de una cualidad determinada, cada principio posee también cantidad. A diferencia de la cualidad, la cantidad hace inconfundible al principio en lo que se refiere a lo que tiene que ver con el grado de desarrollo o de intensidad de las cualidades que le son inherentes, así como las de su magnitud, etc. Como regla, tiene la cantidad una expresión numérica relativa que no es más que la fracción que resulta de dividir la cuantía de su propio influjo con respecto al de su símil opuesto y complementario.
La cantidad y la calidad de los códigos sociales son un todo único, porque representan aspectos de él mismo. Pero entre ellos existen también grandes diferencias. El cambio de la calidad de un código social lleva al cambio de rumbo de la posterior trayectoria del devenir histórico de la realidad social en comparación con el tramo precedente, a su transformación en otra tendencia; el cambio de la cantidad dentro de ciertos límites no da lugar necesariamente a una transformación visible del influjo del principio. En cuanto esos límites se rebasan o la medida se infringe, los cambios cuantitativos originan sin falta transformaciones radicales, cualitativas. Lo cuantitativo pasara a lo cualitativo, al convertirse los cambios puramente cuantitativos en diferencias cualitativas. El tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos es una ley universal del desarrollo del devenir histórico de la realidad social. En él no solo se efectúa el tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos, sino el proceso inverso: el aumento de la cantidad debido a los cambios cualitativos. En el momento histórico en el cual se producen estos cambios cualitativos, las cuantías relativas de los influjos del dúo de principios opuestos y complementarios invierte su tendencia a crecer o disminuir en el ámbito espacio-temporal.
Los cambios cuantitativos presentan un carácter relativamente lento, continuo, mientras que las transformaciones cualitativas se interrumpen, tienen la forma de saltos. El desarrollo del devenir histórico de la realidad social se manifiesta, pues, como la unidad de dos formas o fases distintas, pero interdependientes: continuidad y discontinuidad. La continuidad: en el desarrollo del devenir histórico de la realidad social es una fase de acumulaciones o disminuciones cuantitativas lentas e imperceptibles que no afecta a la calidad del código sino que introduce en él insignificantes cambios cuantitativos y constituye un proceso de aumento o disminución de lo existente. La discontinuidad es una fase de cambios cualitativos radicales del código, un momento o periodo de transformación de la calidad vieja en otra nueva. A diferencia de los cambios cuantitativos, lentos y ocultos, el salto es un cambio más o menos manifiesto, relativamente rápido de la calidad del código social. Estos cambios se operan con relativa rapidez en el devenir histórico de la realidad social a pesar de que en éste las transformaciones cualitativas adquieren la forma de transito gradual. Como quiera que en los saltos mueren lo viejo y nacen lo nuevo, éstos tienen inmensa importancia en el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social.
La esencia de la ley dialéctica del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos se refleja en que a todos los códigos sociales les son inherentes los rasgos de cantidad y calidad. La cantidad y la calidad están vinculadas entre sí, convirtiéndose, en el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social, los cambios cuantitativos graduales e imperceptibles en cambios radicales cualitativos. Este paso se realiza en forma de salto.
2.3.- La ley de la negación de la negación
La ley de la negación de la negación da a conocer la dirección general, la tendencia, del desarrollo del devenir histórico de la realidad social y para comprender la esencia y alcance de esta ley se debe poner en claro, ante todo, qué es la negación dialéctica y qué lugar ocupa en este proceso de desarrollo. En cualquier campo de la realidad social se opera constantemente el proceso de muerte de lo viejo, de lo caduco, y el nacimiento de lo nuevo, de lo progresivo. La sustitución de lo viejo por lo nuevo, de lo que muere por lo que nace, es precisamente el desarrollo social; y es de la propia superación de lo viejo por lo nuevo que surge lo que se denomina negación.
El devenir histórico de la realidad social ha transitado por dos grandes etapas que abarcan las varias formaciones sociales que se suceden unas a otras cumpliendo la condición de que cada nueva forma surja a base de la anterior y, por tanto, es resultado de la negación de la caduca que la antecede. El devenir histórico de la realidad social constituye una cadena de negaciones de viejas formaciones sociales por nuevas: el comunismo primitivo no clasista fue negado por la sociedad clasista que envuelve, contiene y trasciende el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo y este último es negado a lo largo de la etapa de transición al socialismo.
