Socialismo Renovador

La renovación implica librar por completo al pueblo de las tergiversaciones de la moral socialista y aplicar con firmeza los principios de justicia social; asegurar la unidad entre lo que se dice y lo que se hace, entre los derechos y los deberes; enaltecer el trabajo honesto de alta calidad, y acabar con las tendencias consumistas. Creemos que la finalidad de la transformación es obvia: renovar a fondo todos los aspectos de la vida del país, conferir las formas más avanzadas de organización social al socialismo y revelar a plenitud el carácter humanitario de nuestro régimen en sus aspectos decisivos: económico, social, político y ético.

Debemos acelerar la creación de un nuevo ambiente moral para controlar la corrupción. Reexaminar con espíritu creativo los valores, discutir las vías para transformar la economía, buscando nuevos métodos de trabajo ideológico y organizativo. La información objetiva, la sinceridad en la valoración de fenómenos y acontecimientos, la intransigencia frente a los defectos, el deseo de mejorar la situación constituyen principios vigentes en la lucha por la vida del pueblo. Debemos aumentar los niveles de exigencia y disciplina, así como la organización en la producción y el orden. Consideramos de especial importancia los primeros pasos renovadores en la vida espiritual del pueblo, puesto que sin la transformación de la conciencia social, sin los cambios en la psicología y la mentalidad, en la actitud de todos es imposible lograr el éxito.

Está creciendo en volumen la construcción de viviendas. Pero es muy grande la demanda de los problemas acumulados en esta importante rama. Lamentablemente, no todos aprovecharon como es debido la oportunidad ofrecida. Los planes de construcción de muchas de estas obras no se han cumplido. Las causas las debemos buscar no sólo en la mala organización del ente del Estado encargado de la vivienda, ni de los contratistas para construirlas, sino también en la falta de inspección y control por parte del ente fiscalizador de hacerles seguimiento.

Seguimos afrontando dificultades con la mega-inflación, con la distribución y comercialización de comestibles y otros rubros de consumo diario. En total, no se han lograron los cambios radicales en el desarrollo social, donde rigen todavía viejos enfoques. Tal planteamiento del problema obedece a que todavía en muchos órganos de gestión económica del Gobierno, no todos avanzan al compás de las exigencias del momento. Muy pocos son los entes que se van liberando del peso del pasado, que no se hallan a la expectativa y frenan el progreso, impidiendo desarrollar con amplitud la actividad política, social y laboral del país.

No todos han comprendido que la nueva actitud hacia el trabajo significa rechazar enérgicamente los viejos métodos y costumbres. Esto en síntesis, depende de la postura de cada uno, de la consciente actitud hacia la tarea encomendada, hacia sus obligaciones, por lo cual todos respondemos ante el Estado, ante el país y ante nuestra conciencia. Por cuanto existe preocupación en el pueblo, parece que nuestros esfuerzos no son suficientes. Esto significa que no siempre ni en todo actuamos con la eficacia y la energía debidas. Significa que no en todas partes las medidas que se adoptan y la labor efectuada corresponden a la envergadura y a la importancia de los problemas acumulados, que no todo va bien como lo requiere el pueblo. Se entiende, lógico, que la superación de los estereotipos creados en la mentalidad y en el modo de obrar es un proceso complejo, nada fácil, que requiere tiempo y una actitud sopesada.

Debemos tener bien presente que ahora se requiere todo un sistema de medidas. Elaborar postulados políticos, basados en las realidades actuales, en la previsión profundamente argumentada del porvenir, en el cambio de la mentalidad social, en el consecuente desarrollo de las instituciones democráticas, en la formación de las masas en el marco de la cultura política, en la transformación del mecanismo de gestión, de las estructuras organizativas, y, cómo no, en la realización de una política social activa. Sólo así podrá ser eliminado el mecanismo que frena el desarrollo, mientras que las fuerzas orientadas a la aceleración tendrán el espacio despejado. Consisten en la voluntad y la acción comunes del pueblo, unido por la experiencia de lo vivido, por la conciencia de su responsabilidad ante el presente y el futuro de la Patria socialista.

Consisten en el desarrollo integral de la democracia del régimen socialista, en la real y cada vez más activa participación de la comunidad en la solución de los problemas que nos aquejan, en la plena recuperación de los principios socialistas de información objetiva, del control público, de la crítica y la autocrítica, así como en la honradez política, es decir, en la unidad entre lo que se dice y lo que se hace.

Por último, se trata de eliminar la Quinta Columna endógena; de controlar los desmanes conspirativos y golpistas del oposicionismo, del sano desarrollo del PSUV; de la capacidad para analizar críticamente su propia actividad; de saber renovar sus formas y métodos de trabajo; de determinar, sobre la base de la teoría revolucionaria, las perspectivas de desarrollo del pueblo y pugnar por resolver los nuevos desafíos promovidos por la realidad del país.

¡Gringos Go Home!

¡Libertad para Gerardo! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria siempre. Patria Socialista o muerte ¡Venceremos!


manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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