La negación es también inherente al desarrollo del conocimiento del devenir histórico de la realidad social. Cada modelo teórico nuevo, más perfecto, vence al viejo, menos perfecto. La negación no es traída al devenir histórico de la realidad social desde el exterior, ya que es el resultado de su propio desarrollo interior. Es por esta razón que el modelo teórico del devenir histórico de la realidad social que fundamenta al socialismo, necesariamente deberá ser construido aplicando instrumentos teóricos que, tal y como ocurre con la dialéctica sistémica y los restantes componentes del quinteto de enfoques cognitivos explayados en el capítulo anterior, sean consistentes con los principios del código de dicha formación social.
Las formaciones sociales, como ya sabemos, son contradictorias y, al desarrollarse a base de las contradicciones internas, crean en ellas mismas las condiciones de su propia destrucción para pasar a otra calidad nueva, superior. La negación es precisamente la superación de lo viejo en base a las contradicciones internas, es el resultado del autodesarrollo y automovimiento de los principios de sus códigos sociales. Así, como resultado de la negación, se resuelve una u otra contradicción, se destruye lo viejo y se consolida lo nuevo. Más ¿cesa el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social ahí? No, el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social no se interrumpió con el parto de las primigenias sociedades por parte de la madre Tierra porque estas últimas no son eternamente nuevas y al desarrollarse, generan las premisas y condiciones para el nacimiento de algo más nuevo y avanzado (el capitalismo). Tan pronto como estas premisas y condiciones maduran, vuelve a manifestarse la negación, esta es ya la negación de la negación, o sea, la negación de lo que antes venciera a lo viejo (el capitalismo), la sustitución de lo nuevo por algo más nuevo (el socialismo). El resultado de esta segunda negación vuelve a ser negado, vencido y así sucesivamente.
El proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social se manifiesta, pues, como incontable multitud de negaciones del tutelaje de los principios del código social que se suceden unos a los otros, como una sustitución y superación infinita de lo viejo por lo nuevo que le da su carácter progresivo. La afirmación del carácter progresivo del proceso de desarrollo es el rasgo principal, pero no el único, de la ley de la negación de la negación. Esta ley no caracteriza la trayectoria del proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social como rectilínea, sino como extraordinariamente compleja, algo así como un sendero en forma helicoidal en el que los cambios cualitativos de los códigos que determinan su trayectoria hace que se inviertan los rumbos puntuales que de cierto modo apuntan hacia el retorno a las etapas recorridas y se retrocede, en cierto sentido, hacia el pasado. Es un desarrollo que parece retornar a las etapas ya recorridas, pero de otra manera, sobre una base más compleja; un proceso de desarrollo que no discurre en línea recta sino en una especie de helicoidal.
La esencia de la ley de negación de la negación en el proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social se produce negando lo viejo por lo novedoso, lo inferior por lo superior. En razón de que lo nuevo, al negar lo viejo, conserva y desarrolla sus rasgos positivos, el proceso de desarrollo adquiere un carácter progresivo que, al avanzar del caos al orden, de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior, le asigna a la complejidad el talante de ser el tercer componente del sistema de coordenadas donde se inscribe su trayectoria. Al mismo tiempo discurre en helicoidal, repitiendo en las fases superiores algunos aspectos y rasgos de las inferiores.
3.- De la visión integral de la vida
Son las contribuciones de la visión integral de la vida:
1. Figurarse la existencia de un campo de fuerzas que, a lo largo de la trayectoria del devenir histórico de la realidad social, va definiendo su rumbo de acuerdo con una ecuación que contiene las variables representativas de las cuantías relativas de los influjos de los opuestos y complementarios principios trascendidos por el código social. De estas cuantías relativas resultan unas formaciones sociales, tales como el comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, que se convierten en unas especies de tramos intermedios ubicados a lo largo de la trayectoria general del devenir histórico de la realidad social en virtud de que cada una de ellas pervive durante un lapso espacio-temporal en medio de una gran variedad de circunstancias históricas. Igualmente, se nos hace válido, el imaginarnos al socialismo como la estación de llegada del proceso de transición subsiguiente al capitalismo.
2. Suponer un proceso de aprendizaje que, mediante la detección de los efectos de las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios contenidos en el código social, va definiendo los rumbos puntuales de una trayectoria general caracterizada por la existencia de las dos etapas en las que es dividida por el momento histórico en el que su código comienza a dar una voltereta cualitativa.
3. Contar con que la acción simultánea del azar y la necesidad interviene en la imaginaria ecuación que define la trayectoria general del devenir histórico de la realidad social, ya que los estados críticos de la realidad social que reflejan sus estados de inestabilidad pueden ser productos no previsibles del azar, aún cuando, una vez alcanzados estos momentos de vulnerabilidad, ella se ve obligada a evolucionar creando una nueva arquitectónica que sea congruente con una trayectoria general que, al avanzar de lo simple a lo complejo, convierte a este direccionamiento en el tercer componente del sistema de coordenadas en el cual se inscribe dicha trayectoria general. Al tornarse inestable la realidad social, siempre hay al menos dos nuevas estructuras hacia las que puede evolucionar y cuanto más alto sea su grado de inestabilidad, tanto más numerosas serán las opciones a su disposición.
4. Tener en cuenta que la acción simultánea de la macroevolución y la microevolución incide en la imaginaria ecuación que define la trayectoria general del devenir histórico de la realidad social, ya que ésta se evidencia en el carácter interdependiente que existe entre la realidad social y su entorno cósmico y entre unos elementos constituyentes que están signados por su permanente evolución. Resulta así un devenir histórico de la realidad social que resulta ser una aventura abierta y continua que crea sus propios objetivos en un proceso cuya notoriedad detallada es intrínsecamente imprevisible, aún cuando se puede reconocer una trayectoria genérica caracterizada por: un aumento progresivo de la complejidad; el continuo perfeccionamiento de ciertas funciones y de ciertos modelos de comportamiento y, la presencia de la integración de sus componentes en su estación de llegada.
5. Considerar la existencia de un proceso de desarrollo del devenir histórico de la realidad social que se despliega a través de unas interacciones endógenas y exógenas tuteladas por las cuantías relativas de los influjos de los pares de principios opuestos y complementarios que envuelve su código social.
6. Discurrir que el devenir histórico de la realidad social resulta de un comportamiento que está ceñido a los modelos cíclicos de flujo de información o circuitos de retroacción que, mediante su entrada en acción en la dinámica social, induce una trayectoria general de forma helicoidal. Prorrumpe así la necesidad de tomar en cuenta el par de mecanismos denominados retroacción negativa y positiva a los que la realidad social recurre en los momentos históricos donde sufre las alteraciones leves, apreciables o graves de su estabilidad dinámica que surgen como consecuencia de unas bajas o altas cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios de su código social que abarcan, respectivamente, una cantidad pequeña, mediana o alta de ellos.
7. Saber que en su devenir histórico, la realidad social recurre al mecanismo de retroacción negativa en aquellos casos donde es pequeño o mediano el número de las cuantías relativas de los influjos de los principios de su código social que alcanzan valores altos o bajos.. Y apela a este mecanismo para atenuar dichas alteraciones y, por tanto, generar la rigidez con respecto a estas variables que, al aminorarle su capacidad para adaptarse a nuevas crisis, la induce a expandir dicha rigidez a otras variables y sustituir con un cambio más profundo y duradero el símil más superficial y reversible que le antecede.
8. Estar al tanto de que en su devenir histórico, la realidad social recurre al mecanismo de retroacción positiva en aquellas circunstancias donde, el acrecentamiento del número de variables que la reiterada activación del mecanismo de retroacción negativa ha rigidizado, se le reduce significativamente su capacidad de adaptación ente nuevas alteraciones. En consecuencia, apela a este mecanismo para aumentar dichas alteraciones y, por tanto, poner en acción sus intrínsecos ingenios de desarrollo, aprendizaje y evolución, mediante los cuales solventa las crisis estructural adaptándose a las circunstancias del momento histórico que le imponen la inversión de la precedente tendencia hacia el crecimiento o el decrecimiento de las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios de su código social. Aforan así los radicales cambios cualitativos que desatan los artificios de flexibilización de la realidad social, tal y como sucede actualmente con la crisis global del capitalismo.
9. Estar al corriente de la íntima coordinación de las actividades sociales nacidas de las interacciones existentes entre sus elementos constituyentes que les engendra a éstos la tendencia a asociarse, a entablar vínculos, a vivir el uno dentro del otro, a cooperar, a crear la íntima asociación simbiótica que resulta recíprocamente provechosa para los partícipes como consecuencia de su pertenencia a un sistema en el estado balanceado que les garantiza la coexistencia en una combinación de competencia y de dependencia recíproca, donde la posibilidad de que ellos experimenten un crecimiento exponencial, es mantenida a raya por varios mecanismos de control y de interacción. Asociación simbiótica que le confiere un talante antinatural a la preponderancia del influjo del principio de fragmentación.
4.- Del proceso de comunicación
La aplicación del proceso de comunicación al ámbito del devenir histórico de la realidad social nos traslada al escenario de las interacciones que, entre los diferentes componentes de la realidad social, se establecen a lo largo del eje espacio-temporal y bajo la tutela de las cuantías relativas de los principios opuestos y complementarios de los códigos de las formaciones sociales que unas a otras allí se suceden. En consecuencia, tiene que ver con el intercambio de materia y energía que se establece a través de aquellos tipos de señales pertinentes y donde el requerimiento según el cual éste exige la participación de un emisor/receptor, un mensaje y un receptor/emisor, es satisfecho por los componentes del trío de conjuntos identificados con la congregación humana, el entorno medio ambiental y la creación social.
Los mensajes de estas interacciones en el devenir histórico de la realidad social son emitidos, en su primera fase, por los elementos constituyentes de la realidad social que asumen los papeles de emisores/receptores, canalizando a través de los medios y hacia los receptores/emisores los mensajes contentivos de la insatisfacción de sus necesidades. Una vez recibidos éstos, los receptores/emisores decodifican los mensajes y proporcionan la satisfacción de dichas necesidades que conforman la segunda fase complementaria que cierra el ciclo de la actividad social que se hace posible gracias a las múltiples e incontables interacciones que se establecen entre los elementos constituyentes de la realidad social.
Desde un punto de vista técnico entendemos por interacción el hecho de que un determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el eje espacio-temporal, para luego cumplir la fase de retroalimentación. La interacción implica la transmisión bidireccional de un determinado mensaje y de su respectiva respuesta y supone un proceso, donde los elementos que intervienen en el mismo son:
1. El código o sistema de signos, símbolos y señales combinados bajo unas reglas arbitrarias que deben estar organizadas de antemano.
2. El canal o medio a través del cual se transmite el mensaje y su respuesta.
3. El emisor/receptor o ente que se encarga de emitir el mensaje eligiendo y seleccionando los signos, símbolos y señales pertinentes para la codificación del mensaje.
4. El contexto situacional en el que se transmite el mensaje y que contribuye a definir su significado.
5. El receptor/emisor o ente al cual, en la primera fase, va dirigido el mensaje y realiza un proceso inverso al del emisor/receptor al descifrar e interpretar los signos, símbolos y señales elegidos por éste y que, en la segunda fase, invierte el papel asumido en la primera fase.
6. El mensaje que naturalmente contiene lo que es necesario comunicar.
7. El proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias motive la creación y circulación de los mensajes de las etapas de alimentación y retroalimentación.
Concebimos las interacciones sociales como las actividades mediante las cuales los componentes de la realidad social dan respuesta a las siguientes preguntas:
1. ¿Qué propósito se debe establecer al proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?
2. ¿Cómo se debe establecer el proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?
3. ¿Con cuáles liderazgo, motivación, comunicación e indicadores de evaluación y control se debe establecer el proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?
4. ¿Con qué actores se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?
5. ¿Con qué medios se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?
6. ¿Con qué objetos se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?
En aras de darle respuesta a estas seis interrogantes, en la realidad social se establece un proceso de preconcepción constituido por los subprocesos de proposición, organización y dirección que dan lugar al posterior desenvolvimiento del proceso de concreción práctica que envuelve los subprocesos de ejecución, mediación y trasmutación a través de los cuales se alcanza el logro de los bienes que garantizan su conservación transformadora. Resulta así este sexteto de subprocesos sociales:
1. Subproceso de proposición social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿qué propósito se debe establecer al proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?, se definen las políticas necesarias para conquistar la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
2. Subproceso de organización social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿cómo se debe establecer el proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?, se definen las estrategias necesarias para conquistar la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
3. Subproceso de dirección social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿con cuáles liderazgo, motivación, comunicación e indicadores de evaluación y control se debe establecer el proceso de producción, distribución y consumo de bienes en aras de garantizar la conservación transformadora de la realidad social?, se definen los poderes necesarios para conquistar la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
4. Subproceso de actuación social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿con qué actores se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?, se llevan a cabo las actividades sociales en virtud de las cuales se conquista la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
5. Subproceso de mediación social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿con qué medios se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?, se llevan a cabo las mediaciones en las actividades sociales en virtud de las cuales se conquista la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
6. Subproceso de transmutación social mediante el cual, al eliminar los signos de interrogación al ¿Con qué objetos se realiza el proceso de producción, distribución y consumo de bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social?, se llevan a cabo las mutaciones en las actividades sociales en virtud de las cuales se conquista la arquitectónica de la estación de llegada del próximo tramo del devenir histórico de la realidad social.
La perennidad de este proceso de interacción forja las opuestas y complementarias fases de alimentación y retroalimentación de la actividad social mediante las cuales se completa el cíclico proceso de producción, distribución y consumo de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social. Fases de alimentación y retroalimentación que, al ser solventadas las insatisfacciones sociales por el subproceso de producción y las satisfacciones sociales por los subprocesos de distribución y consumo de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la sociedad, se constituyen en el trío de fases inseparables de una actividad social cuya naturaleza es integral y, por tanto, no dual. Proceso de producción, distribución y consumo de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social, cuya analogía con un itinerario de ida y vuelta resulta obvia.
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Sp: Sujeto de producción Sd: Sujeto de distribución Ch: Congregación humana
Mp: Medio de producción Md: Medio de distribución Ema: Entorno medio ambiental
Op: Objeto de producción Od: Objeto de distribución ByS: Bienes
PROCESO SOCIAL
En el gráfico precedente se puede observar que el proceso social sigue un sendero cíclico marcado por unas interacciones de los componentes de la congregación humana, del entorno medio ambiental y de los bienes que, en los sucesivos subprocesos de proposición, organización, dirección, producción, distribución y consumo, en su primera vuelta forja:
1. El establecimiento de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social.
2. La instauración de aquellas cuantías de los influjos de los principios opuestos y complementarios envueltos, contenidos y trascendidos por el código social mediante los cuales se garantiza el logro de los propósitos, objetivos, metas, etc., precedentes.
3. La creación de las motivaciones, comunicaciones, liderazgos e indicadores de evaluación y control en virtud de los cuales se cumple con lo pautado por el código social.
4. La conjunción de los elementos constituyentes de la realidad social que asumen los papeles subjetivos, mediáticos y objetivos en el proceso de producción, distribución y consumo de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social.
En su segunda vuelta, el proceso social recorre una senda que se inicia con la evaluación y el control correspondiente al subproceso de dirección mediante el cual, circunvolución tras circunvolución, se van adecuando el sexteto de subprocesos que resultan de unas conjunciones de los componentes de la congregación humana, del entorno medio ambiental y de los bienes que garantizan la conservación transformadora de la realidad social.
En este contexto, la concepción de la realidad social como el conjunto unión de los conjuntos denominados congregación humana, entorno medio ambiental y bienes que, respectivamente, envuelven a los seres humanos, los recursos naturales y los productos de la actividad social, nos induce a afirmar que:
1. Las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios del código social asumen el papel del código o sistema de signos, símbolos y señales cuya combinación se rige por los preceptos, determinados de antemano, en el proceso de organización.
2. Los componentes de los subconjuntos sociales identificados con la congregación humana, el entorno medio ambiental y los bienes seleccionados en el proceso de dirección social ejercen el papel de canal o medio a través del cual se transmite el mensaje y su respuesta.
3. Los componentes de los subconjuntos sociales identificados con la congregación humana, el entorno medio ambiental y los bienes seleccionados en el proceso de dirección social ejecutan las funciones de emisores/receptores o entes que se encargan de emitir los mensajes.
4. El momento histórico juega el papel del contexto situacional en el que se transmiten los mensajes, así como también contribuye a la definición del significado de éstos.
5. Los componentes de los subconjuntos sociales identificados con la congregación humana, el entorno medio ambiental y los bienes seleccionados en el proceso de dirección social, ejercen en la fase de alimentación los papeles de receptores/emisores o entes a los cuales van dirigidos los mensajes y que, en las fases de retroalimentación, al ejecutar las funciones de emisores/receptores, invierten los papeles asumidos en la fase de alimentación. Obviamente que la realidad social tiene propósitos, objetivos, metas, etc., que comunicar mediante contenidos y procesos que, con sus aspectos previos y sus consecuencias, motive la permanente creación y circulación de los mensajes de las etapas de alimentación y retroalimentación.
5.- De los circuitos de retroacción
Dada que la concepción lógica de la retroacción es la acción de un fruto sobre una de sus raíces, entonces, la aplicación de estos circuitos de retroacción al ámbito del devenir histórico de la realidad social, nos lleva de la mano hasta el terreno del control y evaluación del proceso social donde es válido establecer una contrastación entre lo ocurrido y lo por ocurrir, entre los frutos y sus simientes, entre el pasado y el futuro, mediante la cual convertimos los circuitos de retroacción social como idóneos instrumentos que nos permiten aprehender la trayectoria del devenir histórico de la realidad social .
Lo escrito en el párrafo precedente, nos permite conceptualizar los circuitos de retracción social como el conjunto de variaciones que, a lo largo de su devenir histórico, van disfrutando las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios envueltos, contenidos y trascendidos por el código social. Así podremos captar el cómo el crecimiento o decrecimiento de la cuantía relativa de uno de los principios de dicho código, implica el decrecimiento o crecimiento de la cuantía relativa de su principio opuesto y complementario.
La aplicación del mecanismo de retroacción en el campo del devenir histórico de la realidad social nos permite tener una idea general del grado de estabilidad que posee una determinada realidad social, ya que éste resulta de una interacción de la totalidad de principios del código social que le imprimen una naturaleza compleja a dicho mecanismo de control y evaluación. Esto se debe a que cuanto más evoluciona la realidad social, tanto más su totalidad, sus componentes y sus principios conquistan la interdependencia endógena y exógena.
De esta interdependencia nace el hecho de que, por ejemplo, en la variación de las cuantías relativas de los principios A, B y C pertenecientes a la misma familia de principios coadyuvantes, ocurra que las variaciones de las cuantías relativas del influjo del principio A afecte a las del principio B que, a su vez, influye en las del principio C que, a la par, afecte retroactivamente a las del principio A. De esta manera, cuando la realidad social sufre perturbaciones, ésta suele estar causada por múltiples factores que pueden amplificarse o aminorarse recíprocamente por medio de unos circuitos de retroacción que son interdependientes.
La moderna tecnología del control de la ruta hacia una meta ofrece la oportunidad para modelar la conducta de la realidad social utilizando una gran cantidad de mecanismos de retroalimentación, tal y como los que operan, por ejemplo, en los misiles, cerebros electrónicos y servomecanismos. La pauta básica de este circuito de retroalimentación podría ser similar a la utilizada en el ámbito de la regulación termostática, donde las desviaciones en torno a los valores normales prescriptos retroalimentan al regulador para que se produzca o interrumpa una corriente eléctrica tan pronto como la desviación excede el valor del umbral.
En el terreno del control y evaluación del proceso social las desviaciones de las cuantías relativas de los influjos de los principios del código social en torno a los valores balanceados nacidos del principio homeostático retroalimentarán al regulador social para corregir aquellos influjos principistas que tiendan a desviar sus cuantías hacia magnitudes que excedan los valores del umbral. La retroalimentación consistirá entonces en el seguimiento de una ruta que conduzca al encuentro de un estado homeostático o balanceado de la realidad social, basada en cadenas radicales circulares y en mecanismos que devuelven información acerca de las desviaciones con respecto al estado que se desea alcanzar. Esto implicaría un principio general de preconcepción y concreción social que podría llamarse estabilización social dinámica, ya que las formaciones sociales están gobernadas por los principios de su código social que tutelan las interacciones dinámicas de sus componentes.
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En la gráfica antecedente, mostramos el modelo del monitor de una virtual sala situacional a través de la cual se realice el control y la evaluación del comportamiento de la realidad social en un momento específico de su devenir histórico. En su área superior izquierda se muestra el tablero indicador del estado global que resulta de la interacción de la veintena de principios cuyos tableros específicos aparecen en menor tamaño. En cada uno de dichos casilleros aparece la zona dentro de la cual la oscilación de las cuantías relativas de los influjos de los principios opuestos y complementarios se mantiene dentro o fuera de su umbral de tolerancia, tal y como lo muestran las áreas cuyos perímetros aparecen en los colores verde y rojo.
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